Texto: Eugenio
Pinilla 22/07/2007.
Fotografías Com&Com.
Publicado julio 2007
Pero
nuestro Mazda proviene de un roadster, es decir de un coche de 2 plazas
con capota de lona tradicional. La inclusión de este tipo de capota
evidentemente dota de mucha más practicidad al coche, más insonorización y
seguridad pero se corre el peligro de un diseño adaptado a la nueva
estructura que suele ocupar parte del maletero cuando está plegada.
En la
gama del MX5 se sigue manteniendo el de capota de lona, hay dos motores
siempre de gasolina, un 1.8 con 125 CV y nuestro 2.0 con 160 CV. Los
niveles de acabado para la versión con techo de lona son 3, pero en el
caso del RC sólo se dispone de los dos más altos “Active+” y este “Sportive”,
exclusivo para el motor de 2 litros. El incremento de precio de las siglas
RC es de casi 2000 € a la fecha de hoy, algo que hay que sopesar siempre.
Carrocería: apenas cambios
En el
MX5 RC, el diseño de la capota se ha realizado sin apenas modificar la
zona trasera del coche, ni tan siquiera influye en el maletero, que tiene
la misma capacidad con o sin capota puesta. Son 4 metros exactos de largo
para 2 plazas, no hay mucho espacio para el habitáculo y como es de
esperar se sacrificarán ciertas cosas a favor ese placer de ir con el
cielo por techo, en un coche de línea muy baja con poco peso y unas
sensaciones muy deportivas.
El
techo se descubre en apenas 15”, tras destrabar el enganche de seguridad,
queda perfectamente guardado tras los asientos. Dispone de una rejilla
anti-vientos que sólo hay que levantar para evitar los remolinos en
marcha. El dispositivo baja previamente los cristales pero no los deja en
su sitio.
Mecánica: el 2 litros es el motor más potente de la gama
Motor
delantero y tracción trasera, esto es lo más importante y lo que nos
caracterizará el temperamento del coche, aunque los sistemas electrónicos
minimizan siempre todo esto.
Los
160 CV se dan a 6700 rpm, por lo que hablamos de un motor con temperamento
deportivo, los 180 Nm de par máximo a 5.000 rpm lo certifican también, sin
embargo la respuesta del motor a bajas vueltas es francamente buena, nada
de pereza para empujar desde el principio y un brío extra andando por la
zona alta del cuentavueltas. La conducción así puede dulcificarse, junto a
los consumos y destapar toda su esencia cuando se nos antoje apurar más
las marchas.
La
transmisión cuenta un pequeño autoblocante, que lo hace mucho más efectivo
como veremos. Así en cuanto al tema mecánico podemos decir que estamos
ante un coche bastante purista y deportivo y que nos guarda un motón de
buenas sensaciones, a pesar de no tener una descomunal potencia, no es muy
pesado. Según el catálogo 1207 Kg. Pero según la ficha técnica 1095. De
todas formas cada caballo toca a unos 7 Kg. lo que es una relación
francamente buena.
Interior: buena factura con tapicería en piel
La
configuración del coche es la típica de un roadster. Con 2 plazas muy
pegadas al suelo y poco espacio alrededor. Ello es una de las razones por
las que no hay mucho lujo, si bien el acabado es muy bueno con tapicería
de piel, los detalles de confort son básicos, en un coche que desde luego
no tiene el confort como objetivo.
Así
podemos encontrar unos pobres parasoles, casi de compromiso, un pobre
equipo de luces, sin tan siquiera indirectas de lectura, o unos posavasos
colocados donde se puede. Hay hasta 4. los de las puertas muy pegados a
las piernas y los del centro entre los asientos estorbando en el manejo
del cambio.
Y es que no hay espacio para maravillas. Sin embargo no nos podemos quejar
de huecos, contamos con una decente guantera y un hueco entre los asientos
ambos
con
llave y que nos permite guardar casi todo lo que uno puede llevar encima.
La
calidad de los mandos es buena, tiene una consola central en la que se
resumen los mandos del equipo de sonido – un Bose de cierta calidad – y
los del climatizador, de manejo muy rápido y cómodo. Los asientos no son
grandes butacones pero son bastante cómodos y envolventes. No hay cenicero
– los que fuman tendrán que hacerse con uno tipo nómada que se colocan en
los posavasos, pero tampoco hay donde dejar para los que no fuman ni un
envoltorio de un caramelo.
Equipamiento: sin lujos, pero práctico
Siendo
el más equipado, ya he dicho que no hay lujos. Es un equipamiento
funcional del que el conductor no ha de tener queja. No hay sitio para
muchas cosas, pero lo que hay está bien y es requerido en su precio.
Al
climatizador y equipo de sonido, con cargador de CDs se añaden elementos
de confort como asientos calefactados. Para la conducción además del
obligado ABS se cuenta con control de estabilidad, asistencia al frenado
de emergencia, faros de xenón – con lavafaros y auto-nivel -, mandos en
volante y por supuesto llantas de aleación y faros antiniebla.
