Texto: Equipo de Pruebas 22/10/2010. Fotografías Com & Com. Publicado octubre 2010

Rf motor: RENAULT Tipo: M4R
Deportivo lo mires por donde lo mires
De lado se podría destacar su parte trasera de aspecto macizo y cuyos cristales traseros presentan un tamaño bastante pequeño que resta luz al interior en esa parte trasera. Ésta parte trasera es muy robusta y presenta mucha chapa y poca superficie acristalada, evocando un poco al aspecto ancho y macizo de los míticos Renault 5 Turbo “culo gordo”. Aquí tenemos un difusor de aire bajo el paragolpes trasero, así como un alerón en la parte alta del portón, que refuerzan su carácter deportivo.
Sensación de agobio
El espacio detrás es el peaje que hay que pagar por el diseño del Megane Coupé. Respecto a la berlina se pierde espacio para las piernas y en anchura, pero donde más se nota es la cota de altura. Aparte, el pequeño tamaño de las ventanillas laterales contribuye a dar una sensación de agobio y no solo eso, sino que la visibilidad lateral hacia atrás se reduce sobremanera, especialmente si tenemos que salir marcha atrás estando estacionados en batería. Motor y transmisión únicos
El motor 2 litros de 140 CV atmosférico que equipa esta versión sólo está disponible con el cambio de variador continuo CVT que, a su vez, sólo se puede equipar con este motor. Por lo tanto, ambos componentes del coche van unidos indisolublemente.
En términos de rendimiento es un motor que muestra un carácter muy lineal y que no deja ver su verdadero potencial porque la caja de cambios se encarga de "absorber" parte de la potencia que demandamos con el acelerador. De hecho, si encontramos un repecho circulando en 6ª por debajo de 4.000 rpm nos veremos obligados a reducir una marcha si queremos mantener la velocidad, siempre y cuando operemos la caja de cambios en modo manual.
Nada más ponerte en marcha con el Megane éste te sorprende por la suavidad a la hora de rodar y por un silencio de marcha bastante destacable; un inicio de marcha, por cierto, que se realiza sin notar ningún tirón a la hora de acelerar desde parado.
La caja de cambios en modo automático nos ha gustado porque a la hora de hacer fuertes aceleraciones patina bastante poco para lo que lo suelen las cajas de cambio con variador. En modo manual tenemos 6 relaciones prefijadas que podemos usar si desplazamos la palanca de cambios hacia la izquierda cuando va en posición "D". Un detalle que hemos encontrado por primera vez en una caja de cambios automática es que para pasar de la posición "D" a "N" hay que pulsar el botón de la palanca de cambios que hace de seguro, cuando en el 99% de los coches automáticos que hemos probado no hay que pulsar dicho botón para realizar esta maniobra.
Cuando tomamos nosotros el control de las marchas encontramos una caja de cambios que tiene un tiempo de cambio entre relaciones bastante aceptable hacía arriba o hacia abajo, aunque no llega a la rapidez de una caja de cambios de doble embrague. Si circulamos a ritmos normales no vamos a encontrar ningún problema pero si decidimos exprimir la mecánica en manual notaremos como la caja de cambios resbala en las tres primeras relaciones y como hay un retraso en el cambio de 1ª a 2ª velocidad.
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