Desarrollado en colaboración con el Centro para la Investigación de Ciencia y Tecnología Avanzadas de la prestigiosa Universidad de Tokio, en Japón, Nissan ha construido el Bio-mimetic Car Robot Drive, o BR23C, un microcoche robótico que reproduce las características de una abeja con el objetivo final de producir un sistema que prevenga las colisiones en general.
Descrito por Kazuhiro Doi, director general de Relaciones Públicas para Tecnología e Investigación y Desarrollo de Gestión de Marca, como una ampliación del Escudo de Seguridad de cuatro áreas de Nissan, el coche robótico BR23C tiene la intención de mejorar el área más interna de ese escudo y, al hacerlo, reforzar las capacidades de prevención de colisiones de los vehículos de la marca.
?Durante su vuelo, cada abeja crea su propio espacio personal con forma ovalada, que de hecho se parece mucho a nuestro Escudo de Seguridad,? afirmó Doi.
Pero lo que es más importante son los ojos compuestos de la abeja, capaces de ver con un ángulo de más de 300 grados en todas direcciones, lo que le permite volar sin interrupción dentro de su propio espacio personal.
Para recrear la función de un ojo compuesto, los ingenieros diseñaron la idea del Laser Range Finder (localizador láser).
El LRF detecta los obstáculos que se encuentren hasta a dos metros de distancia dentro de un radio de 180 grados delante del BR23C, calcula la distancia hasta dicho objeto y envía una señal a un microprocesador de abordo, lo que inmediatamente se traduce en la prevención de la colisión.
?En el mismo momento que detecte un obstáculo, el coche robótico imitará los movimientos de una abeja e inmediatamente cambiará de dirección girando sus ruedas en ángulo recto o mayor para evitar la colisión. La mayor diferencia con cualquier sistema existente es que la maniobra de evasión es totalmente instintiva. Si no fuera así, el coche robótico no sería capaz de reaccionar con suficiente rapidez para evitar los obstáculos,? nos explica Toshiyuki Andoh, director del Laboratorio de Movilidad y principal ingeniero del proyecto del coche robótico.
?Debe reaccionar instintivamente y de forma instantánea, ya que esta tecnología corresponde a la capa más vulnerable e interior de nuestro Escudo de Protección, una capa en la que la colisión se considera actualmente inevitable. Todo el proceso debe reflejar lo que hace una abeja para evitar a otras abejas. Debe ocurrir en lo que se tarda en pestañear.?
Pero, a diferencia de una abeja, el coche no se puede desviar hacia arriba o hacia abajo, ni en diagonal; solo se puede mover en dos dimensiones y en la dirección que le permiten girar sus ruedas.
?Por esta razón, en lugar del infinito número de posibilidades que una abeja tiene para evitar a otras abejas, nosotros hemos utilizado una función de rotación, además de aceleración y desaceleración, como medios para que el coche robótico evite las colisiones,? añadió Andoh.
El BR23C utiliza baterías de polímeros de litio, que son más ligeras y tienen una mayor densidad de energía, lo cual significa que duran más que la variedad de iones de litio. Andoh nos cuenta que lo que hace inteligente a este vehículo son sus instintos, no su habilidad para procesar o almacenar datos.
?Este dispositivo solo necesita procesar información cada pocos segundos, y actuar según esos datos. No requiere guardar información ni lógica intuitiva de maniobras previas, por lo que puede funcionar de forma continuada con sólo un par de docenas de KB de memoria. Puede que esto sorprenda, pero no estamos hablando de gigas de memoria, ni siquiera de megas.?
Este es el primer paso para desarrollar nuevas tecnologías de prevención instantánea de colisiones, una tecnología que Nissan vaticina que se introducirá en los coches de serie dentro de diez años.
Otra posible aplicación futura de esta tecnología podría ser la integración de la unidad con un sistema GPS de navegación por satélite para guiar al conductor hasta su destino evitando los obstáculos en el camino.
Descrito por Kazuhiro Doi, director general de Relaciones Públicas para Tecnología e Investigación y Desarrollo de Gestión de Marca, como una ampliación del Escudo de Seguridad de cuatro áreas de Nissan, el coche robótico BR23C tiene la intención de mejorar el área más interna de ese escudo y, al hacerlo, reforzar las capacidades de prevención de colisiones de los vehículos de la marca.
?Durante su vuelo, cada abeja crea su propio espacio personal con forma ovalada, que de hecho se parece mucho a nuestro Escudo de Seguridad,? afirmó Doi.
Pero lo que es más importante son los ojos compuestos de la abeja, capaces de ver con un ángulo de más de 300 grados en todas direcciones, lo que le permite volar sin interrupción dentro de su propio espacio personal.
Para recrear la función de un ojo compuesto, los ingenieros diseñaron la idea del Laser Range Finder (localizador láser).
El LRF detecta los obstáculos que se encuentren hasta a dos metros de distancia dentro de un radio de 180 grados delante del BR23C, calcula la distancia hasta dicho objeto y envía una señal a un microprocesador de abordo, lo que inmediatamente se traduce en la prevención de la colisión.
?En el mismo momento que detecte un obstáculo, el coche robótico imitará los movimientos de una abeja e inmediatamente cambiará de dirección girando sus ruedas en ángulo recto o mayor para evitar la colisión. La mayor diferencia con cualquier sistema existente es que la maniobra de evasión es totalmente instintiva. Si no fuera así, el coche robótico no sería capaz de reaccionar con suficiente rapidez para evitar los obstáculos,? nos explica Toshiyuki Andoh, director del Laboratorio de Movilidad y principal ingeniero del proyecto del coche robótico.
?Debe reaccionar instintivamente y de forma instantánea, ya que esta tecnología corresponde a la capa más vulnerable e interior de nuestro Escudo de Protección, una capa en la que la colisión se considera actualmente inevitable. Todo el proceso debe reflejar lo que hace una abeja para evitar a otras abejas. Debe ocurrir en lo que se tarda en pestañear.?
Pero, a diferencia de una abeja, el coche no se puede desviar hacia arriba o hacia abajo, ni en diagonal; solo se puede mover en dos dimensiones y en la dirección que le permiten girar sus ruedas.
?Por esta razón, en lugar del infinito número de posibilidades que una abeja tiene para evitar a otras abejas, nosotros hemos utilizado una función de rotación, además de aceleración y desaceleración, como medios para que el coche robótico evite las colisiones,? añadió Andoh.
El BR23C utiliza baterías de polímeros de litio, que son más ligeras y tienen una mayor densidad de energía, lo cual significa que duran más que la variedad de iones de litio. Andoh nos cuenta que lo que hace inteligente a este vehículo son sus instintos, no su habilidad para procesar o almacenar datos.
?Este dispositivo solo necesita procesar información cada pocos segundos, y actuar según esos datos. No requiere guardar información ni lógica intuitiva de maniobras previas, por lo que puede funcionar de forma continuada con sólo un par de docenas de KB de memoria. Puede que esto sorprenda, pero no estamos hablando de gigas de memoria, ni siquiera de megas.?
Este es el primer paso para desarrollar nuevas tecnologías de prevención instantánea de colisiones, una tecnología que Nissan vaticina que se introducirá en los coches de serie dentro de diez años.
Otra posible aplicación futura de esta tecnología podría ser la integración de la unidad con un sistema GPS de navegación por satélite para guiar al conductor hasta su destino evitando los obstáculos en el camino.