Texto: Equipo de pruebas 21/11/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Noviembre 2012
Rf motor: MITSUBISHI Tipo: D4M41
Leves cambios, sobre todo externos
Los cambios que ha sufrido el último restyling del Montero son pocos y la mayoría de ellos están localizados en el frontal del coche. Este ahora cuenta con un nueva parrilla que conserva idéntico número de láminas pero estas cuentan con seis aberturas que antes no tenía. El paragolpes delantero es más estilizado y cuenta con una rejilla de ventilación que se deja notar más. Otro cambio afecta al cubrecarter, siendo ahora de color negro en vez de plata como lo era anteriormente. Las llantas de aleación de 18" son de nuevo cuño y cuentan con un diseño bastante atractivo.
Por dentro también leves cambios de diseño. El más notable se refiere al color de la instrumentación, que ahora es de color rojo intenso. También se han incorporado molduras plateadas en algunos mandos, como en los de los elevalunas, por ejemplo.
A nivel mecánico hay una novedad que proviene de la gama ASX y no es otra que el sistema Brake Override, que en caso de apretar simultáneamente el acelerador y el freno da prioridad a este último para poder detener el coche.
Algo más de espacio
En esta versión larga al contar con dos centímetros de anchura se resuelve un pequeño inconveniente de la carrocería corta en la fila central. En el tres puertas los extremos de la banqueta van ligeramente curvados porque dicha banqueta va situada sobre el eje trasero. En nuestra carrocería de cinco puertas esto no sucede gracias a que es un poco más ancho y el eje trasero va situado más atrás.
Metro en mano encontramos tres centímetros más para las piernas de los pasajeros de la fila central y casi un centímetro más de altura. Los pasajeros de la tercera fila van un poco más elevados que los de la segunda fila y, aunque sólo se pierden cinco centímetros de altura, son plazas más válidas para ser usadas por niños que por adultos debido a la anchura disponible.
Nos ha gustado bastante el hecho de que los reposacabezas de la última fila cuenten con un sitio específico para ser guardados bajo el piso cuando la tercera fila no la hemos habilitado. Eso sí, una vez puestos son muy aparatosos y quitan al conductor bastante visibilidad por el cristal trasero.
Cambio automático mejorado, pero lastra el motor
Sabemos que el coche tiene 200 CV porque así lo demuestra la ficha técnica, pero lo que está claro es que con el cambio automático de cinco velocidades parecen bastantes menos. La referencia anterior la teníamos con el antiguo motor de 160 CV pero con cambio manual y al volante de este modelo se tiene la impresión de que corre igual o un poco menos, aunque en recuperaciones si se notan esos caballos extra.
La caja de cambios automática cuenta como mayor hándicap el ser sólo de cinco velocidades, cuando una de seis velocidades habría aportado más brío y mejorado un poco más los consumos. En cuanto a rapidez en modo manual cambia relativamente rápido aunque en una aceleración fuerte vemos que patina más de lo deseado. Es raro que en Mitsubishi no hayan mirado en su banco de órganos mecánicos y no hayan adoptado para el Montero su caja automática SST que equipa el Outlander.
Es una caja de cambios que parece de hace diez años y que marca el uso del Montero incluso en conducción off-road. Si deseamos bajar una pendiente en primera con la reductora activada más vale que tengamos el pie izquierdo cerca del freno...porque la caja de cambios no retiene nada por debajo de 2.000 rpm, sino que se va al ralentí y deja al coche como si fuéramos en punto muerto.
Por lo menos sí hemos notado respecto al último Montero que probamos que ahora responde en el acto al acelerar desde parado, transmitiendo inmediatamente el movimiento a las ruedas tras nuestra solicitud al acelerador a diferencia de la mayoría de cambios automáticos, en los que hay un tiempo de respuesta desde que pisamos el acelerador hasta que empieza a moverse el coche.
Peculiar conducción
La postura de conducción es bastante alta y a veces se tiene la sensación de ir conduciendo un furgoneta alta, por lo que los que gusten de conducir más bajo lo van a pasar un poco mal. Al menos tenemos el consuelo de que observaremos el entorno desde una posición muy privilegiada respecto a la mayoría de vehículos que nos encontremos en la carretera.
En carreteras con curvas tendremos que olvidarnos de practicar conducción rápida ya que tenemos una dirección muy lenta (más de 3,5 vueltas entre topes) y dura, que nos obligará a "remar" a la hora de tomar curvas, y una suspensión muy eficaz en campo pero algo blanda para circular por carretera. En conducción tranquila todo será muy confortable y podremos hacer un viaje hasta el fin del mundo sin problemas, contando además con un radio de giro aceptable pero a base de dar vueltas a la rosca.