Seat Toledo 2.0 TDi 170 Sport-Up: Espacio y deportividad

Texto: Equipo de pruebas Info Automóvil 3/07/2008. Fotografías Com & Com. Publicado julio 2008

Motor: VOLKSWAGEN Tipo: (D) BMN

Cambio radical el que supuso la tercera generación del Seat Toledo, rompiendo con la línea de berlina de las dos primeras generaciones y adoptando una de monovolumen, al estilo de otras creaciones de fabricantes generalistas como el Renault Vel Satis o el Opel Signum

De entre todas las versiones del Toledo, la que hemos probado se trata del tope de gama tanto a nivel de equipamiento como de potencia. Disponemos de motores de gasolina desde 102 a 160 CV del excelente 1.8 TSi, y en diesel podemos optar por los 105 CV de la mecánica 1.9 o los 140 CV de la otra configuración del motor probado.

Imagen de marca

El Toledo fue el primero en estrenar este nuevo estilo de la casa, después como un clon llegaría el Altea. Esta decisión que tomó Seat ha sido una apuesta arriesgada, puesto que el cambio respecto a la generación anterior fue radical, apenas luego el Altea cambiando la trasera y una filosofía distinta de venta los diferenciarán.

¿Se puede calificar el Toledo de monovolumen? Atendiendo a sus formas por supuesto que sí, ya que por diseño y dimensiones sí lo es.

En la parte delantera destaca un elemento de toque deportivo, como marca deportiva del grupo VAG, que es la parrilla con forma de nido de abeja presente en el paragolpes. En un ejercicio de diseño y de efectividad aerodinámica, encontramos los limpiaparabrisas ocultos tras los pilares A del coche, pilares que una vez metidos dentro estorban bastante en la visión lateral y al que el pequeño cristal triangular que encontramos no nos ayuda en nada.

Las llantas de 17” y 5 radios que incorpora el Toledo dan el toque más deportivo al exterior. Son del mismo diseño que las que incorpora la gama FR del Altea.

La parte trasera es la que marca la diferencia. La forma del portón presenta un abultamiento bajo el cristal que se sale de las formas de la gama Altea. El otro elemento diferenciador lo encontramos en las ópticas, cuya tulipa es transparente y encontramos las luces de posición, freno e intermitente dispuestos de forma concéntrica.

Mecánica de gran empuje, pero faltan bajos

Este Toledo equipa un motor de 1.968 CC con 170 CV obtenidos a 4.200 rpm y un par de 350 Nm a 1.800 rpm. Es precisamente a ese régimen cuando el motor “despierta”, porque por debajo no hay prácticamente nada. Esta circunstancia lo hace incómodo para circular por ciudad o para incorporarse a una rotonda o carretera desde bajas vueltas, ya que al pisar el acelerador no obtenemos casi ninguna respuesta.

Una vez superada esa cifra el motor empuja de lo lindo y con bastante contundencia, llegando al tope de vueltas con muchísima facilidad. Es uno de los motores turbodiesel que supera las 4.000 rpm con más solvencia del mercado.

A diferencia de otros modelos del grupo que montan este motor, es en el Toledo donde quizá muestre un carácter menos “violento” pero a la vez es más agradable de usar, y eso que empieza a notarse a partir de 1.800 rpm cuando en otros modelos probados no lo hace hasta las 2.000 rpm. Imaginamos que esto sucede por cuestiones de orientación del producto.

Interior amplio

Sentados en cualquier parte del Toledo tenemos siempre una buena sensación de amplitud. Desde el asiento del conductor tenemos a mano todos lo mandos, contando con un volante multifunción de tamaño y tacto bastante deportivo con el que podemos controlar el equipo de sonido, el teléfono y las órdenes vocales.

Como sucede con los modelos deportivos, tenemos el cuentarrevoluciones en el centro del cuadro de instrumentos, aunque de tamaño más pequeño que las otras dos esferas del velocímetro y la que agrupa los indicadores de temperatura del agua, capacidad del depósito de combustible y la pantalla multifunción que nos da información del ordenador de a bordo e indicaciones del navegador opcional. La intensidad de la luz del cuadro se adapta automáticamente en función de la luz del interior del habitáculo.

La consola central se encuentra inclinada y en ella tenemos la pantalla del navegador, el equipo de música y los mandos de la climatización.

Cuando abrimos las puertas delanteras nos reciben dos estupendos asientos deportivos de tipo semi-baquet que destacan por su bonito diseño y un muy aceptable agarre lateral, todo esto sin perder ni un ápice de comodidad.

