Producción: Com&Com. Texto: Equipo de Pruebas. Fotografías Com & Com. Publicado diciembre 2010
Rf motor: GMPTE Tipo: G-A14NEL
Abierto al mundo
Es evidente que respecto al antiguo, el Meriva ha crecido en todas las dimensiones. De hecho, la sensación visual desde fuera es que es mucho más grande.
La circunstancia de que las puertas traseras se abran en sentido contrario a las delanteras es todo un acierto para el acceso a las plazas traseras y para la colocación de niños. Que duda cabe que lo mejor son unas puertas corredizas, pero lo cierto es que esta solución facilita mucho el acceso y la colocación de una sillita, por ejemplo. Las puertas delanteras, que se abren en sentido tradicional, también ponen su granito de arena en cuestiones de acceso, ya que tienen un grado de apertura bastante amplio, 90º. Ningún ocupante del Meriva se podrá quejar de que le ha costado acceder a su interior.
Su línea estética está en la línea de los últimos productos de Opel. Las luces diurnas en forma de ala recuerdan a las del Insignia y Astra y su frontal recuerda bastante al del Corsa. Este está presidido por una gran rejilla cromada con el logo de Opel en el centro, también cromado.
Visto de perfil observamos que la línea de cintura es irregular y parece transmitir movimiento. No deja ser otro detalle que remarca la última apuesta estilística de Opel, con un ala como principal inspirador de diseño. También resulta curioso encontrar el tirador de las puertas traseras muy próximo al de las delanteras, signo de que nos encontramos ante unas puertas que se abren en sentido contrario.
Calidad y modularidad
Tras el especial método de apertura de las puertas traseras del Meriva, el aspecto que quizá más llama la atención es el salto hacia delante de calidad dado en el interior. Tanto los materiales como las tonalidades empleadas en guarnecidos, salpicadero y tapicerías transmiten el mejor nivel de calidad de su segmento.
La modularidad es un aspecto que está a la orden del día en el Meriva. La fila de asientos traseros permite regular cada asiento de forma individual en longitud y se pueden plegar para conseguir una superficie de carga plana...bueno, casi plana porque las tapas que tienen los asientos en su parte trasera, para cubrir el hueco entre estos y el maletero, y varios huecos de anclaje no logran que tengamos una superficie libre de obstáculos.
El cofre central entre los asientos delanteros, llamado FlexRail, es el primero que nos encontramos en un coche que puede denominarse también como modulable. Está formado por dos conjuntos de raíles longitudinales a distinta altura. La pista superior lleva un módulo portaobjetos/reposabrazos con tapa y tamaño suficiente para almacenar varios CDs, mientras que en la inferior va una bandeja para objetos pequeños y tiene un posavasos integrado. Las dos unidades se pueden deslizar sobre los railes hasta diversas posiciones fijas. En la parte interior hay una bandeja fija que cuenta con dos posavasos y conexiones de audio más una toma de corriente.
Si el FlexRail no resulta suficiente para guardar todos nuestros objetos podemos usar la guantera, que tiene un buen tamaño, las bolsas de las puertas o un par de huecos (uno de ellos con tapa) en la zona de los mandos de las luces.
Gracias a su buena altura y anchura interiores cuatro adultos pueden ir sin problemas en el Meriva. La plaza trasera central queda reservada por su anchura para un niño y puede ser retirada, hecho que permite que los asientos laterales traseros se puedan desplazar hasta 5 cm hacia el centro y ganar así espacio para los hombros de los ocupantes de dichas plazas.
120 CV muy tranquilos
Sin llegar a ser un mal motor sí hemos de reconocer que nos hemos llevado una pequeña decepción con el motor 1.4 Turbo de 120 CV (existe otra variante más potente de 140 CV). Esperábamos que tuviese unas aceleraciones y recuperaciones bastante más decentes para su potencia pero la sensación a los mandos del Meriva es que llevamos un motor atmosférico al que le cuesta ascender la escala del cuentarrevoluciones.
A priori creíamos que tendría un comportamiento similar al 1.4 TSI del grupo VAG de parecida potencia pero se aleja bastante en cuanto a sensaciones al volante. En descargo del motor Opel es justo comentar que estamos comparándolo con un motor que ha recibido dos premios como mejor motor del año en su cilindrada. Aún así no estaría de más que tuviese un poco más de picante a la hora de apretar el acelerador.
Lo bueno es que es un motor que gustará a quienes disfruten practicando una conducción tranquila y confortable por lo silencioso que es y lo suave que se muestra con una respuesta en las primeras vueltas bastante mejor.
Confortable pero con ciertos guiños deportivos
Como monovolumen que es cumple perfectamente su labor, ofreciendo a los pasajeros un buen trato por tarado de suspensión. Podremos viajar con el Meriva todo lo que queramos, que el coche es muy confortable.
Los amortiguadores son un poco duros pero no merman en ningún momento el confort. Los muelles marcan su comportamiento por ser lentos en compresión. Esta circunstancia hay que tenerla en cuenta si deseamos jugar un poco con el Meriva, ya que tarda un poco más de lo normal en apoyarse y mantener la trayectoria. Una vez apoyado no hay ningún problema y una dirección bastante directa (toque de deportividad) nos ayudará a trazar las curvas sin problemas, no sin antes pasar por un pequeño periodo de adaptación a esa inmediatez de respuesta de la dirección combinada con la lentitud a la hora de apoyarse el Meriva en las curvas.
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