Devorador de curvas
Texto: Equipo de Pruebas 24/04/2010. Fotografías Com & Com. Publicado abril 2010.
Nuestro agradecimiento al RACE por las facilidades dadas para el uso del Circuito del Jarama.

Rf motor: FUJI HEAVY Tipo: G EJ25
Se hace raro ver una versión STI "sin maletero" pero no cabe duda de que es un coche muy deportivo y llama mucho la atención en la calle. Si en vez de negro hubiese sido azul y con las llantas doradas...
Carrocería musculada
Partiendo de la carrocería de un WRX este STI parece que haya pasado toda su vida en el gimnasio, pues al coche se le ve fundamentalmente "hinchado" allá por donde lo mires.
Lejos de quedar mal, la puesta en escena es magnífica y es un coche que llama mucho la atención allá por donde vayas por la gran deportividad que emana. Claro, que la toma de aire del intercooler que tenemos en el capó también se encarga de desviar unas cuantas miradas hacia el coche.
El diseño de las llantas también es muy bonito y deja entrever mucho el equipo de frenos. No se trata solo de diseño, sino que además tienen que dejar pasar aire para refrigerarlos; a poco que nos pongamos van a tener trabajo y del duro.
La parte trasera tampoco se queda atrás del resto del conjunto y encontramos un spoiler en el techo de tamaño generoso, aunque no tanto como la generación anterior de 4 puertas. Se ha pasado de una sola salida de escape a dos dobles situadas en los extremos del difusor trasero que también ponen su granito de arena en cuanto a deportividad se refiere.
Si queremos equipar faros antiniebla mejor que nos lo vayamos quitando de la cabeza. Las necesidades de refrigeración del coche impiden montarlos. El fallo del diseño es no haberle buscado otra ubicación, hay que servirse de los faros de Xenón.
En resumidas cuentas, aún en un discreto color negro como el de nuestra unidad de pruebas, el Impreza STI no va a pasar desapercibido por ningún lado. Menos mal que los fabricantes aún sacan coches que nos emocionen sólo con mirarlos y éste es uno de ellos.
Detalles deportivos diferenciadores
Abres la puerta del Impreza STI y te reciben unos estupendos backets, a la vez que te entran ganas de enfundarte un casco y salir a disputar un tramo cronometrado. Son de la marca Recaro y están acabados en alcántara y cuero. Su agarre, como se puede imaginar, es prácticamente perfecto en cualquier circunstancia y no se muestran incómodos.
También difiere del resto de la gama Impreza el pedalier, que esta versión es de aluminio y tiene un toque bastante rácing.
La instrumentación también es distinta, con unas grafías en color rojo cereza que son exclusivas de los STI y que iluminadas de noche tienen una intensidad destacable. El cuentarrevoluciones toma el protagonismo absoluto ocupa casi la mitad del cuadro y está situado en el centro....vamos, como debe ser en un deportivo que se precie de serlo. A ambos lados de éste se sitúan el velocímetro y los indicadores de combustible y temperatura del motor.
Encontramos la inscripción "STI" en el centro del volante y en la parte baja de la consola, justo por delante de la palanca de cambios. Detrás de esta encontramos los mejores aliados para buscar la diversión: el mando del SI-Drive y el del manejo del diferencial central, de los que hablaremos más adelante.
Por lo demás tenemos un salpicadero de idéntico diseño y materiales que en el resto de la gama Impreza.
Tres caracteres en uno
Gracias al sistema SI-Drive (Subaru Intelligent Drive) podremos gestionar el motor con tres "cartografías" distintas. En el modo Inteligente (I) la entrega de potencia del motor es más gradual al pisar el acelerador. También se activa un indicador de cambio a marcha superior, situado en los relojes del panel de instrumentos para avisarnos del momento idóneo donde se debe cambiar para conseguir optimizar el consumo.
Es el modo idóneo para circular en ciudad con el Impreza STI por su forma de entregar la potencia, ya que si circulamos en cualquier de los otros dos modos tendremos bastantes tirones al acelerar.
