Texto: Equipo de Pruebas 06/02/2010. Fotografías Com&Com. Publicado febrero 2010

Rf motor: RENAULT Tipo: D/K9K T7
El Grand Modus es el monovolumen de acceso a la marca (si no contamos como tal al Twingo) y ha hecho que el Modus a secas haya desaparecido de la gama, puesto que el Grand Modus aúna todas las ventajas del Modus y elimina el elemento que más críticas había suscitado: la poca capacidad del maletero.
Acompañado de la mecánica diesel intermedia, esta versión se nos presenta como la más interesante de la gama si no solemos viajar cargados y si no requerimos unas aceleraciones fulgurantes.
Crece por detrás
El Grand Modus es un coche alto y ahora más largo, lo que normalmente conlleva un centro de gravedad más alto, peor comportamiento en carretera y más sección frontal que perjudica consumos y velocidad punta. Pero el Gran Modus, diseñado para la ciudad, no aplica ese tratamiento. Mantiene un parabrisas delantero más vertical, tampoco hay mucho espacio para inclinarlo demasiado, y tiene también una gran superficie acristalada. Ello nos lo hace visualmente más “duro de pelar” pero a la hora de subir, bajar, conducir y aparcar, se da en el clavo.
Más versatilidad que el Modus
Siendo un coche así, en principio el protagonismo lo tienen sus 4 puertas más el portón trasero y las 5 plazas interiores, si bien las tres traseras no serán para tres personas corpulentas. La banqueta trasera podemos correrla para dar mayor amplitud al maletero, recortando el espacio para piernas. La gran ventaja respecto al Modus es que antes la elección era ó 5 plazas o maletero, mientras que ahora con los asientos en su posición más retrasada ya tenemos un maletero bastante decente para su tamaño, así que tendremos que jugar con la regulación longitudinal de la banqueta trasera para adaptar el espacio a nuestras necesidades.
Delante no nos podemos quejar de altura, con un metro disponible hasta el techo de cristal (un poco menos hasta la tapa que cubre dicho techo). La línea descendente de la parte trasera del Grand Modus se cobra su peaje de diseño en la altura disponible para los pasajeros de atrás, pues nos quedamos con 8 cm. menos que delante.
Otro "castigo" que sufren estos pasajeros viene dado por el techo doble de cristal que viene de serie en nuestro acabado Exception. El delantero se puede abrir por completo, mientras que el trasero es fijo.
Motor solvente
La gama del Grand Modus disfruta de 5 motores, tres de gasoil y dos de gasolina. El de nuestra prueba es el intermedio de los diesel, por ello disfruta de un enfoque urbano sin olvidar la carretera. Si probáramos el motor de 105 CV podríamos quejarnos de otras cosas, pero en su filosofía más polivalente este es el propulsor más adecuado. Logramos una potencia suficiente que nos valdrá para la mayoría de las situaciones y parece que tenemos más caballos bajo el pie derecho que los que indica la ficha técnica. Va bien desde abajo y no titubea mucho para llegar arriba, siempre de una forma lineal. Si vamos a circular normalmente con más de dos personas a bordo o con el maletero cargado si que echaremos de menos el motor de 105 CV. Tiene 4 cilindros en línea con 85 CV y en una disposición convencional, con un cambio también convencional de 5 marchas, hace que se conduzca de una forma agradable, fácil y apta para todos los públicos. Si abrimos el capó del motor tendremos un claro ejemplo de su filosofía, ya que apenas se ven los tapones en amarillo sobre los que debemos operar en su mantenimiento. El motor está oculto, teniendo que desmontar una pieza grande para acceder a algo más.
Sorprende en carretera
En ciudad está claro que se encuentra en su hábitat por tamaño, por manejabilidad y por la gran visibilidad que tenemos en todos los ángulos a los que miremos.
...pero es que cuando salimos a carretera nos preguntamos si realmente se encuentra más a gusto aquí que en la urbe. No nos debe sorprender que rodemos con buen confort cuando circulamos por autopistas o carreteras convencionales, pero por lo que sorprende es que tiene un aplomo realmente extraordinario, al menos en vacío, cuando buscamos curvas a ritmo alto y es capaz de hacernos sentir feeling deportivo cuando veamos que digiere muy bien los cambios de apoyo.
La verdad es que algo de esto ya lo podemos intuir cuando circulamos los primeros kilómetros con el coche, pues la suspensión tiene un tarado durillo para la esperado de un pequeño monovolumen con vocación familiar.
Quien haya conducido un Fiat Panda 100 HP se encontrará con unas sensaciones muy parecidas. Es un coche que lógicamente se inclina a la entrada de las curvas pero luego mantiene la trayectoria que le indicamos con el volante de una manera muy digna, circunstancia a lo que ayuda el tren trasero que va muy sujeto al asfalto.
Si le pusiéramos llantas de 17" con perfil bajo, unos muelles un poco más duros y el motor 1.4 TCe de 130 CV ya tendríamos un Modus RS que dejaría boquiabierto a más de uno. Si nos leen los señores de Renault pueden tomar nota de este último párrafo.
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