Zona de carga: maletero para fin de semana
Desde luego no es un coche para grande viajes llenos de equipaje, pero si
somos de los que sabemos ir con una muda y el cepillo de dientes el
maletero estará bien. Son 150 litros, con una boca superior tampoco muy
grande, no tenemos rueda de repuesto, si no habría apuros ya en el número
de mudas. Tenemos un kit de reparación de pinchazos, bien recogidito, así
como las herramientas y los triángulos, el suelo tiene una doble
profundidad, y valdría para dejar pequeños bultos, pero evidentemente no
está compartimentado ni tiene sujeciones algunas para carga
menuda o bolsas.
Su
luz además debemos accionarla manualmente, algo que no es de recibo en un
coche de su precio, no cuesta mucho encenderla, pero se nos puede olvidar
apagarla.
Conducción: el placer de ir pegado al suelo
Como
todos los coches de este tipo cuando nos ponemos al volante es cuando
comenzamos a compensar los sacrificios de espacio y equipamiento y los que
gustan de una conducción pura y deportiva disfrutarán mucho a los mandos
de este Mazda.
El
puesto no es apto para tallas extremas, pero hasta los 1,90 de estatura no
habrá grandes complicaciones. El volante es fijo en extensión, si bien se
puede regular en altura, los pedales están acabados en aluminio con un
excelente reposo para el pié izquierdo, el cuadro de mandos tiene un
acabado deportivo con 5 esferitas en las que se añade presión de aceite a
las informaciones habituales. Es un cuadro sencillo en el que quizá se
podía haber escalado mejor los relojes principales ya que desaprovechan ¼
de escala con el que se podría haber dado mas claridad a las indicaciones.
La
palanca de cambios, cortita y saliente de la consola central, nos da un
buen feeling de lo que enseguida podemos comprobar, recorridos cortitos e
inserciones muy bien guiadas, un cambio que se maneja con gran gusto.
Con
una excelente respuesta del motor desde los primeros milímetros del
acelerador, este cambio tan gustoso y el puesto de conducción bajo, uno se
siente a los mandos de un fórmula con el cabello al viento.
Salvando los problemas de espacio, el confort no está tan perjudicado como
se podía esperar, el taraje de suspensión no es demasiado sufrido y las
sensaciones son estupendas cuando llegan las curvas.
Comportamiento: divertido y sin complicaciones
La
potencia está en unas cifras que ya te permite un considerable ritmo
cuando todo lo demás te ayuda a ello. Con ese carácter deportivo del
motor, pasamos de tener un motor alegre pero sin sobresaltos y muy
progresivo al principio, a meternos en la zona alta del cuentavueltas y
encontrar cierta patada y nerviosismo del tren trasero, pero con el
control de estabilidad puesto la diversión siempre se ve coartada a la
mínima que sales chutando de alguna curva, y es que además el autoblocante
no se lleva bien con el sistema de control electrónico de estabilidad y
éste apenas tarda nada en cortarte el rollo anulando la solicitud del
acelerador. Así que hay que quitar el sistema para notar algo de
movimiento en la trasera.
Se
puede jugar lo suficiente en manos expertas para salir ya con más brío,
notando como el coche empuja de atrás y el paso en curva se hace más
rápido y con una sensación más deportiva. Apenas se tumba, la potencia no
te sorprende y todo se hace divertido dentro de unos parámetros de
potencia ya decentita.
Prestaciones y consumos: todo a gusto del consumidor
Poco
peso, poca sección frontal, buena aerodinámica … son cualidades que
permiten a nuestro Mazda desarrollar consumos buenos, y siempre que
mantengamos el coche en la zona “turística” del cuentavueltas, donde
podremos estar en esos 8,2 litros cada 100 km. anunciados de consumo
promediado, o incluso menos en carreteras generales. No nos resistiremos
la tentación de buscar la zona alta de giro en las curvas y es aquí donde
pasaremos de los 10 con facilidad.
Su
punta con el techo puesto supera ampliamente los 200 km/h y acelera en
poco más de 8 segundos de 0 a 100, el cambio facilita las cosas. Quizá en
recuperaciones sea menos brillante, buscando rápidamente algo más de
entrega con el cambio, pero hay buena reserva de caballos rodando a
cruceros incluso por encima de los 130 km/h, el uso de una quinta será por
puro placer de manejar el exquisito cambio.
Precio y competencia: caro pero sin mucha competencia
Es un
coche con un precio caro de la potencia, tampoco hay ni tamaño y equipo
demasiado lujoso, lo bueno es que no tiene mucha competencia directa, hay
roadsters de dos plazas, los hay más grandes y más pequeños pero en su
patrón de tamaño y potencia tan solo está el Z4 de BMW con motor de 2
litros 150 CV y un poco más caro. La otra opción está en el Mercedes SLK
de 163 CV y mucho más caro.
RESUMEN
Roadster bastante puro, en unos parámetros medios de potencia, con las
típicas incomodidades de ser un 2 plazas que guarda casi todo para su
disfrute bajo el cielo. Es un poco caro de adquisición, pero guarda muy
buenas sensaciones para el conductor, no es un coche demasiado castigador
en marcha, acierta en sus cualidades de no fatigar con duros tarajes,
guardando buenas formas, un control de estabilidad poco afinado y un
maletero de compromiso que su dueño ya sabrá.
El coche
está firmado a la entrada
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Un
maletero con poco espacio pero ordenado
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