Texto:
Eugenio Pinilla 3/03/2008.
Fotografías Com & Com. Publicado 2008
Ref motor: GH/Saab Automobile AB Tipo: B
-207L
Saab presume de tener una
versión de combustible ecológico para cada modelo, el problema es repostar
siempre ese combustible con la red de suministro actual. Puntualizando las
pequeñas diferencias que pueden significar técnicamente nuestro trabajo se
centra en el retocado Saab 9-3 Cabrio.
La gama de este
modelo es bastante amplia, desde 150 hasta 250 CV, con motores de gasolina
y de gasoil, todos con la posibilidad de cambio automático – complemento
ideal de un descapotable – y tres líneas escalonadas de acabado, aunque no
hay ni una sola motorización que se ofrezca en las tres. El biopower se
dispone en los dos acabados menores y el normal solamente en el intermedio
o más alto de los biopower.
4 plazas y capota
de lona
La versión cabrio
del 9-3 pierde un asiento trasero, tiene por tanto 4 plazas, y su techo
convertible es de lona, eso si en tonos perfectamente conjuntados con el
de la carrocería. El techo de lona tradicional, puede ser peor en el
cierre acústico y térmico que los techos rígidos, pero a cambio permite
una relación maletero – habitáculo más parecida a una berlina. No necesita
un enorme espacio atrás que achica las plazas traseras para no hacer un
techo inmenso, que luego hay que guardar. Además la calidad de las capotas
de hoy en día no son como las de antes.
Mecánica turbo y
ecológica
Bueno, lo de
ecológica resumamos diciendo que está preparado para echar una mezcla de
bio-etanol, con un 15% gasolina tradicional, siempre que encuentres ese
producto en una gasolinera que en España de momento están contadas. La
diferencia en rendimiento y emisiones es muy parecida, la única tangible
es la procedencia vegetal y renovable del bío-combustible, y la supuesta
emisión equilibrada de oxigeno en la producción de las cosechas al efecto.
El motor es un 2
litros sobrealimentado que rinde 200 CV a 5.500 rpm, con un par máximo de
300 Nm que se mantiene estable desde las 2.500 hasta las 4.000. Sobre el
papel un coche bastante potente y de respuesta accesible y plana. Con
cambio automático en nuestras unidad, un acierto para un descapotable y un
acierto que se ofrezca en todas las mecánicas.
Curiosamente el
biopower tiene una potencia intermedia entre las dos versiones turbo bajas
de la gama que tienen 175 y 210 CV, pero con el par de 300 Nm del de 210
CV y la curva plana del de 175 entre 2.500 y 4.000. De todas formas la
marca no ha facilitado aún los rendimientos de este motor bio, con lo que
servidor no tiene que estas cifras sean muy ciertas. Realmente el coche no
parece rendir esos 200 CV y me quedo mas con los 175 del 2.0t normal.
El cambio es de 5
marchas, con guía secuencial, en la palanca normal y con levas en el
volante en los pulgares.
La tracción es
delantera, contando con sistema de control de estabilidad y de frenado en
curva. El grupo final ronda los 50 km/h largísimo, y fruto de la poca
rabia que encontramos después, aunque los consumos se vean algo
beneficiados siempre.
Interior sin
cambios
Apenas notamos
diferencias en el interior de este Cabrio, ni con la berlina ni con el
modelo anterior. La tapicería de serie es parcialmente en cuero, pero
nuestro coche la llevaba completa, lo que le da un mayor efecto de calidad
y confort.
Se ve un buen
acabado, con agradables materiales a pesar del plástico presente, pero el
diseño es el hace muchos años, lo cual no quita que sea válido, con el
salpicadero enfocado hacia el conductor y consola central muy vertical.
Al menos delante hay
huecos, sigue siendo práctico y atrás se pierden detalles como huecos, no
hay puertas, o luces indirectas, el techo es de lona. El espacio es
ligeramente inferior que en la berlina, pero bueno para 4 adultos.
Teniendo en cuenta que el confort de los asientos traseros es casi igual
al de los delanteros, con su consola de aireación y todo.
Pasar a estas plazas
de atrás es muy cómodo sobre todo si no tenemos la capota puesta, el
asidero para avanzar el respaldo está muy a mano y si hay reglaje
eléctrico la banqueta avanza, eso si a paso de tortuga.
El maletero cubica
352 litros, que es discreto, pero se queda en 252 a cielo descubierto,
existe una separación física para delimitar el hueco de la capota, pero
que podemos ajustar para uno u otro caso.
Ni quejas ni
lujos en cuanto a equipo
Teniendo en cuenta
que hablamos de Saab, el gasto en equipo ya sabemos que va oculto en
elementos de seguridad, y más aún en un cabrio. En éste tras los
reposacabezas traseros tenemos unos arcos que salen de su ubicación en
caso de vuelco para proteger las cabezas traseras. Después hay tres pares
de airbags, pero por exigencias del guión desaparecen los de cortina.