Tenemos algunos detalles que nos harán la vida a bordo más fácil, como el porta-gafas situado en el lado del conductor, una guantera de doble fondo bastante profunda en el apoya codos central, o unos prácticos cajones con tapa bajo los asientos delanteros, detalles de monovolumen.

Equipamiento bastante completo

La gama dispone de tres niveles de equipamiento del que el más completo es el Sport-Up, que la marca lo vende como “paquete adicional” al acabado Stylance.

Como principal equipamiento tenemos llantas de 17”, faros bi-xenon con iluminación activa, alarma, automatismo de limpiaparabrisas y de luces, climatizador bi-zona, sensor de aparcamiento trasero y radio-CD con toma USB para dispositivos MP3. Se echa en falta por precio y categoría un par de airbags más, ya que “sólo” tenemos 6 disponibles de serie, y que la capacidad de enfriamiento del equipo de climatización sea un poco más potente.

Manteniendo la seña de identidad

El elemento que siempre ha destacado en las tres generaciones del Toledo es su capacidad del maletero. En esta generación disponemos de 500 litros de capacidad y un suelo que se hace casi plano tras abatir los asientos traseros y la banqueta trasera. La operación es un poco compleja, pues para abatir los asientos traseros disponemos de un tirador junto a las puertas cuyo accionamiento requiere hacer más fuerza de lo esperado.

Hay algunos detalles que le diferencian del puro monovolumen de la marca, y es que no disponemos de tomas de corriente o de ganchos para dejar bolsas. Aunque un detalle que nos ha gustado mucho es la disposición de una bandeja portaobjetos muy útil en la que podemos alojar, entre otras cosas, los triángulos de emergencia, justo debajo de la bandeja tradicional. El problema es que al abatir este elemento es pesado y grande y será parte siempre de la carga.

Con el gen deportivo de la marca

La verdad es que sorprende el comportamiento en curva del Toledo. Al inicio de ellas es cierto que la carrocería se inclina un pelín, pero una vez acostumbrados el paso por curva es muy rápido, casi tanto como las versiones FR del Altea. El Toledo obedece enseguida a las órdenes que le transmitimos desde el volante, con un cambio de apoyo bastante rápido.

En el tren trasero encontramos un eje multibrazo que hará que la parte trasera no se desmande con facilidad, aparte de proporcionar un confort de marcha bastante elevado a pesar del tarado deportivo de los amortiguadores.

Los frenos cumplen muy bien su cometido aunque se muestran un poco débiles de capacidad de frenada si les exigimos mucho. Cuenta con un sistema de frenado inteligente, que aplica más o menos presión a la bomba de freno en función de cómo pisemos el pedal.

La respuesta del motor condiciona también el comportamiento del coche en carreteras secundarias debido a la forma de entregar la potencia que tiene, siendo bastante fácil que las ruedas delanteras “escarben” el asfalto si pisamos a fondo el acelerador en segunda e incluso en tercera, tirando irremisiblemente el morro hacia la parte exterior de la curva de forma acusada. Subviraje típico de un tracción delantera potente.

El tacto de la dirección electromecánica no nos ha gustado mucho a la hora de maniobrar en parado, pues al inicio del movimiento del volante se muestra dura y a los dos segundos se vuelve más asistida. Cuestión de funcionamiento de este tipo de direcciones.

Calca los consumos oficiales

Con una velocidad punta de 211 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,6 segundos nos podemos hacer una idea de lo que anda este Toledo, aunque al volante la sensación es de tener más potencia de la anunciada, cosa que, a falta de no tener un banco de potencia a mano, estamos seguros de que es así.

En cuanto a consumos, hemos obtenido en nuestra prueba las medias que anuncia Seat como datos oficiales, es decir, 5,2 litros en consumo extra-urbano (6,3 litros a un crucero de 120 km/h) y 8,2 litros en ciudad. Son datos que podríamos considerar como normales dado el peso y aerodinámica del Toledo.

Competencia relativa

No nos atrevemos a buscar a su competencia entre monovolúmenes, porque realmente no lo es, es más bien un break alto, con mucha capacidad y algún detalle de espacio. Es un nuevo concepto que Seat inauguró y que puede tener similitudes con grandes break como el Octavia, o su hermano el Altea XL. Pero poco más con este motor diesel de 170 CV.

RESUMEN

Esta claro que la estética del Toledo condiciona y mucho su venta, bien sea porque su línea se sale de los convencionalismos de las berlinas medias o porque se asemeje en exceso a su hermano de gama, el SEAT Altea XL, e incluso buscando la deportividad al León.

Salvada esta circunstancia nos encontramos con una berlina bastante bien equipada, con bastante espacio interior, con un motor que corre de lo lindo y un comportamiento en carretera bastante deportivo sin dejar de lado el confort.

    Gama Toledo