Esta norma no solventará los graves problemas de tráfico y siniestralidad que tenemos en España. Tendrá un efecto ?susto? el día en que toda la parafernalia mediática esté a bombo y platillo anunciando su entrada en vigor, pero nadie remediará que en una operación de salida de verano, hayan 20 millones de desplazamientos, con unas infraestructuras, bien acondicionadas, pero que no están preparadas para semejantes ríos de vehículos, ni que se tomen medidas en las empresas para que los trabajadores puedan fraccionar sus vacaciones, al modo europeo.
Siempre me mostré contrario y muy crítico con este sistema por numerosos motivos; pero es que leyendo el texto normativo aprobado, se dejan ver unas carencias de idea normativa brutal. Todo esto evidencia que quizá tengamos el legislador más pobre intelectualmente hablando de toda la democracia. Dejar reformas de vital importanca en manos de reales decretos u órdenes ministeriales, o demuestran. Es de una falta de miras pasmosa. Vamos a cambiar toda una cultura de conductor con estas herramientas normativas, mientras convivimos con tensiones autonomistas-independentistas que representa unos de los grandes problemas que tiene esta reforma, como es poder dejar en manos de gobiernos autonómicos su aplicación. Gravísimo error que nos aleja del presuntamente copiado sistema francés. Un sólo Gobierno, una sola Administración. Se harán conductores de primera y de segunda, como al parecer ya ocurre con los profesionales.
Éstos, los profesionales, tampoco deberían estar demasiado preocupados porque la lista de infracciones que en teoría le restarán puntos, son las menos y serán los excesos de horas de conducción, la aminoración de tiempos de descanso o la realización de alguna maniobra incorrecta. Pero sin novedades en el frente. Es una norma que afecta más a los condcuotores normalitos que a los profesionales. Sin duda. Quizá se debía haber insistido más en la posibilidad de cumplir la retirada de carné en fines de semana, no como excepción, sino como norma general. Esta novedad ya era una realidad administrativa y sobre todo, judicial.
No olvidemos, como novedad, que las sanciones siguen iguales (cuantía + retirada), a lo que ahora se añade la pérdida de puntos.
Pero la barbarie de esta reforma, no deja de sorprender. No olvidemos que las sanciones siguen iguales (cuantía más retirada), a lo que se añade, con la reforma, la pérdida de puntos. Ahora el plazo mínimo de retirada de carné será de un mes, cuando los juzgados de España, en base a los criterios de graduación de la sanción, venían recogiendo periodos inferiores. En este caso la reforma va en contra de los conductores y una vez más, evidencia que los Señores parlamentarios, desconocen la realidad social de nuestro pais. Se han introducido una serie de infracciones muy graves nuevas (art 65.5 letras i hasta p) pero que no van a aportar más seguridad en el tráfico, sino más represión.
Pero si hay algo escandaloso en esta refoma, es la eliminación de un derecho esencial para cualquier ciudadano, como es el de recurrir contra una decisión administrativa. Sí, esta reforma, al margen de aumentar la represión y no porponer o habilitar prevención, además elimina, cercena, suprime un derecho fundamental: el de recurrir, el de intentar acreditar que hace falta elementos de juicio (pruebas) para inculpar administrativamente a un cuidadano. Con este reforme perdemos todos. Menos derechos, menos libertades. Más represión.
Me refiero a la eliminación del poder recurrir por acogerse al descuento por pago anticipado del 30% que se ha colado en silencio en los artículos 67.1 párrafo 3 in fine y 77.2. Con la frase ?tú paga y no recurras porque eres culpable? se puede resumir la filosofía de este reforma. Parece que el talante de este nuestro Gobierno hace aguas cada vez que puede. Ahora elimina de un plumazo, lo que el Tribunal Supremo había dicho de forma inapelable: el acogerse al descuento no supone asumir las comisión de un hecho, mientras se opte por el recurso. ¿Por qué si no, no se aplica esa medida a las infracciones que llevan aparejada retirada de carné? Volvemos a tener a infractores más culpables que otros y eso, creo recordar que el art 14 y 24 de la CE (Constitución Española) no lo permite. Pero es posible que este texto normativo, la CE, esté ya en vías de extinguirse. Crónica de una muerte anunciada. Lamentablemente ya hay cuidadanos de primera y cuidadanos de segunda.
Por último y lejos de cesar en esta posición beligerante contra esta reforma, volvemos al vacío legal que supone no saber ni qué reformas se van a acometer en el Reglamento General de Conductores ni cómo se van a articular los famosos cursos de reciclaje para recuperar los puntos, entre muchos aspectos que se han quedado en el aire. ¿Caerá esto en manos de las Comunidades Autónomas? ¿Será más fácil recuperar puntos en Canarias que en Asturias? ¿O simplemente será imposible para un andaluz reciclarse en Cataluña? El tiempo y las mayorías-minorías parlamentarias lo dirán.
