Texto:
Eugenio Pinilla (26/05/2008.
Fotografías Com&Com. Publicado mayo 2008
En un tamaño muy compacto
disfrutamos de un coche con 5 plazas, viene en sustitución de un modelo
que también tenía el espacio como premisa a pesar de un tamaño reducido,
un monovolumen para la ciudad, pero este Splash tiene unas líneas mucho
más atractivas y modernas.
Sigue
la línea de acabado de la marca Suzuki, a pesar de ser un coche casi
idéntico al Opel Agila en su factura, con la filosofía de la ciudad pero
renunciando al mínimo espacio posible.
En su
gama encontramos 3 motores, dos de ellos de gasolina de 65 y 86 CV,
nuestro 1.2 es el más potente y también se puede disponer con cambio
automático, el tercer motor es un diesel de 75. En cuanto a acabados
disponemos de tan sólo dos, con lo que la gama no es demasiado grande,
pero si suficiente para su sector de mercado.
Pequeño pero práctico
El
Splash se puede considerar como un utilitario, pero su estatura puede
hacerle codearse con coches de algo más de tamaño. Con 159 cm de altura,
permite un espacio interior interesante en el que se acomodan 5 personas
sin renunciar a algo de maletero. Y es que sus líneas redondeadas siguen
aprovechando el espacio muy bien, con un morro bastante corto y una zaga
muy vertical para favorecer la capacidad de carga.
Un
motor apto para carretera
Cuenta
con 86 CV en su motor de 1.2 litros, con una culata multiválvulas, es un
motor bueno para defenderse en carretera sin ser muy grande para el coche
en su filosofía urbana.
El
cambio es de 5 velocidades con un tacto muy bueno con tracción delantera
evidentemente.
Dentro parece más grande
El
interior de este pequeño urbanita sorprende porque parece un coche más
grande, desde luego no sientes la estrechura de su antecesor, y ahora
tenemos 3 plazas atrás, no son plazas para largos viajes, pero se pueden
acomodar 3 adultos. Con sus 4 puertas el acceso es bastante cómodo a
todas.
El
espacio aquí atrás depende un poco en buena lógica de los reglajes de los
delanteros, pero son asientos altos y siempre da más de si.
El
acabado en apariencia es elegante los plásticos obligados están diseñados
con cierta gracia y el coche conserva también buena alegría interior.
Los
detalles de confort son básicos, no hay por ejemplo luces indirectas. Pero
sin embargo, la zona de carga si tiene detalles como ganchos y un doble
fondo para cosas, debajo de éste está la rueda de repuesto que es de
emergencia, con todas sus herramientas.
Se
puede abatir, se hace de forma asimétrica y el suelo queda plano.
Equipo
Los
equipamientos del Splash son relativamente básicos, en su nivel más bajo
los retrovisores son manuales y el aire acondicionado opcional en la
versión de gasolina. Por que esa es otra, hay que fijarse bien en el
equipo también según motores, ya que hay variaciones como las llantas y
los antinieblas. Nuestro GLS 1.2 trae todo eso que sin embargo no trae el
1.0. Entre lo más destacable el ordenador de consumos, ABS y 3 pares de
airbags delante. Hay la opción para todos de control de estabilidad.
Fácil de conducir
La
primera premisa de un coche para la ciudad es que no tenga complicaciones
de subirse uno, meter una marcha y tirar para delante. Y el Splash esto lo
tiene. Luego podemos matizar.
El
asiento es alto y la visibilidad excelente, por su tamaño el dominio del
coche es muy bueno hasta para los más noveles, y después los más altos
tampoco tendrán problemas de acomodarse al volante, sus reglajes son
bastante amplios.
No
cuenta con distancia del volante al cuerpo, el volante está acabado en un
material que si no es piel es muy parecido, pero cambio y freno de mano
no.
En
cuanto a la instrumentación, tras el volante un gran velocímetro escalado
hasta los 200, con un display en el que tenemos las lecturas del
cuentakilómetros más la hora y temperatura exterior, así como el nivel de
combustible en rayitas, eso que no nos gusta cuando estamos apurando y por
fuera del volante vemos el cuentavueltas.
Ligero y ágil
El
poco peso del Splash con este motor de 86 CV, hace que sea un coche
bastante ágil siempre que no vayamos a plena carga. Agradece el uso del
cambio para sacar la mejor partida del motor, que sube con relativa
facilidad por encima de las 6.000 rpm, si bien su potencia máxima está en
5.500, con un par máximo que aparece a 4400 rpm, no es un par para lanzar
cohetes pero se defiende bien.
El
cambio tiene un estupendo manejo, con recorrido bastante corto y una
inserción muy buena, por lo que no da pereza usarlo para sacar el mejor
partido de sus 86 CV.
Es muy
amigo de las curvas, por su ligereza y un chasis tirando a duro, se
inserta muy bien en las curvas, y quizá sea el aplomo de coche grande lo
que puedas echar de menos en las más abiertas a más velocidad, pero jamás
te verás en un apuro que no busques.
Entre 5 y 7 litros de consumo
El
consumo se mueve en una horquilla entre los 5 y 7 litros, hacia los 5 si
estamos en carretera abierta con cruceros entre 120 y 130, hacia los 7 si
estamos en la ciudad en malas condiciones de tráfico o en curvas con una
conducción deportiva.
Es un
coche por otro lado que tiene una punta de 175 km/h aunque tarde un poco
en cogerla, se mueve muy bien hasta 60/70 km/h, los 100 los hace en 11.5
segundos. Unas prestaciones decentes por que hay siempre cierta alegría,
aunque el cambio no se debe descuidar.
Competencia y precio
Realmente su competidor más directo es el Opel Agila, con un precio
ligeramente inferior pero también ligeramente algo menos de equipo,
después hay coches en su tamaño y potencia, pero quizá con la carrocería
tradicional, como el Micra o el Yaris, y un poco por encima de precio el
Jazz.
RESUMEN
Un
pequeño utilitario con guiños a la polivalencia, pues se defiende muy bien
en cuestión de carga si se renuncia a una o dos plazas. Un motor con
bastante carácter y con consumos agradecidos. Maniobrabilidad y facilidad
de conducción con un acabado que no desmerece.
Gama
Splash
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