Texto: Equipo de Pruebas 14/15/2011. Fotografías Com & Com. Publicado mayoo 2011

Rf motor: RENAULT Tipo: G/K4M N8
Este simpático biplaza descapotable de la marca del rombo nos devuelve a un tipo de coche que estaba olvidado en la marca francesa desde tiempos del Spider. La oferta mecánica de momento se limita al propulsor 1.2 TCe de 100 CV y al 1.6 atmosférico de 133 CV, el mismo que monta el Twingo RS.
Cabrio o coupé en sólo 12 segundos
El Renault Wind es el cabrio más rápido del lugar...al menos en lo que se refiere a la operación de poner o quitar el techo. Tan sólo se necesitan 12 segundos para poder ponernos el cielo como montera, aunque antes haya que liberar manualmente un cierre para poder realizar la maniobra con un botón en el salpicadero. Para que quede completamente cerrado repetiremos lo mismo pero a la inversa.
Lo mejor de todo es que el techo queda albergado en un hueco específico que no resta espacio al maletero aunque tiene como contrapartida que el portón del maletero es bastante voluminoso y a ciertas personas puede costarles un poco mover el portón.
A pesar de que se forma algún ligero remolino en el interior al ir descapotado lo cierto es que se puede mantener una conversación en el interior a no ser que decidamos ir muy rápido cuando vamos descapotados.
Diseño muy futurista
La verdad es que casi cualquier coche al lado del Wind parece desfasado. El pequeño Renault parece sacado de una película del futuro y sus trazos son muy peculiares, especialmente los pliegues laterales que fluyen desde los reposacabezas hasta el alerón. Las llantas de aleación ligera también ponen su toque "espacial" con un diseño bastante moderno y deportivo.
Desde ciertas perspectivas puede llegar a recordar a un pickup por su línea. El coche transmite bastante pesadez visual por la cantidad de chapa que se ve y por la poca superficie acristalada lateral. Visto de frente sí que se deja notar bastante el cristal, tanto en la luna delantera como en los grupos ópticos delanteros por su generoso tamaño.
Lo que está claro es que con este coche su comprador no va a pasar nada desapercibido, especialmente si va descapotado.
Heredando motor
La parte mecánica proviene del Twingo RS. Como sucede en este, es un motor que decepciona porque se espera que tenga un buen empuje, pero no hace que nuestros sentidos se despierten hasta que llegamos a las últimas 1.000 vueltas. Al menos respecto al Twingo hemos observado una respuesta más pronta al acelerador y un poco más de viveza en todos los regímenes. La caja de cambios es harina de otro costal. Da gusto manejarla por su precisión, tacto y cortos recorridos. Se parte de la caja JR5 y se agradecen los desarrollos acortados elegidos y sin los cuales quedaría este Wind quedaría a un nivel dinámico más bajo.
Otro placer para el feeling deportivo es la acústica del conjunto motor-escape. En frío el coche suena como un Dacia Logan 1.6 pero una vez que se ha alcanzado la temperatura óptima de funcionamiento, el sonido que emana de los colectores y del escape nos trasladan un poco al interior de un coche de carreras. De la parte del motor sale un sonido bastante metálico, mientras que del escape obtenemos un sonido bastante grave, especialmente alrededor de 2.000 rpm.
Es un RS
Aunque no lo ponga por ningún lado el Wind es un modelo RS de Renault en toda regla. No en vano su plataforma es la del Clio II RS, así que ya nos podemos hacer una idea de su comportamiento. Caja de cambios y sonido de motor y escape tiene también el mismo ADN que los modelos que sí llevan el apellido "RS"
Su peso no muy elevado permite un comportamiento fundamentalmente deportivo aunque sin dejar de ser cómodo. Lo que más podemos destacar de él es una dirección muy precisa y un paso por curva muy plano a pesar de contar con unos muelles más blandos de lo deseado que restan algo de velocidad de paso por curva rápida. Las barras de refuerzo de suspensión que encontramos en el maletero ayudan a que la parte trasera vaya bastante asentada al límite.
Buscando los límites nos sigue recordando al Twingo RS en las frenadas delicadas, con lo que tendremos que estar atentos al eje trasero y sus posibles desmanes. Quizá sea porque el ABS reparte la frenada de forma desigual.
Es un coche que no defraudará a quienes gusten de sensaciones deportivas aunque su chasis pide a gritos un motor más potente que esté en consonancia con sus buenas maneras a la hora de afrontar las curvas (el 2.0 TCe de 180 CV del Megane sería todo un acierto).
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