Texto: Carlos Herranz 09/02/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Febrero 2012
Rf motor: RENAULT Tipo: K9K
Gemelos idénticos
El hecho de que el Evalia derive de la furgoneta NV200 de Nissan hace que por fuera sean idénticos (tan sólo cambia el logotipo exterior con el nombre del modelo). Su diseño nos recuerda al Serena de finales de los años 90, alto y estrecho. Si miramos sus dimensiones observamos que es más alto que estrecho (1,86 m de altura por 1,69 m. de anchura) y da sensación de ser más grande de lo que realmente es.
Su peculiar estética no esconde su origen nipón, con un frontal que tiene los típicos faros en forma de ojos rasgados que tanto se lleva en Japón pero que no es muy común en los modelos que llegan a Europa procedentes de allí. La parte trasera es muy sosa y denota su origen como vehículo industrial, con unos pilotos bastante pequeños en relación a la carrocería y un portón que ocupa prácticamente toda la superficie de la trasera.
En la vista lateral encontramos puertas correderas que son muy prácticas para entrar y salir en sitios estrechos pero lo que más nos llama la atención son las pequeñas ruedas que monta el Evalia y que hace que éste tenga unos pasos de rueda más propios de un todo-terreno.
Hoy en día resulta muy chocante que un coche de este tamaño y potencia equipe unas llantas de aleación ligera de 14". Con unas llantas de 16" su estética mejoraría mucho y el comportamiento también, aunque esto último no es que le haga mucha falta.
¡Qué viva el espacio!
Da gusto ver lo bien aprovechado que está el espacio en el interior del Evalia. Que el origen del coche proceda de un vehículo industrial tiene sus pros y sus contras, y en el caso del espacio interior es una ventaja.
Las siete plazas de las que disfruta son perfectamente utilizables por siete adultos con la salvedad de que las de la tercera fila resultarán incomodas para personas que midan más de 1,60 m. Al menos el acceso a esta última fila de asientos es bastante bueno gracias a la forma de plegarse los asientos de la segunda fila y no requiere contorsionarse.
La altura que se disfruta dentro es bastante buena, con poco más de un metro disponible para la cabeza de los ocupantes que podrían ser algunos centímetros más de no ser porque la banqueta de los asientos despega 35 cm. del suelo.
Los pasajeros de delante disfrutan de buena visibilidad pero los traseros podrán sentir algo de agobio con la vista lateral. La línea de cintura es muy elevada y los cristales laterales quedan muy altos, por lo que da la sensación más bien de ir viajando en tren o avión. La lástima es que estos cristales no son practicables por lo que tendremos que encomendarnos al sistema de climatización para ir a gusto con la temperatura. Paradójicamente los que viajen en la "peor" fila, es decir, la tercera, cuentan con salidas de aireación independientes y con un mando que permite ajustar el caudal de aire de la climatización, pero siempre con la temperatura seleccionada por los mandos principales delanteros (en la segunda fila no hay ni salidas de aireación específicas).
A nivel funcional tenemos mucho hueco delante y en la segunda fila tenemos dos prácticas bandejas tipo avión con dos posavasos cada una. Hablando de estos últimos, el despliegue de los mismos en el interior es brutal, pues contamos con nada menos que once repartidos por todo el coche, algo nunca visto.
Respecto al NV200 el Evalia lleva detalles de acabado más propios de un turismo (su orientación) que de coche industrial, circunstancia que se ve reflejado también en el precio si comparamos con un NV200 Combi de siete plazas.
Mejor diesel que gasolina
Bajo el capó del Evalia tenemos la mejor opción mecánica posible en la gama, el ya conocido bloque turbodiesel common-rail de 1.461 cc. de la marca del rombo en su variante más potente que incluso llega a montar el Laguna.
En la práctica tenemos un motor con buenos bajos y desde 1.750 rpm ya disponemos de una potencia bastante razonable que permite estirar el motor hasta 4.300 rpm, siendo no recomendable estirarlo más allá de 4.000 rpm en las tres últimas marchas.
Cuando el coche va con cuatro personas a bordo empiezan a salir las carencias del motor en cuanto a cilindrada y potencia, viéndonos obligados muchas veces a reducir a 4ª en cuanto llegue un repecho.