Y pretende lograrlo lanzando al menos dos versiones híbridas de cada modelo de su gama y lanzando su primer vehículo completamente eléctrico en 2019.
“Se trata de un objetivo deliberadamente ambicioso”, afirma Håkan Samuelsson, presidente y director ejecutivo. “Sin duda es un gran reto, pero Volvo quiere estar a la vanguardia del cambio hacia la electrificación”.
Nada más y nada menos que cinco años lleva Volvo Cars preparándose para la llegada de los vehículos eléctricos desarrollando dos nuevas plataformas para vehículos grandes y pequeños –la plataforma de arquitectura escalable de productos (SPA) y la plataforma de arquitectura modular compacta (CMA) que pueden incorporar tanto tecnología híbrida como totalmente eléctrica. Estas plataformas sirven para desarrollar las series 60 y 90, con la escalable SPA, y para una futura gama de vehículos compactos de la serie 40 sobre la CMA. Todo ellos tendrán versiones eléctricas.
Esta promesa forma parte de una amplia revisión del programa de sostenibilidad estratégica que Volvo ha presentado y que incluye varios compromisos que colocarán la sostenibilidad en el centro de sus actividades. Este objetivo se ha bautizado como “omtanke”, una palabra sueca que significa “consideración” o “cuidado”.
Entre los compromisos adquiridos por Volvo Cars se encuentra la exigencia de que su actividad no afecte al clima ya en 2015, de que un 35% de sus puestos directivos estén ocupados por mujeres en 2020, así como que para ese año ninguna persona muera ni resulte herida de gravedad en un vehículo Volvo de nueva generación, e incluso seguir colaborando estrechamente con sus socios internacionales para promover la sostenibilidad.
“Para nosotros la sostenibilidad no es algo nuevo ni al margen de nuestras actividades: forma parte de todo lo que hacemos. Sencillamente, es nuestra forma de trabajar”, señala Samuelsson. “Este nuevo compromiso con la sostenibilidad refleja una creencia fundamental para Volvo Cars: que debemos crecer de forma responsable”.