En el modo Sport (S) ya notamos una mayor bravura del motor y un salto en la entrega de potencia bastante acusable. A diferencia del modo Inteligente, en el que se entrega la potencia de forma bastante progresiva, aquí encontramos una entrega bastante lineal pero contundente.
El modo más deportivo se llama Sport Sharp (S#) pero habría que haberlo llamado modo Hiperespacio. Si conducimos el coche en modo I nos decepcionará porque no parece que tiene los 300 CV...¡pero ay como se nos ocurra poner el modo S#! Más vale que tengamos bien las cervicales o localizado un fisioterapeuta, porque las aceleraciones en marchas cortas son de las que nos pegan literalmente la espalda en el asiento y el cuello se nos va para atrás de forma muy notable. Todo un cúmulo de sensaciones cuando aceleramos y que engancha, no nos vamos a engañar, y que tiene su culmen a partir de 3.500 rpm donde la aguja del cuentavueltas parece que pida a gritos que la amplíen la zona roja, porque llega al corte (6.700 rpm) en un santiamén.
Hablando del motor, la potencia ha subido a 300 CV como también lo ha hecho la cilindrada a 2.500 CC, manteniendo lógicamente la disposición boxer de los cilindros. El conjunto de escape también es nuevo, pasando de una sola salida de escape a dos dobles y perdiendo mucho en acústica deportiva. De hecho, es un poco frustrante que un coche tan deportivo como este suene tan poco y a coche normal, sabiendo que sus rivales en este sentido incorporan alguna medida que deleite nuestro sentido del oído.
La caja de cambios está a la altura y tiene un tacto y recorrido como los de un coche de carreras. Es cierto que hay que meter las marchas con un poco de decisión pero da gusto tener que mover la palanca muy poco para insertar una marcha. Los desarrollos del cambio están a la altura del coche y están bien dimensionados.
Electrónica al servicio de nuestra diversión
Nuestro mejor amigo a la hora de divertirnos y sacar lo mejor del Impreza STI es el DCCD o Sistema de Diferencial Central Controlado por el conductor , que cambia el reparto de potencia entre los ejes delantero y trasero desde 41:59 hasta bloqueado a un solo eje.
En modo automático el sistema decide el mejor reparto según nuestra conducción y estado del firme y hemos comprobado que es el mejor para conducción deportiva en asfalto, mientras que en manual somos nosotros quienes decidimos el reparto de tracción que queremos en cada eje, desde todo delante a todo detrás, pasando por cuatro configuraciones intermedias.
Este sistema complementa al fantástico sistema de tracción All Wheel Drive de Subaru, con lo que el coche tracciona una barbaridad. Su comportamiento es neutro, con el DCCD en automático, y sólo cuando llegamos al límite empieza a deslizar de atrás lo justo para ayudarnos a colocar el coche en la curva y salir disparados hacia la siguiente curva, todo ello de una forma muy intuitiva para el conductor.
La velocidad de paso por curva pone los pelos de punta y todavía podría ser mejor si no montase unos muelles blandos, para el coche que es, y que hace que el coche se incline más de lo esperado. Al principio cuesta tener fe en que el coche se va a sujetar a la entrada de curvas medio rápidas o rápidas pero lo hace, gracias también en parte a unos neumáticos Dunlop que agarran una barbaridad.
Con unos muelles más duros el comportamiento deportivo del STI ya sería de sobresaliente alto, y no es que sea malo, pero te resta confianza a la hora de tomar curvas a un ritmo elevado.
El conjunto de frenado está firmado por Brembo y destaca por un tacto del pedal de freno muy de carreras y por poder dosificar la frenada muy bien una vez que le coges el truco. El diseño de las llantas ayuda a refrigerar unos frenos que aguantan todo lo que le eches sin apenas rechistar y es destacable dado que el coche tampoco es muy liviano. El ABS está comunicado con el DCCD para optimizar el reparto de la frenada en curva, con lo que al frenar mientras estamos tomando un giro el coche ni se inmuta ni hace extraños.
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