Texto: Eugenio Pinilla 19/07/2008. Fotografías Com & Com. Publicado julio 2008
Rf. Motor: Renault Tipo:G/F4R 27
En la familia Renault siempre ha habido un deportivo de más o menos personalidad, el Megane Renault Sport es el modelo deportivo en estos momento pero partiendo del coche más popular. Se ha personalizado un poco más con acabados interiores y exteriores más deportivos y sin olvidar una versión de 5 puertas.
La gama Megane es extensa en carrocerías y personalidades y la berlina de la que todos toman nombre incluso tiene dos gamas definidas, digamos la popular más turística y la deportiva apellidada Renault Sport.
Aquí aún hay para elegir entre 3 y 5 puertas, el que busque una línea más deportiva puede optar por este tres puertas, pero ambos tienen los mismos motores para elegir. Uno de cada tipo de combustible, 175 CV para el diesel y 225 para el de gasolina.
Familia Renault Sport
La familia Renault Sport se diferencia exteriormente por las defensas, las llantas con neumáticos de perfil bajo y los escapes traseros, además de los logos de Renault Sport por si hay dudas. Después hay otros detalles en los que los más observadores podrán diferenciar esta serie más deportiva, como la anchura de las ruedas o la menor altura al suelo.
2 litros con turbo
La potencia de nuestro motor de gasolina sube hasta los 225 CV a base de turbo, con una entrega relativamente plana, evidente de su condición de sobrealimentado. La potencia máxima llega pronto, 5500 vueltas y el par es generoso y ya a 3000 vueltas tiene su valor máximo con 300 Nm. Una curva de respuesta que te permite un uso deportivo, pero también una conducción relajada más del día a día.
Cambio de 6 velocidades con tracción delantera, pero todo bajo gobierno de los sistemas de control de tracción y estabilidad por supuesto desconectable.
Unas llantas de mayor radio dan cabida a unos frenos más potenciados, en los que quizá como contamos luego sean necesarios unos compuestos mejores si nos gusta dar “zapatilla”.
Asientos firmados y pedales de aluminio
Conservando el espacio y diseño interior del resto de gama, encontramos personalizados todos los elementos relativos a la conducción, como volante y pomo con un revestimiento en piel especial, y un detalle de los coches de carreras, como es una marca en la parte superior del volante, algo más necesario en los volantes de 3 radios simétricos para tener una referencia, pero no tanto en uno de brazos en T. Los pedales son de aluminio y el freno de mano como en el resto de los Megane, de una forma un tanto caprichosa, aunque puede accionarse “deportivamente” una vez que te acuerdas de que su empuñadura está “atravesada”.
El equipo de sonido está integrado, con el display en la parte superior, y en general mantiene la buena habitabilidad de sus hermanos, con unas plazas traseras que aquí tienen menos importancia, pero no obstante se dispone de 2 asientos con buena sujeción y uno central más de compromiso en el que no recomendamos largos viajes.
Buen maletero pero sin detalles
Se nota que tampoco será la prioridad de su dueño el llenarlo de bártulos, si tiene un buen maletero en cuanto a espacio será por herencia, puesto que lo que es en detalles está peladillo.
Ni tan siquiera hay una preocupación para que los abatimientos queden con un suelo plano, tampoco tiene más detalles para carga menuda, tan sólo un hueco bajo el suelo del maletero en lo que es el hueco de la rueda de repuesto, las herramientas y triángulos nos las encontramos en una bolsa como parte de la carga.
El más equipado de la familia
En referencia a su motor más potente, el nivel de equipamiento es el mas alto que se puede encontrar de serie, si bien tenemos una opción “Access” menos equipada con el mismo motor de 225 CV.
Estas diferencias son el climatizador que se queda en opción, faros de xenón con Lavafaros y detalles como el control de presión de neumáticos.
Por lo demás tenemos automatismo de luces y limpiaparabrisas, el climatizador es de un solo canal, y en cuanto a seguridad encontramos sistema de frenado de emergencia, no muy recomendable para coches muy deportivos, pero válido en este. También hay sistema de apertura sin llave.
