El verano es la época del año más adecuada para cambiar el aceite, el filtro de aceite y el líquido del sistema de refrigeración. El invierno nos habrá dejado estos fluidos muy contaminados: muchos ciclos de arranque y parada, demasiados atascos, etc. Es además una garantía de cara a los viajes
prolongados.
En muchas ocasiones se tiende a pensar que el líquido que hay en el radiador es anticongelante, cuando su verdadera misión es la de refrigerar el sistema. Lo que hay en el radiador es líquido refrigerante y si ese líquido se contamina pierde sus características. La más importante de estas características es el punto de ebullición. Cuando el refrigerante ya no funciona bien, el punto de ebullición baja. Esto provoca su evaporación y la consecuente disminución en el nivel del líquido lo que nos llevará a un calentón.
El deterioro de estos productos incide negativamente en la salud de componentes más complejos.
En muchas ocasiones se tiende a pensar que el líquido que hay en el radiador es anticongelante, cuando su verdadera misión es la de refrigerar el sistema. Lo que hay en el radiador es líquido refrigerante y si ese líquido se contamina pierde sus características. La más importante de estas características es el punto de ebullición. Cuando el refrigerante ya no funciona bien, el punto de ebullición baja. Esto provoca su evaporación y la consecuente disminución en el nivel del líquido lo que nos llevará a un calentón.
El deterioro de estos productos incide negativamente en la salud de componentes más complejos.