En marzo de 1985, Volvo Car Corporation presentó el resultado de una nueva colaboración entre Suecia e Italia en el campo del lujo: el Volvo 780, diseñado y construido por Bertone en Turín. El evento tuvo lugar en el stand de Volvo Cars del Salón del Automóvil de Ginebra.
Los exclusivos cupés de Volvo fabricados en pequeñas series como "top models" han ido apareciendo desde comienzos de los 60. Volvo se dio cuenta pronto de la importancia de abarcar nuevos segmentos de mercado con la ayuda de estos vehículos, para captar el interés de más clientes por otros modelos no tan exclusivos.
Esto funcionó con la serie 1800 que permaneció en producción durante casi treinta años ?con cerca de 48 000 vehículos vendidos? y también fue el caso del top model de la serie 240/260, el 262C.
El 262C fue diseñado y fabricado en Italia por Carrozzeria Bertone y salió al mercado en 1977. Cuando se lanzó la siguiente generación de vehículos Volvo ?los modelos 760/740 se presentaron a comienzos de los 80? no pasó mucho tiempo antes de que Volvo repitiera la estrategia: a los dos sedán/Station Wagon les siguió un cupé realmente exclusivo.
Modelo totalmente nuevo
El 262 fue solo una ligera modificación de la carrocería existente, pero el 780 era un modelo totalmente nuevo que no compartía ninguno de los paneles de carrocería con los vehículos de cuatro o cinco puertas. Fue otra vez Bertone quien se encargó del diseño y la fabricación en la planta de Turín. El vehículo se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra en marzo de 1985.
"Con el 780, podemos ofrecer un elegante turismo con un diseño personal, detalles exclusivos y un programa de motor único con el énfasis puesto en el confort", afirmó el responsable de marketing de Volvo Car Corporation, Carleric Häggström, en el comunicado de prensa sobre el nuevo vehículo.
El confort era también la palabra que mejor describía el modelo. No era un deportivo sino un vehículo muy confortable, lujosamente equipado y con todo tipo de dispositivos y accesorios de serie.
El doble del precio de un 760 GLE
La mayoría de los dispositivos eran de accionamiento eléctrico: asientos, ventanillas, retrovisores, techo solar. Tenía una unidad de aire acondicionado, frenos ABS, sistema de nivelación automático, centro de información electrónico y un avanzadísimo sistema de sonido. Era bien caro, desde luego, con un precio de 290 000 coronas suecas, unas dos veces el precio de un 760 GLE.
Tenía tres motores para elegir: el V6 de 2,8 litros, un turboalimentado de cuatro o el turbodiésel de seis en línea que Volvo utilizaba en ese momento. Ninguno de estos motores, sin embargo, era capaz de llevar el vehículo hasta una velocidad máxima de 200 km/h, que es el umbral psicológico de las autopistas alemanas, pero era exclusivo, confortable y silencioso. Estaba principalmente dirigido a EE. UU., Japón y algunos mercados de Europa, entre ellos Suecia.
El Volvo 780 siguió en producción hasta 1990 sin ningún cambio importante en el exterior, pero técnicamente se mantuvo al nivel del 760 e incorporó la suspensión trasera independiente para el modelo del año 1988. Finalmente también recibió el estatus de culto del que suelen disfrutar los vehículos exclusivos. Solo se fabricaron 8518 unidades del 780 y hoy es una pieza de coleccionista que poseen algunos propietarios tanto en Europa como en EE. UU.