Texto: Equipo de pruebas 18/03/2013. Fotografías Com&Com.
Publicado Marzo 2013
En esta tercera generación del A3 no se ha querido arriesgar en lo que se refiere a la estética y se observa continuidad en las líneas maestras de la anterior generación. Quien vea por primera vez este A3 enseguida lo va a asociar al compacto de la marca de los cuatro aros.
El frontal luce la imagen actual de la marca que ya inaugurase su hermano pequeño, el A1. En este frontal destaca la gran parrilla "Singleframe" con siete láminas y que lleva en ella los cuatro aros de Audi y la matrícula. Los faros son bastante alargados y en caso de llevar xenón cuenta con unas espectaculares luces diurnas tipo LED, al estilo inconfundible de Audi. En la parte inferior del paragolpes encontramos lo que parecen ser dos entradas de aire a ambos extremos pero que en realidad son un adorno que alojan los faros antiniebla.
La vista lateral es la que más recuerda al anterior A3 y está marcada por una línea de cintura bastante alta que, sin embargo, proporciona un buen equilibrio visual entre cristal y chapa. Justo por encima de las manetas de apertura de las puertas encontramos una línea de diseño que une los pilotos principales delantero y trasero. Los voladizos son un poco grandes, especialmente el delantero. Queda claro que si no tenemos unas llantas grandes como las de la nuestra unidad de pruebas se pierde bastante en impacto visual.
La parte trasera es la menos elaborada y cuenta con un diseño simple. Los faros traseros cambian de diseño y ahora son alargados en vez de cuadrados, como sucedía en el anterior A3 de tres puertas. El paragolpes cuenta con una banda negra en la parte inferior que da un toque deportivo, como también lo hace la doble salida de escape. Es precisamente al mirarlo por detrás donde muchos encontrarán algunas similitudes entre este A3 y el nuevo Seat Leon SC.
Calidad pero poco diseño
La nueva generación del A3 ha traído sus lógicas mejoras en cuanto a materiales y sube un peldaño más en calidad percibida y en la que se toca. Da gusto ponerse a los mandos del A3 porque enseguida notas que estás en un coche premium y eso a su comprador le agradará.
En lo que se ha perdido, aunque para gustos están los colores, es en lo que se refiere al diseño del salpicadero. Se han tomado las líneas de diseño del A1 y ahora el salpicadero es bastante más soso y simple que el anterior A3. Destacan las salidas de aireación circulares y cromadas y la pantalla del MMI que emerge de la parte central superior del salpicadero, una pantalla desde la cual se controlan la mayoría de funciones del coche mediante la ruleta y los botones que tenemos tras la palanca de cambios.
A nivel de espacio no hay problemas delante y en la parte trasera tenemos buenas cotas de altura y en espacio para piernas. El mayor inconveniente lo vamos a encontrar en la presencia del hueco para el túnel central de las versiones "Quattro". Este túnel es bastante voluminoso y prácticamente convierte un coche de cinco plazas en uno de cuatro, dejando la plaza central bastante inutilizada.
Transformación radical
Quien ha visto esta última evolución del motor 1.8 TFSI y la anterior. De entrada, si nadie nos dijera que motor se trata lo primero que pensaríamos es que es el 2.0 TFSI por como anda y su carácter. Olvidémonos del caracter más o menos tranquilo y de la linealidad del antiguo 1.8 TFSI en versiones de 160 y 170 CV.
Este 1.8 TFSI de 180 CV muestra su temperamento al estilo del 2.0 TFSI y tiene su patada y su buena respuesta en general. Es un motor que se muestra mucho más alegre que el anterior para subir de vueltas y la respuesta a nuestras solicitudes al acelerador es inmediata.
Es un motor que va tan bien que hace que nos tengamos que pensar si dar el paso al 2.0 TFSI, y más si va a acompañado de la caja S-Tronic de 7 velocidades de nuestra unidad de pruebas. Precisamente esta última nos ha decepcionado un poco pero no porque su funcionamiento sea malo, ni mucho menos, sino porque esperábamos que fuese tan excelentemente bien y rápida como la notamos en el Seat Ibiza ST 1.2 TSI FR, y más tratándose nuestro A3 una versión con ciertas aspiraciones deportivas.
Una cosa que no nos ha gustado, y que no sabemos si es cosa sólo de nuestra unidad de pruebas o común a todos los nuevos A3 con cambio S-Tronic, es que justo en el paso de 5ª a 6ª (tanto en automático como en manual), hay un vacío de transmisión de potencia impropio de una caja de cambios de doble embrague, lo que provoca un pequeño tirón cuando se realiza esta maniobra.
Para reducir el consumo, y gracias a la combinación con el Audi Drive Select, la caja de cambios se pone a funcionar en punto muerto y al ralentí cuando no se necesita aceleración.
Volviendo al motor diremos que responde bien desde regímenes un poco más altos que el ralentí pero hasta que no se llega a 2.200 rpm. no encontramos la mejor respuesta del motor, una aceleración fuerte y lineal que se mantiene constante hasta llegar al corte de inyección.
A nivel sonoro, y como no podía ser menos en Audi, es un propulsor que pasa prácticamente desapercibido en un uso normal. Cuando decidimos exprimirlo se deja notar más en el interior pero en ningún momento de forma escandalosa, echando en falta tan solo que el escape tenga un bramido más deportivo que acompañe al resto del coche.
Típico VAG
Cuando buscamos las cosquillas a nuestro A3 nos ofrece un comportamiento típico de los coches del grupo VAG, muy neutro y estable en el paso por curva que hace del A3 un coche con el que cualquiera puede ir rápido por lo fácil que lo hace todo gracias a su buen paso por curva.
Si buscamos sus límites hemos observado que en apoyos fuertes y a más de 90 km/h la suspensión "protesta" un poco y se echa en falta que sea algo más dura para obtener un paso por curva más estable. La dirección se muestra obediente pero el ESP tiene un calibrado que deja menos libertad al conductor, entrando en acción de forma más intrusiva de lo esperado.
Está claro que no es una versión S pero sí recomendamos a quien guste de comportamiento deportivo que no deje pasar la oportunidad de equipar la suspensión deportiva S-Line porque se puede quedar ligeramente decepcionado.