En el capitulo de quejas, el programador-limitador de velocidad que trae de serie tiene el botón de activación lejos de las manos y oculto a la vista.
Comportamiento algo más deportivo pero sin exageraciones
El puesto de conducción tiene tintes deportivos, según hemos contado, con todo lo que se toca acabado en piel especial con costuras y aspecto deportivo y unos asientos de gran sujeción lateral, con reglajes cómodos. Tras el volante llama la atención los grandes dígitos del cuadro de mando, que van creciendo de tamaño, el velocímetro escalado en impares y hasta nada menos que 280, le sobran 40 km/h, y eso le hace ser algo menos preciso de lectura, por que además comparte la esfera con el nivel de gasolina. Los testigos luminosos están colocados también dentro de las esferas, no encontramos reloj de presión de turbo ni ninguna otra instrumentación de carácter más deportivo.
En movimiento lo primero que te gusta es la buena respuesta, sin una patada excesiva del turbo, que parece como si no estuviera. No es un motor explosivo y estás invitado a cambiar de marchas pronto, no hay que apurar la escala del cuentavueltas ni mucho menos, andando en la zona de par máximo, entre 3 y 4.000 vueltas el coche muestra su mejor respuesta.
Hay potencia y en los fuertes apoyos hay que comenzar a dosificar y a ser suaves con el gas, pero en menor manera de lo que uno se había imaginado. Sobre todo en terrenos de buen firme, el efecto subvirador del coche al dar gas no es muy acusado, aunque el control de tracción a veces te puede llegar a fastidiar, para una conducción muy deportiva es mejor desconectarlo (sólo el de tracción) ya que si no el coche en las curvas se “amaricona” un poco, al no poder arañar un poquito el suelo y jugar más con el tren trasero en las entradas compensando en las salidas.
El conductor medio podrá mantener ritmos muy altos con esa seguridad de la electrónica, volviendo a insistir en que no es un coche de gran patada que pueda ponerte en apuros.
Su taraje no es excesivamente duro, por lo que tampoco hay grandes sacrificios en confort.
La mayor peguilla es cierto “fadding” de los frenos. O sea que el pedal esponjosea en caliente y hay que pisar más fuerte, pero paradójicamente se regula mejor la frenada.
Alto nivel de prestaciones sin ser muy sediento
Con 225 CV bajo el pié es fácil que te animes y tengas que ir a la gasolinera más de lo habitual. En todo caso no es un motor muy sediento, mantiene unos límites aceptables en conducciones deportivas que pueden rondar los 16/17 litros para bajar a la mitad si a un ritmo turístico, e incluso menos si los cruceros y la carretera son favorables.
Prestacionalmente es un coche muy ágil, con una favorable relación peso/potencia que junto a su buena respuesta abajo régimen le hacen ser de los más rápidos en las salidas. Su poder de recuperación es también de lo mejor con lo que la reserva de potencia es francamente buena , sobre todo si manejamos mínimamente el cambio, es un coche muy rápido.
Sin muchos competidores en el mercado
Al día de hoy el Megane RS apenas tiene rivales directos, el Focus ST y el Astra OPC le andan cerca. El primero en previo está en medio de las dos versiones del Renault y el Astra es más caro con algo más de potencia. Un cuarto modelo podría ser objetivo en cuanto a cotas de tamaño y potencia, es el Volvo C30 T5 pero en su versión más barata es bastante más caro con 5 CV menos.
RESUMEN
Una berlina deportiva no demasiado radical, que se guarda muchas de las cualidades de la polivalencia del Megane, la elección de 3 o 5 puertas podría acentuar más o menos este temperamento, para uso de 2, o de más o de diario.
Es un coche con unas prestaciones sobresalientes que casi todos pueden conducir porque no es un motor explosivo y sí un motor que te entrega la potencia con facilidad. Está bien equipado como tope de gama, pero además podemos elegir una versión menos cargada de equipo que mantiene su esencia deportiva.
Gama Megane Renault Sport 3p
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