Deberían reponerse cada 15 meses y en España no nos acordamos de cambiarlas hasta pasados cuatro años cuando un día de lluvia nos damos cuenta de nuestras dificultades de visión en condiciones atmosféricas adversas. Y es que una escobilla en mal estado puede ocasionar perdidas de visibilidad de entre el 20 y el 30 por ciento.
Los fabricantes aconsejan reponer este componente cuando se acaba el verano. El peor enemigo de la escobilla es el calor. Tras los meses estivales, y debido fundamentalmente a la exposición al sol, el material básico, el caucho, ha perdido su flexibilidad, y con ella su capacidad de evacuar el agua del limpiaparabrisas. Asimismo, las escobillas viejas se vuelven ruidosas.
Algunos fabricantes están introduciendo ya referencias de escobillas que incorporan testigos de desgaste. En cualquier caso, en su próxima visita al taller y si no está seguro de las correctas prestaciones de las que lleva su automóvil, pida que se las revisen. Por un precio asequible, evitará un alto riesgo de accidente.
Los fabricantes aconsejan reponer este componente cuando se acaba el verano. El peor enemigo de la escobilla es el calor. Tras los meses estivales, y debido fundamentalmente a la exposición al sol, el material básico, el caucho, ha perdido su flexibilidad, y con ella su capacidad de evacuar el agua del limpiaparabrisas. Asimismo, las escobillas viejas se vuelven ruidosas.
Algunos fabricantes están introduciendo ya referencias de escobillas que incorporan testigos de desgaste. En cualquier caso, en su próxima visita al taller y si no está seguro de las correctas prestaciones de las que lleva su automóvil, pida que se las revisen. Por un precio asequible, evitará un alto riesgo de accidente.
