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    Los escapes dañados pueden originar gran cantidad de problemas

    1 de enero de 2002
    Tenneco Automotive, fabricante de los productos y sistemas de escape que se distribuyen en todo el mundo con la marcas líderes Walker y Fonos, aconseja a los conductores revisar periódicamente sus sistemas de escape para evitar problemas serios tanto a su propio vehículo como a los demás.
    Los escapes dañados pueden originar gran cantidad de problemas
    Un tubo de escape dañado o demasiado viejo puede dar lugar a una emisión excesiva de ruido, a que puedan entrar en el habitáculo gases tóxicos o a que se contamine de forma sensible el ambiente, todo ello sin menospreciar un posible aumento del consumo de combustible, una menor capacidad de aceleración y una reducción de prestaciones del motor del vehículo.

    Si, por ejemplo, se desprende una parte del sistema de escape durante la marcha, se está generando un grave peligro. El conductor del automóvil que ha perdido esa pieza estará en peligro si se decide a parar para recogerla y retirarla de la calzada, mientras que el resto de los usuarios de la calzada también lo estarán al desviarse bruscamente para evitar la colisión con esa pieza. También existe el peligro si se pasa por encima de dicha pieza, en cuyo caso podría producirse un pinchazo en alguno de los neumáticos.

    Problemas que no son fácilmente detectables

    Para un conductor es muy fácil darse cuenta de que bajo su coche cuelga un tubo de escape que está roto o que el vehículo emite humos densos y asfixiantes, pero hay otros muchos problemas del escape que no resultan tan obvios. Por ejemplo, cuando un catalizador no funciona debidamente, se emiten a la atmósfera toda una serie de productos peligrosos e invisibles. Para evitar estos problemas, Walker/Fonos aconseja una rápida y nada costosa revisión en el taller que puede revelar si existe alguna anomalía.

    Los tubos de escape fallan principalmente por efecto de la corrosión o por roturas. La corrosión interna se debe a la condensación de los gases de escape cuando el motor del vehículo se para y se enfría. El problema es característico de los recorridos cortos en que el coche no tiene el tiempo suficiente para calentarse y expulsar los gases ácidos y condensados que se generan en la combustión.

    La corrosión externa se produce en climas húmedos o en invierno por la sal que se expande en las carreteras para evitar el hielo. En algunos países, en condiciones extremas de humedad o en la época invernal, la corrosión externa es la causa más común de daños en el escape.

    Las piezas del escape se pueden romper cuando el vehículo circula por un firme en malas condiciones, si los componentes del escape no se han montado correctamente ?lo que les somete a mucho desgaste? o si el motor del vehículo vibra en exceso, lo que también somete al escape a gran tensión. Otro problema común es que muchos automovilistas que sustituyen el silencioso no reemplazan también los elementos de montaje.

    El catalizador puede contaminarse, o el monolito, el corazón del catalizador, puede literalmente derretirse si entra en contacto con combustible no quemado, algo que ocasionalmente puede ocurrir cuando el vehículo rueda en punto muerto sin el motor en marcha, o se arranca un vehículo a empujones o remolcándolo. Además, el sensor lambda, el dispositivo que controla la mezcla de aire y combustible, puede fallar, causando un mal funcionamiento del catalizador.

    La oferta de Walker/Fonos

    Peter Dillen, jefe de producto del Grupo de Control de Emisiones de Tenneco, señala: «Los componentes rotos o desgastados de un escape pueden llegar a constituir un peligro real, pero es fácil evitarlo si los conductores se preocupan por revisar periódicamente el sistema de escape. Montando componentes de primera calidad, como los productos Walker/Fonos Aluminox se conseguirá una mayor protección ante la corrosión interna ya que la parte interior está hecha de acero inoxidable. Si, al mismo tiempo también se reemplazan los elementos de montaje la protección contra daños futuros será mayor. El nuevo sistema de escape debe montarse completo, de arriba abajo, desde el motor al final del tubo, para evitar tensiones y fracturas».

    «Una vez colocado el nuevo sistema, una serie de precauciones elementales como evitar arrancar un coche al empujón o tirando de él, o circular con el motor parado y en punto muerto contribuirán a mantener el escape del automóvil en buenas condiciones».

    Fuente:Tenneco Automotive
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