Una de las últimas apuestas del fabricante francés Peugeot es la versión familiar de su compacto superventas, el 308 SW, que ofrece una versatilidad y capacidad para siete ocupantes inigulable por ninguno de sus rivales del segmento. Los cambios respecto al compacto de cinco puertas del que deriva son muy pocos, entre los que encontramos una zaga alargada mediante un tremendo voladizo que aumenta el espacio de carga a máximos insospechados y finiquita con un portón trasera plano, vertical y que llega hasta el paragolpes facilitando la tarea de carga.
Presenta un diseño actualizado respecto a la anterior generación 307, aunque no muy distinto, manteniendo e incluso pronunciando sus trazos afilados consiguiendo una imagen general más elegante. También aumenta la potencia de sus motores, resultando aún más ecológicos y ahorradores de lo habitual, algo en lo que los motores Peugeot destacan históricamente. De hecho, nosotros nos subimos a la versión intermedia en diésel con equipamiento Active, quizás el modelo más solicitado, un 2.0 HDI de 150 cv tan potente como económico, puesto que ofrece mucho a un precio bastante recatado de poco más de 25.000 euros.


Pequeño gran familiar
Lo mejor y más representativo del 308 SW es su excelente y evidente orientación al transporte familiar con una carrocería que ha crecido 22 cm respecto del 308 convencional hasta alcanzar los 4,50 metros para conseguir una tremenda habitabilidad interior y un espacio general muy aprovechable por sus siete posibles pasajeros en tres filas de asientos. Curiosamente, como si de un monovolumen se tratase, todos los asientos son individuales mientras que la tercera fila, opcional, es abatible y extraíble para dejar más capacidad de transporte de equipaje en un maletero de 520 litros que puede llegar hasta los 2.149 litros, un espacio impresionante para tratarse de un derivado de compacto. Todos los asientos miden lo mismo, se pueden extraer del vehículo, se pueden abatir completamente, desplazándose longitudinalmente para priorizar la carga o el transporte de pasajeros. Aunque no es un problema en sí, resulta bastante incómodo extraer todos los asientos por su volumen y peso.

Lo mejor y más representativo del 308 SW es su excelente y evidente orientación al transporte familiar con una carrocería que ha crecido 22 cm respecto del 308 convencional hasta alcanzar los 4,50 metros para conseguir una tremenda habitabilidad interior y un espacio general muy aprovechable por sus siete posibles pasajeros en tres filas de asientos. Curiosamente, como si de un monovolumen se tratase, todos los asientos son individuales mientras que la tercera fila, opcional, es abatible y extraíble para dejar más capacidad de transporte de equipaje en un maletero de 520 litros que puede llegar hasta los 2.149 litros, un espacio impresionante para tratarse de un derivado de compacto. Todos los asientos miden lo mismo, se pueden extraer del vehículo, se pueden abatir completamente, desplazándose longitudinalmente para priorizar la carga o el transporte de pasajeros. Aunque no es un problema en sí, resulta bastante incómodo extraer todos los asientos por su volumen y peso.

Versatilidad
Además, tratándose de este tipo de vehículo, también sorprende lo bien organizado que está el espacio destinado a cada uno de los pasajeros en el interior, brindando una experiencia muy confortable para toda la familia, disfrutando de todo lujo de detalles de equipamiento, que en nuestra versión alta de gama Active lleva de serie cantidad de elementos de seguridad y confort como luces diurnas de led, control de estabilidad y tracción ESP, climatizador multizona, sensor de lluvia y luces, sistema de manos libres Bluetooth, cortinillas laterales en la segunda fila, reposabrazos central, retrovisor interior fotocromático, llantas de aleación de 16 pulgadas, techo panorámico de cristal, ventanillas traseras tintadas y molduras cromadas por toda la carrocería. Opcionalmente y dentro del Pack Visión nuestra unidad llevaba faros de xenón direccionales y medidor de presión de neumáticos, así como el Pack Urbano que incorpora sensores traseros de aparcamiento y retrovisores exteriores abatibles eléctricamente.
Diseño exterior
El diseño exterior es otro factor muy trabajado, en comparación con la gran mayoría de compactos que hoy día parecen todos iguales, intentando distinguirse con el típico diseño afilado de la familia Peugeot añadiendo detalles de nuevo diseño muy modernos como la inmensa parrilla delantera en forma de boca, las ópticas delanteras de grandes dimensiones que se extienden por parte del capó, a juego con los faros antiniebla posicionados en los extremos de los paragolpes enmarcados en cromo y con una línea de led´s en forma de boomerang para la iluminación diurna. La vista lateral sugiere un gran dinamismo, con una línea de cintura esculpida por las puertas de forma ascendente hacia la zaga que sugiere dinamismo y agilidad incluso para esta versión familiar. La trasera, a pesar de estar bien integrada, presenta un diseño un tanto extraño que no a todo el mundo gusta, combinando formas redondeadas con líneas rectas que resultan cuanto menos raras.


Buenas dosis de potencia y consumos mínimos
Los motores del Grupo PSA Peugeot Citroën siempre han destacado frente a la competencia por ofrecer una gran relación entre refinamiento, prestaciones y consumos, con lo que el 2.0 HDI de 150 cv que probamos no puede ser menos. Nos sorprende con una suavidad de funcionamiento ejemplar, con muy baja rumorosidad incluso a ralentí y en frío y con una gran potencia que entrega de forma suave y progresiva pero contundente. Esto brinda unas prestaciones bastante buenas, con grandes capacidades de aceleración, logrando los 100 km/h desde parado en 9,8 segundos y una velocidad máxima de 205 km/h. Por otra parte, el consumo y las emisiones están muy controlados, con una cifra combinada de 6 litros a los 100 km y 139 gr/km de CO2.

Los motores del Grupo PSA Peugeot Citroën siempre han destacado frente a la competencia por ofrecer una gran relación entre refinamiento, prestaciones y consumos, con lo que el 2.0 HDI de 150 cv que probamos no puede ser menos. Nos sorprende con una suavidad de funcionamiento ejemplar, con muy baja rumorosidad incluso a ralentí y en frío y con una gran potencia que entrega de forma suave y progresiva pero contundente. Esto brinda unas prestaciones bastante buenas, con grandes capacidades de aceleración, logrando los 100 km/h desde parado en 9,8 segundos y una velocidad máxima de 205 km/h. Por otra parte, el consumo y las emisiones están muy controlados, con una cifra combinada de 6 litros a los 100 km y 139 gr/km de CO2.

Comportamiento
La conducción en general es cómoda y ágil, de posición elevada como en la mayoría de berlinas de este tipo y con una pisada en carretera tan eficiente como confortable, afrontando los obstáculos con entereza y brindando unos apoyos muy equilibrados en curvas cerradas, lo que le permite una conducción alegre y dinámica. Lo peor, la posición del volante algo elevada y ligeramente diagonal, aunque nos podremos acostumbrar a ello rápidamente.
La conducción en general es cómoda y ágil, de posición elevada como en la mayoría de berlinas de este tipo y con una pisada en carretera tan eficiente como confortable, afrontando los obstáculos con entereza y brindando unos apoyos muy equilibrados en curvas cerradas, lo que le permite una conducción alegre y dinámica. Lo peor, la posición del volante algo elevada y ligeramente diagonal, aunque nos podremos acostumbrar a ello rápidamente.
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