Aunque no existen estudios definitivos sobre esta cuestión, parece cierto que algunos aspectos de la salud están íntimamente ligados a las oscilaciones que se generan durante la locomoción, así como a las velocidades de desplazamiento del cuerpo en el espacio en situaciones de aceleración y desaceleración.
No se trata una norma constante que afecte a todas las personas por igual: depende de la forma física, la edad, el peso, etc. En cualquier caso, está demostrado que una aceleración vertical superior a unos límites (en torno a 2´35 m/s) genera malestar. Lo mismo ocurre cuando la frecuencia de las oscilaciones sobrepasa el umbral de los 6'1 hercios. Con una suspensión en mal estado es sencillo sobrepasar estos valores, lo que nos llevará a sentir cansancio y malestar durante la conducción.
Debemos pensar en los más pequeños y en las personas mayores, que como ocupantes despreocupados de las labores de conducción sufren mucho más estas consecuencias que derivan en mareos, vómitos, dolores de cabeza, vista cansada, estómago revuelto, en fin, una pesadilla evitable en algunos casos con un mantenimiento adecuado del vehículo.
No se trata una norma constante que afecte a todas las personas por igual: depende de la forma física, la edad, el peso, etc. En cualquier caso, está demostrado que una aceleración vertical superior a unos límites (en torno a 2´35 m/s) genera malestar. Lo mismo ocurre cuando la frecuencia de las oscilaciones sobrepasa el umbral de los 6'1 hercios. Con una suspensión en mal estado es sencillo sobrepasar estos valores, lo que nos llevará a sentir cansancio y malestar durante la conducción.
Debemos pensar en los más pequeños y en las personas mayores, que como ocupantes despreocupados de las labores de conducción sufren mucho más estas consecuencias que derivan en mareos, vómitos, dolores de cabeza, vista cansada, estómago revuelto, en fin, una pesadilla evitable en algunos casos con un mantenimiento adecuado del vehículo.