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    Velocidades Reales de Circulación en España 2002

    1 de enero de 2002
    Uno de cada seis vehículos comete una infracción muy grave por exceso de velocidad, según la nueva Ley de Tráfico que entró en vigor el pasado mes de enero.
    Velocidades Reales de Circulación en España 2002
    El RACE presenta hoy los resultados de su estudio "Velocidades Reales de Circulación en España 2002" en donde, tras controlar la velocidad de más de nueve mil turismos, autobuses y camiones, tanto en ciudad como en carretera, se llega a la conclusión de que la gran mayoría de los conductores españoles circula muy por encima de los límites de velocidad.

    Datos resumen del estudio

    Vehículos controlados 9.020
    Vehículos infractores 6.160
    Porcentaje infractores / controlados (en %) 68,29
    Cometen infracción muy grave 1.262
    Porcentaje muy grave / controlados (en %) 13,99

    Causas de las infracciones

    En determinadas localizaciones el porcentaje de vehículos que circulan por encima de la velocidad permitida se aproxima alarmantemente al cien por cien. Este exceso de velocidad, según el RACE, se puede deber a dos motivos. Por una parte a que la vía presenta un diseño o una apariencia que invita a circular a velocidades superiores a la establecida. Éste sería el caso, por ejemplo, de una vía interurbana que se convierte repentinamente en un tramo urbano manteniendo un trazado propio de autovía y en donde una simple señal de limitación a 50 km/h es la única referencia que encuentran los conductores. Dicha solitaria limitación, a la vista de los resultados, pasa totalmente desapercibida para la mayoría de ellos. En otras ocasiones se detecta simplemente una falta de concienciación por parte del conductor hacia el peligro real que entraña no respetar la limitación específica, como al circular en el interior de túneles de carretera.


    Llama también la atención que en determinadas vías urbanas, todos aquellos autobuses que se incorporan al tráfico tras la correspondiente parada para subida y bajada de viajeros pasan a continuación por delante del radar del RACE a una velocidad de entre 63 y 69 km/h, después de haberse detenido completamente.

    Pero no todos los excesos de velocidad son consecuencia de una señalización insuficiente o del diseño de la vía. Resulta especialmente preocupante ese 47,3 por ciento de conductores que, en una zona escolar señalizada con profusión y claridad, hacen caso omiso de la limitación. Ni siquiera los autobuses escolares cargados de niños respetan las velocidades específicas en los alrededores de los colegios. Aquí no hay objeción alguna a la visibilidad de la señalización o tipo de vía y tal vez la razón de esa desobediencia se deba buscar de nuevo en una falta de conciencia del peligro, algo cuya solución es sencilla y se basa en campañas de educación vial. Aunque también hay que reconocer que la presencia anunciada por las señales de niños únicamente es patente a determinadas horas, de entrada y salida del colegio, con lo que la señal carece de significado durante la mayor parte del día.

    En otro de los escenarios se ha estudiado el comportamiento de los conductores en un cruce de un camino sin asfaltar que da servicio a dos fincas particulares, una a cada lado de la carretera, situado justo en la cima de un cambio de rasante. Durante la jornada dedicada a controlar velocidades, tan sólo un vehículo se incorporó a la carretera. La solución patente en este caso es trasladar el acceso a las fincas a cualquiera de los tramos rectos de carretera que hay a ambos lados del rasante.

    ¿Se "construye" al infractor?

    Lo anterior son únicamente algunos ejemplos presentados en su informe por el RACE, el cual pretende profundizar en los motivos que llevan a los conductores a no respetar los límites de velocidad. ¿Se nace infractor, o se "construye" al infractor a lo largo del tiempo? Probablemente, y dependiendo de los casos, las dos cosas al mismo tiempo.


    A modo de curiosidad, se ha traducido las infracciones detectadas durante las dos semanas de toma de datos a cifras reales, en concreto a cuánto se hubiera recaudado si se hubiesen tramitado y cobrado todas las denuncias. Aplicando para las sanciones en casco urbano la normativa de circulación del Ayuntamiento de Madrid, la recaudación hubiera sido de 506.940 ?. En el caso de las sanciones en zona interurbana, aplicando las cuantías mínimas de los baremos empleados por Tráfico, la "caja" habría sido de 331.560 ?. En total, tras dos semanas de trabajo la recaudación habría ascendido a 838.500 ? (139,5 millones de pesetas).

    El Presidente del RACE, Fernando Falcó, indica que "los resultados de este estudio demuestran que de poco ha servido meter en el mismo saco todos los elementos de un sistema tan complejo como es la gestión de la velocidad. Las actuaciones de control y sanción se han centrado tradicionalmente en unas situaciones concretas que no son, ni mucho menos, las de mayor riesgo para la circulación. El resultado ha sido que los conductores conduzcan preocupados por recibir en su casa una multa de radar en autopista, mientras que se saltan inconscientemente los límites en ciudad, en cambios de rasante, en túneles...".

    Abundando en lo anterior, el Departamento de Seguridad Vial del RACE apunta que "la vía habla al conductor, a través de su diseño y de su entorno y con voz alta, y cuando el mensaje de las señales no es creíble los resultados están a la vista. Una limitación o una prohibición ininteligible para el usuario de la vía (ya sea una semáforo para peatones en rojo o un límite específico o genérico de velocidad) es una auténtica escuela para infractores. Y el problema viene cuando la limitación realmente está justificada por el riesgo existente, y los conductores tampoco la respetan".

    Fuente: Race
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