Texto: Equipo de pruebas 26/12/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Diciembre 2012
Rf motor: PORSCHE Tipo: G.MA123
De la noche al día
Poco o nada queda del anterior Boxster al actual. El actual ha crecido en casi todas las dimensiones pero su carrocería no pierde sus musculadas formas. La única cifra que no aumenta, en beneficio de su deportividad, es la altura, haciendo que el actual Boxster vaya 1,3 cm. más pegado al suelo. Un cambio importante en su estética no se aprecia en un primer vistazo y se refiere al parabrisas, cuya posición se ha adelantado nada menos que 10 cm. Resulta curioso que mucha gente nos haya dicho, e incluso lo pensamos nosotros, que el diseño de este Boxster recuerda poderosamente al del Porsche Carrera GT pero en formato más compacto.
El frontal cuenta con unos faros alargados de doble óptica que van situados a medio camino entre las aletas y el paragolpes, incorporando este último tres grandes tomas de aire en su parte inferior. Novedad también en el paragolpes son las luces diurnas tipo LED que hacen que el Boxster sea muy visible incluso desde bastante antes de llegar a nuestra altura.
La vista lateral quizá sea lo que menos cambia a nivel estético. Destacan las enormes tomas de aire del motor, situadas justo a continuación de las puertas, y las bonitas llantas de aleación de nuestra unidad de pruebas que dejan entrever las grandes pinzas de freno pintadas en rojo. Llama la atención la forma dinámica de las puertas, que parecen ser una prolongación de las mencionadas tomas de admisión.
Opuestamente a esta vista lateral, la vista que más cambia es la trasera. El cambio más notable es la ausencia de tapa para la caja de la capota, replegándose esta ahora directamente justo por delante del maletero trasero y detrás de los reposacabezas. Los grupos ópticos son bastante grandes y, al igual que los delanteros, van situados entre la aleta y el paragolpes. En la parte inferior central de este último va situada la salida doble de escape por donde sale la música celestial que emana el motor.
Quien se compra un Boxster es porque desea poder conducirlo con la capota quitada y es en ese momento cuando el Boxster muestra todo su potencial estético. A pesar de contar con una capota de lona el Boxster es bonito con ella puesta...pero cuando la quitamos la cosa cambia y mucho, convirtiendo al Boxster en uno de los más bonitos roadsters del mercado, si no el que más. Para "rematar" un poco más la faena el Boxster cuenta con un alerón trasero retráctil que podemos activar a través de un botón en la consola que acentúa aún más su atractivo.
Interior que nos suena
Si eres seguidor de Porsche no te costará nada asociar el interior del Boxster al de cualquier otro producto de la gama actual del fabricante de Stuttgart. La consola central y el cuadro de instrumentos nos suenan mucho a las de los Panamera o 911, aunque este último pierde dos esferas respecto al 911. Vamos sentados en una posición muy baja, como corresponde a un buen deportivo, y no se echa en falta espacio en cualquiera de sus cotas. Para quien no se haya montado nunca en un Boxster le resultará muy extraño que la maniobra de acceso al coche sea más bien de bajarse que de subirse por lo cerca que vamos del suelo.
Encontramos un volante muy recto y una palanca de cambios que está muy a mano. Es una gran pena que para este Boxster con cambio PDK se hayan utilizado pulsadores en el volante en lugar de las tradicionales levas de cambio. El manejo de estos resulta lioso y cuesta acostumbrarse a ellos porque lo habitual en conducción deportiva es que, a la hora de subir una marcha, empujemos la leva derecha y si no somos conscientes de que llevamos los pulsadores lo que nos vamos a encontrar es que vamos a reducir una marcha en vez de subirla. Tenemos dos pulsadores a ambos lados del volante pero funcionan exactamente igual: para subir una marcha hay que pulsarlos hacia el cuadro de instrumentos y para reducir hay que pulsarlos hacia nosotros. La buena noticia es que las levas se pueden solicitar opcionalmente, siendo prácticamente obligatoria su adquisición.
Lo que hemos echado en falta, y mucho, son huecos para dejar cosas en el interior. Hay pocos huecos para dejar pequeños objetos y las guanteras de las puertas son bastante estrechas, pero lo que más se echa en falta es algún sitio para dejar un bolso, por ejemplo. En otros cabrios biplaza suele haber un pequeño hueco tras los asientos pero en el Boxster este espacio no existe.
Cambio PDK, la clave del coche
El Boxster S se ofrece con la posibilidad de adquirirlo con una caja de cambios manual de seis velocidades o la PDK secuencial de doble embrague con siete. A pesar de sus dos "peros" la elección obligatoriamente tiene que ser la PDK.