En cualquiera de los casos, espero tener tiempo para analizar jurídicamente con más profundidad los efectos de esta pésima reforma, traída al albur de los aires de afrancesamiento que nos invade, ya que se ha mostrado como una copia mala de un sistema que está estructurado bajo una concepción política, social y económica, completamente distinta a la española y por cierto en crisis, con demasiadas, la realidad española, sensibilidades en juego. Les anticipo: esta reforma no solventará nada. Al tiempo.
Fernando R. Ortega
Siempre me mostré contrario y muy crítico con este sistema por numerosos motivos; pero es que leyendo el texto normativo aprobado, se dejan ver unas carencias de idea normativa brutal. Todo esto evidencia que quizá tengamos el legislador más pobre intelectualmente hablando de toda la democracia. Dejar reformas de vital importanca en manos de reales decretos u órdenes ministeriales, o demuestran. Es de una falta de miras pasmosa. Vamos a cambiar toda una cultura de conductor con estas herramientas normativas, mientras convivimos con tensiones autonomistas-independentistas que representa unos de los grandes problemas que tiene esta reforma, como es poder dejar en manos de gobiernos autonómicos su aplicación. Gravísimo error que nos aleja del presuntamente copiado sistema francés. Un sólo Gobierno, una sola Administración. Se harán conductores de primera y de segunda, como al parecer ya ocurre con los profesionales.
Éstos, los profesionales, tampoco deberían estar demasiado preocupados porque la lista de infracciones que en teoría le restarán puntos, son las menos y serán los excesos de horas de conducción, la aminoración de tiempos de descanso o la realización de alguna maniobra incorrecta. Pero sin novedades en el frente. Es una norma que afecta más a los condcuotores normalitos que a los profesionales. Sin duda. Quizá se debía haber insistido más en la posibilidad de cumplir la retirada de carné en fines de semana, no como excepción, sino como norma general. Esta novedad ya era una realidad administrativa y sobre todo, judicial.
No olvidemos, como novedad, que las sanciones siguen iguales (cuantía + retirada), a lo que ahora se añade la pérdida de puntos.
Pero la barbarie de esta reforma, no deja de sorprender. No olvidemos que las sanciones siguen iguales (cuantía más retirada), a lo que se añade, con la reforma, la pérdida de puntos. Ahora el plazo mínimo de retirada de carné será de un mes, cuando los juzgados de España, en base a los criterios de graduación de la sanción, venían recogiendo periodos inferiores. En este caso la reforma va en contra de los conductores y una vez más, evidencia que los Señores parlamentarios, desconocen la realidad social de nuestro pais. Se han introducido una serie de infracciones muy graves nuevas (art 65.5 letras i hasta p) pero que no van a aportar más seguridad en el tráfico, sino más represión.
Pero si hay algo escandaloso en esta refoma, es la eliminación de un derecho esencial para cualquier ciudadano, como es el de recurrir contra una decisión administrativa. Sí, esta reforma, al margen de aumentar la represión y no porponer o habilitar prevención, además elimina, cercena, suprime un derecho fundamental: el de recurrir, el de intentar acreditar que hace falta elementos de juicio (pruebas) para inculpar administrativamente a un cuidadano. Con este reforme perdemos todos. Menos derechos, menos libertades. Más represión.
Me refiero a la eliminación del poder recurrir por acogerse al descuento por pago anticipado del 30% que se ha colado en silencio en los artículos 67.1 párrafo 3 in fine y 77.2. Con la frase ?tú paga y no recurras porque eres culpable? se puede resumir la filosofía de este reforma. Parece que el talante de este nuestro Gobierno hace aguas cada vez que puede. Ahora elimina de un plumazo, lo que el Tribunal Supremo había dicho de forma inapelable: el acogerse al descuento no supone asumir las comisión de un hecho, mientras se opte por el recurso. ¿Por qué si no, no se aplica esa medida a las infracciones que llevan aparejada retirada de carné? Volvemos a tener a infractores más culpables que otros y eso, creo recordar que el art 14 y 24 de la CE (Constitución Española) no lo permite. Pero es posible que este texto normativo, la CE, esté ya en vías de extinguirse. Crónica de una muerte anunciada. Lamentablemente ya hay cuidadanos de primera y cuidadanos de segunda.
Por último y lejos de cesar en esta posición beligerante contra esta reforma, volvemos al vacío legal que supone no saber ni qué reformas se van a acometer en el Reglamento General de Conductores ni cómo se van a articular los famosos cursos de reciclaje para recuperar los puntos, entre muchos aspectos que se han quedado en el aire. ¿Caerá esto en manos de las Comunidades Autónomas? ¿Será más fácil recuperar puntos en Canarias que en Asturias? ¿O simplemente será imposible para un andaluz reciclarse en Cataluña? El tiempo y las mayorías-minorías parlamentarias lo dirán.
En cualquiera de los casos, espero tener tiempo para analizar jurídicamente con más profundidad los efectos de esta pésima reforma, traída al albur de los aires de afrancesamiento que nos invade, ya que se ha mostrado como una copia mala de un sistema que está estructurado bajo una concepción política, social y económica, completamente distinta a la española y por cierto en crisis, con demasiadas, la realidad española, sensibilidades en juego. Les anticipo: esta reforma no solventará nada. Al tiempo.
Fernando R. Ortega
