Texto: Eugenio Pinilla 18/09/2006. Fotografías Rubén D. Chaves. Publicado Diciembre 2006

Control y eficacia
El Cooper S, ya desde la primera versión de 163 CV, nos pareció un divertido y eficaz coche con sus limitaciones de espacio y un equipamiento justo en el que casi todo se paga aparte, costumbre de la casa desde que lo produce BMW. Ahora con 170 CV, el motor cuenta por algo más de alegría, y su temperamento permanece invariable.
En general y en las tres versiones, se comparte lo que podemos decir sacrificios del Mini. Unas plazas traseras que a pesar de tener un espacio formidable, para 2 personas, no hay donde meter los pies en el momento que los ocupantes delanteros - sobre todo conductor - mida más de 1.60 m. Con ello son plazas destinadas paras “peques”, y para aprovechar el abatimiento que será casi necesario siempre que metamos un bulto de relativo volumen, ya que 160 litros de capacidad, no dan para mucho.
4 años del nuevo Mini
Siendo esto así y recordando que pronto se renovará el mini, no vamos a incidir en esto. Además podemos releer la prueba del Mini Cooper de 2002 publicada aquí.
Sólo como puntos importantes, comentar que el espacio interior está bien aprovechado, que el número de huecos para dejar cosas está correcto y que el acabado, aunque muestra mucho plástico está inspirado en el tradicional Mini, con el gran reloj de instrumentación centralizado en el salpicadero, añadiendo un práctico cuentavueltas atado a la caña de la dirección, y en el que se añaden los testigos principales. Destacar la botonería en su centro, original cómoda y vistosa.
Por su puesto el Mini, ya rediseñado en ese año, ponía en orden todos los temas de seguridad por los que el antiguo perdía su homologación. Y un poco más grande conserva bien la esencia y la filosofía de un coche pegado al suelo, de carácter deportivo y reducido tamaño.
Automático y secuencial para una conducción más confortable
Con las versiones automática y potenciada con el kit “John Cooper Works”, el Cooper S toma nuevas dimensiones. Siendo ya un deportivo de consideración, muy eficaz en curvas, divertido y fácil de conducir por la sensación de control siempre, con el cambio automático, vamos a ganar en unas cosas y perder en otras.
¿Qué se gana?, pues confort de conducción. El Cambio automático mantiene las 6 velocidades, y podemos usarlo de forma totalmente automatizada o como un cambio secuencial, tanto desde el pomo tradicional como desde las levas del volante.
Estas levas funcionan igual que las del BMW serie 7, y poco tienen que ver con las que encontramos en los coches más deportivos que tratan de imitar a las levas de los coches de competición. O sea, en ellos con la leva derecha subes de marcha y la izquierda bajas. En este mini ambas levas son iguales, pulsando hacia ti subes y a favor de la marcha reduces. Ni peor ni mejor, cuestión de acostumbrarse.
Mejoras en el manejo
El interface –llamémoslo así – de manejo del cambio es lo mejor del coche, ya que inspirado en el cambio automático de BMW, ahora tenemos alguna mejora. Sobre la guía tenemos las posiciones tradicionales y también la posición S, en la que la gestión permite un número mayor de revoluciones en el motor siempre, cambiando de forma automática hasta que tocamos las levas o la palanca y entonces se convierte en manual. O sea ya tenemos que seguir nosotros metiendo las marchas. Podemos volver a la posición automática “S” (de Sport) manteniendo un poco más la palanca al cambiar.
En la posición normal de manejo automático, podemos hacer una reducción voluntariamente en el transcurso de la conducción, que él mismo vuelve a la posición automática. Realmente práctico y cómodo para mantener un mejor consumo y en cualquier momento tener un control instintivo del cambio.
Las limitaciones llegan donde todos los cambios automáticos de este tipo. Aunque es mas rápido que la media, no lo es tanto como un cambio manual bien manejado, y no nos permite reducir por encima de las 4.500 rpm. Cosa que es lógica si vamos a hacer una 3ª - 2ª por ejemplo, pero es que no podemos hacer ni una 6ª-5ª, o incluso 5ª-4ª donde la subida de vueltas aún deja 1.000 rpm de margen en el peor de los casos.
Esto limita la conducción muy deportiva, donde el Mini Cooper es insuperable. Es un tipo de cambio recomendado para una conducción deportiva, con estos límites, o sea bajando bastante el listón, aunque se pueda mantener un ritmo bastante rápido no obstante, pero entrando en cada curva o un poco mas lento esperando se engrane la marcha, o un poco más “tirado” caído de revoluciones.
Una cosa a corregir del automático es la situación del indicador de la marcha en la que vamos, está en el centro del reloj del salpicadero lejos de la visual.
John Cooper Works, el nombre de una leyenda en preparación
Pasando al Cooper Works la cosa es radicalmente distinta. Decir de antemano que se dispone de autoblocante (Así como de otras muchas opciones), como extra casi obligatorio. El coche con 210 CV delante se mete en las curvas mucho mejor con este diferencial, controlando mejor la tendencia a “esquiar” que lógicamente ya tiene el Cooper S, y acentuándose en la proporción de 40 CV más con este kit de potencia.
La amortiguación algo más enérgica, el autoblocante y un cambio bastante cerrado hacen de este Mini potenciado un juguete para mayores. Donde el menos experto sentirá un control fabuloso, y el más experto podrá llevar un ritmo de vértigo, a la altura de coches con 100 CV más. El extra de potencia ya se deja sentir desde abajo, ganando casi 100 revoluciones arriba y estirándose hasta casi las 7000, donde a 50 antes da los 210 CV, con un par máximo de 245 Nm, 25 más a tan solo 500 revoluciones más (4500 en lugar de 4000).
Muy personalizado
Abriendo el capó de este Mini Cooper, podemos ver la espectacular culata con el emblema correspondiente que le distingue rápidamente con sus 40 CV extras.
Son también temas de mejora los frenos, la barra de unión entre torretas de amortiguación delante y cuenta con muchas otras opciones de personalización, que ya no son puramente mecánicas. Desde elementos de carbono hasta un spoiler trasero más efectivo.
En general los consumos son altos de todas las versiones, Desde el Cooper S básico, en el que podemos controlar un mejor consumo en conducción más bien turística, hasta los más de 20 litros cada 100 km que podemos gastar en zona de curvas con el “Cooper Works”. Cosa que es relativa evidentemente a las prestaciones, donde quizá en la relación prestaciones / consumo, el menos agraciado es el automático.
Resumiendo
Los tres son coches divertidos, eficaces y que no defraudan nunca en relación con el dinero invertido, pero en estos detalles la selección ha de ser clara. Además del aumento del precio claro está. Es decir, pasar del Cooper S normal a una de estas versiones, supone un incremento del coste, en el que debemos estar seguros de lo que vamos a ganar y perder.
En nuestra comparativa tradicional de volantes podemos hacernos una idea.

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