Uno de sus dos "peros" lo acabamos de mencionar, los pulsadores en el volante, y el otro es la presencia de algunos tirones al reducir marchas cortas. Esto último no es concebible en una caja de cambios de doble embrague cuya principal virtud, precisamente, es la ausencia de tirones entre cambios de marcha. Lo primero se soluciona cambiando con la palanca de cambios y lo segundo acostumbrándose, aunque no sucede siempre.
Lo bueno de esta caja es su rápidez en los cambios y un tacto de competición total. La velocidad de subir marchas es endiablada y a la hora de reducir se traga las marchas incluso aunque vayamos altos de vueltas, siempre que no entremos en sobrerrégimen. Las leyes de cambio en modo automático son muy buenas y los cambios se adaptan a nuestro estilo de conducción sin problemas.
De las siete relaciones que lleva el Boxster con el cambio PDK la última es un marcha totalmente de desahogo, como lo demuestran las casi 1.000 rpm que caen al pasar de 6ª a 7ª y una velocidad máxima teórica de casi 480 km/h al corte en esta marcha. Las otras seis marchas permiten explotar el motor a la perfección gracias a unos desarrollos muy bien elegidos y al poco salto que hay entre relaciones.
¿Todavía no estás convencido de que debes elegir el cambio PDK? Te damos unos datos definitivos: acelera un poco mejor y los consumos que se logran son significativamente mejores que con el cambio manual, habiendo una diferencia de 1 l/100 km. en el consumo por ciudad. Y todavía no te hemos dicho lo mejor: con este cambio las emisiones de CO2 bajan de los 200 gr/km y con ello el impuesto de matriculación del 14,75 % al 9,75 %.
¿Qué conlleva esto? Que el precio de venta del Boxster S con cambio PDK sea 300 € más barato que con la versión con cambio manual, con lo que deberemos elegir el cambio PDK sí o sí...¡y todavía hay una cosa más! Para aquellos a los que nos gustan las sensaciones deportivas tenemos un sistema "Launch Control" que catapulta desde parado hacia delante al Boxster como un misil sin que se pierda ni una gota de tracción en la operación.
¿Quien necesita un turbo?
El Boxster S equipa un motor de 3.400 cc con una cifra de par buena que permite que el coche responda al acelerador incluso en 7ª y a bajas vueltas. Es un motor muy lleno que se muestra muy presto a subir de vueltas a poco que pisemos un poco el acelerador y la sensación es la de llevar un motor turbo pero sin retraso en la entrega de potencia.
En baja se mueve como pez en el agua pero en cuanto llegamos a 4.500 rpm. comienza lo mejor del motor y sube de vueltas con mucha rabia hasta 8.000 rpm. Para mayor deleite aún tenemos el característico sonido Porsche que es todo un regalo para nuestros oidos, aderezado con un sonido del escape totalmente metálico que pone de los pelos de punta al más pintado. Si encima circulamos en modo "Sport Plus" el sonido se hace más ronco e incluso podemos escuchar algunos petardeos al dejar de acelerar.
No hay curva que se resista
Parece increible lo bien logrado que está el manejo del Boxster S a la hora de afrontar curvas. Inicialmente te podría dar la impresión de que el Boxster S no va a estar a la altura en las zonas de curvas porque conduciéndolo tranquilamente es un coche hasta confortable. Llegas a pensar que si es tan benevolente con el pasaje no lo va a ser en curvas...craso error.
Si vamos por un recorrido conocido en cuanto pasas la primera curva te quedas con la sensación de que podías haber pasado el doble de rápido, llegas a la segunda curva ya con más ganas y te sigue dando la impresión de haber podido pasar más rápido...y así sucesivamente. La suspensión y el bastidor están tan afinados que aún yendo a un 60% de las posibilidades del coche ya pasas las curvas mucho más rápido que con la inmensa mayoría de los coches del mercado.
Conducir este Boxster te hace parecer un piloto porque lo hace todo muy fácil...como cambian los tiempos. El coche entra muy plano en las curvas y realizar un cambio de apoyo es un juego de niños para el Boxster y lo mejor de todo es que su condición de motor central y propulsión no se pone de manifiesto cuando vamos rápidos, y en caso de desmandarnos siempre están los controles electrónico para dejar todo en su lugar.
Si decidimos desconectarlos todos hay que estar prevenidos para los desmanes del eje trasero cuando vayamos muy al límite. Si queremos jugar con el Boxster podemos marcarnos unas derrapadas de escándalo con bastante facilidad, eso sí, siempre haciéndolo en circuitos.
Los frenos están a la altura de las circunstancias, como no podía ser menos en un Porsche, y resultan excelentes por tacto y modulación de la frenada. Además aguantan bastante bien el trato exigente. Puesto a sacar alguna pega nos gustaría que la dirección fuese algo más directa, en línea con el talante del coche.