Texto: Equipo de Pruebas 29/01/2010. Fotografías Com&Com. Publicado enero 2010

Rf motor: PSA Tipo: D/D4164T
Que esta versión esté dirigida a ahorrar combustible no significa que no pueda ser deportiva, como se puede observar por su aspecto exterior y por unas suspensiones que ofrecen un equilibrio digno de coche de un segmento superior.
La deportividad no está reñida con el ahorro
Aún siendo un familiar de líneas clásicas no cabe duda que el coche tiene un regusto deportivo bastante bueno como así demuestran el diseño de los paragolpes, las llantas de aleación ligera con neumáticos de bajo rozamiento y las molduras pintadas en negro.
En cualquier caso el V50 1.6D DRIVe tiene algunas modificaciones respecto a las versiones convencionales que le hacen arañar décimas al consumo de combustible. Para empezar nos encontramos que el chasis es 10 mm más bajo y es uno de los detalles que le otorgan esa deportividad que comentamos.
En el frontal encontramos el mismo paragolpes que las versiones deportivas T5 y también vemos que la rejilla de aireación del motor está cubierta interiormente para mejorar la aerodinámica.
Las llantas de aleación también tienen un diseño optimizado para mejorar la circulación del aire. Casi imperceptibles encontramos unos pequeños deflectores de aire entre la parte baja de los pasos de rueda delanteros y la parte final del spoiler inferior delantero.
Ligeros retoques mecánicos
A pesar de ser una mecánica que no arroja malos datos de consumo, el motor 1.6 diesel de 109 CV también recibe sus pequeños retoques para ser más eficiente con el consumo.
Se ha mejorado la ventilación del motor y se ha retocado la gestión del motor y de la dirección asistida. Dicho cambio en la gestión del motor se nota a bajas vueltas, ya que encontramos una respuesta más llena y vemos que el coche empieza a avanzar antes que en otros coches que equipan el mismo motor sin modificar.
La caja de cambios también ha pasado por el quirófano y tenemos unos desarrollos más largos en 3ª, 4ª y 5ª que casi no penalizan las recuperaciones y aceleraciones. Es una lástima que no lleve una sexta velocidad que haría bajar el consumo cuando se circula en autopista.
La última modificación mecánica realizada la encontramos en el uso de un aceite de transmisión de baja fricción, ya que según los ingenieros de Volvo se consigue reducir el consumo en un 0,75%.
Pero la estrella de todo este conjunto de modificaciones mecánicas es el sistema de calado automático, que es el que más hace reducir el consumo cuando usamos el coche en ciudad. No presenta ninguna novedad respecto a otros sistemas similares y su velocidad de arranque entra en la media.
Por último, también tenemos carga regenerativa, una función que recarga la batería cuando se suelta el acelerador o el freno con una marcha engranada. El alternador aprovecha la energía cinética del vehículo y no tiene que emplear combustible como fuente de energía cuando el nivel de la batería desciende, lo que permite un ahorro de combustible del 2-3%.
No le hace ascos a nada
Gran trabajo el realizado por Volvo en la puesta a punto de las suspensiones del V50 1.6D DRIVe. De entrada parece que entre las manos tenemos un S60 por la excelente calidad de rodadura y por cómo mima a sus ocupantes.
Pero la sorpresa viene cuando buscamos afrontar curvas rápidamente con el coche. Se comporta tan bien que al principio nos hizo dudar sobre si llevaba el paquete R-Design montado. A pesar de que el coche tiene sus inercias la realidad es que desde dentro no se aprecian y es un coche que te da mucha confianza para ir rápido, aunque los 109 CV tampoco nos van a poner en muchos apuros.
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