En cuanto a los
elementos de confort, incorpora de serie climatizador automático de dos
zonas y todo lo obligado. En nuestro caso el equipo de sonido con CD es
sustituido por un equipo de navegación multimedia y teléfono blue-tooh que
se paga aparte, por fuera se divisan las obligadas llantas de aleación y
faros anti-niebla, y para el conductor faros de xenón con lavafaros.
También encontramos programador de velocidad cosa que no encontramos en la
lista de equipo de serie.
Al volante
confort
Puestos a los mandos
de este 9-3 Cabrio, se respira confort por todas partes, sobre todo con el
techo abierto.
Empezando pos los
asientos, tremendamente confortables, el acabado en piel, los reglajes
eléctricos, aunque casi todo ello lo hemos pagado aparte, y después el
cambio automático una vez en marcha. Estás en un entrono donde el coche no
te pide “marcha”, sino una buena colección de CD’s.
En las
particularidades el puesto tampoco hay novedades respecto a la berlina, un
freno de mano con el botón de destrabe bastante incómodo por su diseño, el
arranque entre los asientos y un volante algo grande, características que
se repite. El cuadro de mandos lo preside el velocímetro con una escala
asimétrica, con menos detalle en la zona de más velocidad, y un pequeño
indicador de presión de turbo, que se echa de menos en otros coches, pero
precisamente en este no tanto.
En cuanto a posición
al volante cómoda y para todas las tallas, tampoco cambia claro.
El confort
continúa en marcha
Llegada la hora de
usar el cambio, tardaremos en usar la guía secuencial, sobre todo de la
palanca. Como digo no es un coche que te pida una conducción muy
deportiva, el disfrute se logra a cielo abierto sin preocuparte del cambio
que para eso es automático.
Con la guía
secuencia el automatismo no controla los sobre-regímenes ni las caídas de
vuelta, es decir, no nos pone una marcha superior si llegamos al corte de
inyección, ni nos reduce si aplicamos demasiado gas a bajas vueltas.
Esto que lo pedimos
muchas veces en una concepción deportiva, aquí precisamente se echa en
falta.
Podemos usar las
levas del volante, cosa que haremos con más confort en vías generales y
curvas de gran radio, pero si nos metemos en curvas más cerradas pasa lo
típico de las levas que pierdes la referencia y es mejor usar la palanca
que está quietecita siempre en su sitio sin moverse.
Sabiendo que el
coche no pide guerra, y que el motor entre su largo desarrollo y su cambio
automático no ofrece los 200 CV con mucha facilidad, lo que si se logra es
una disposición de gran parte de la misma muy pronto y que se mantiene
hasta las 4000 vueltas. Un par, que es la relación entre la potencia y las
vueltas a las que andamos, que nos salva de salir del coche pensando que
tiene menos potencia, luego arriba cogiéndole el truco al cambio y
apurando más las marchas hay más alegría.
El chasis no es un
prodigio de rigidez, pero cubre el expediente, la amortiguación da
bastante prioridad al confort sin perder las composturas, y con un poquito
de todo, el coche pasa disimuladamente por las curvas, con ritmos
relativamente fuertes manteniendo el confort cosa muy importante.
La conducción muy
deportiva tiene el limite además de que las reducciones no se pueden hacer
por encima de 3.500 vueltas ni en marcas largas, en eso si el cambio se
protege y nos deja la responsabilidad de frenar de más en cada curva.
No por ser “bio”
consume menos
Ya he comentado que
su cualidad de “bio” no es que consuma ni emita menos gases, en esto es
igual. Hablamos de unas cifras de consumo típicas de un motor turbo. Con
las bondades de consumos ajustados si la conducción es tranquila, pero
potencialmente “gastoso”, 200 CV y un peso de más de 1600 Kg.
En cifras; los 7 u 8
litros de una conducción turística con suaves cruceros y pocas
aceleraciones pueden pasar al doble con curvas y solicitaciones de gas
intensas.
Prestacionalmente la
cifra que mejor tiene es la de recuperaciones, evidentemente tenemos un
cambio automático que disimula todo. La aceleración es discreta para tu
teórica potencia y la punta eso si sobrada en todo caso.
Sin competidores
directos
Este
Saab no tiene muchos rivales en sus parámetros, pero los que aparecen son
muy directos, exceptuando el tipo de combustible “bio”. Más barato el Audi
Cabrio con ligeramente menos equipo y algo más caro el Volvo V70 Cabrio
que quizá sea mas rival del 2.0 T de 210 CV.
Resumen
Confortable cabrio,
que acentúa su condición con un suave cambio automático, menos efectivo
para las prisas, en un entorno de buena factura, con las particularidades
de su combustible bio, para el que tenga un surtidor cerca. Un coche que
roza lo deportivo pero que su planteamiento se basa en disfrutar del
viento y la suavidad de conducción, con equipamiento a la altura se las
circunstancias y opciones para redondear precio y gusto.
Gama
9-3 Cabrio
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