La razón es que el coche se nos puede ir en la primera curva y al primer frenazo, por muy despacio que vayamos. Como esto es sabido por todo el mundo, no no vamos a insistir en ello.
Aquaplaning
El problema es el agua. El llamado efecto aquaplaning, y que cada año acaba con la vida de muchas personas. Este efecto, combinado con una buena dosis de autoconfianza ante la lluvia, suele terminar siempre con el coche boca abajo en una cuneta o en una colisión en cadena.
Ante la situación de conducir sobre superficies mojadas, reduzca su velocidad y aumente la distancia con el vehículo de delante. Los frenos, sobretodo los de tambor, pierden eficacia al mojarse. Después de atravesar un charco, frene ligeramente dos o tres veces para restablecer la sequedad de los elementos del sistema (la pastilla o zapata y el propio tambor o disco).
El aquaplaning es un efecto que se manifiesta al formarse una película de agua delante del neumático, que la ser pisada por éste le hace patinar. Ese agua debe ser evacuada, por lo que necesitaremos un buen dibujo en la banda de rodadura (los neumáticos de competición minimizan el efecto aquaplaning llegando a evacuar más de 20 litros de agua por segundo). Ante una situación de aquaplaning, sujetar la dirección y no pisar el freno ni dar volantazos. Sobre superficie mojadas no apurar jamás la frenada, pues entraremos rápidamente en derrape.
Los automóviles actuales se desplazan con tal suavidad sobre el asfalto que nos hacen perder la perspectiva de la velocidad. Pero recordemos, en situación de lluvia, un coche sin ABS a 120 km/h necesitará más de 150 metros para detenerse (sin derrape), desde el momento en el que el conductor capta un obstáculo en la carretera y hasta que ese obstáculo es alcanzado.
Aquaplaning
El problema es el agua. El llamado efecto aquaplaning, y que cada año acaba con la vida de muchas personas. Este efecto, combinado con una buena dosis de autoconfianza ante la lluvia, suele terminar siempre con el coche boca abajo en una cuneta o en una colisión en cadena.
Ante la situación de conducir sobre superficies mojadas, reduzca su velocidad y aumente la distancia con el vehículo de delante. Los frenos, sobretodo los de tambor, pierden eficacia al mojarse. Después de atravesar un charco, frene ligeramente dos o tres veces para restablecer la sequedad de los elementos del sistema (la pastilla o zapata y el propio tambor o disco).
El aquaplaning es un efecto que se manifiesta al formarse una película de agua delante del neumático, que la ser pisada por éste le hace patinar. Ese agua debe ser evacuada, por lo que necesitaremos un buen dibujo en la banda de rodadura (los neumáticos de competición minimizan el efecto aquaplaning llegando a evacuar más de 20 litros de agua por segundo). Ante una situación de aquaplaning, sujetar la dirección y no pisar el freno ni dar volantazos. Sobre superficie mojadas no apurar jamás la frenada, pues entraremos rápidamente en derrape.
Los automóviles actuales se desplazan con tal suavidad sobre el asfalto que nos hacen perder la perspectiva de la velocidad. Pero recordemos, en situación de lluvia, un coche sin ABS a 120 km/h necesitará más de 150 metros para detenerse (sin derrape), desde el momento en el que el conductor capta un obstáculo en la carretera y hasta que ese obstáculo es alcanzado.