Texto: Eugenio Pinilla 27/08/2010. Fotografías Com&Com. Publicado agosto 2010

Rf motor: - Tipo: -
La actualización de la gama también ha traído una revisión de motores, y quizá el 2.2D de 129 CV de nuestra prueba ha sido de los más beneficiados. Los de gasolina han mejorado consumos y emisiones, con algo más potencia en el más humilde. Algo similar a lo ocurrido con este diesel que con un turbo más escueto tiene menos inercia y mejora su rendimiento a pocas vueltas, siendo significativo que a 3.500 ya da los 129 CV, 5 más que la anterior generación. Los consumos además han bajado en un 7% oficialmente, un aspecto comprobado con nuestras mediciones.
Interior con más detalles
La nueva generación ha mejorado detalles en el interior, manteniendo diseño. Detalles como por ejemplo un pomo acabado en piel o el mismo freno de mano, o unos mejor acabados parasoles incluso en niveles de equipo inferiores como corresponde a los de este motor más básico.
El conductor ahora también disfruta de un intermitente con pulsación de 3 encendidos en un solo toque.
Mantiene las cualidades de la generación anterior de unas espaciosas plazas, el estilo de mandos muy ergonómicos, con remates en tono metal y madera.
Exteriormente los cambios son puntuales, de ópticas y defensas, y es en el equipamiento donde se encuentra una nueva oferta de elementos.
El Mazda6 sigue siendo una estilizada berlina, con una buena oferta de motores. Un estilo deportivo dentro de su practicidad y 3 carrocerías, donde ésta de 5 puertas permite unos fáciles abatimientos con un estupendo maletero de más de 500 litros, ampliables a 1700.
129 potentes caballos
El efecto práctico de un motor que tira muy bien desde poca vueltas es la sensación de ser más potente de lo que es. El instintivo uso en una zona de mejor rendimiento y par y el consiguiente ahorro de combustible. Sin ser además un coche perezoso. No habíamos conducido la versión de 125 CV, pero esta con 129 es un motor sumamente dócil, con el régimen de potencia máxima a 3.500 vueltas pero el corte a 1.000 vueltas más.
La relación final no abusa de un desarrollo muy largo, por lo que incluso la sexta, que es la relación más larga es una marcha de uso y no solo para desahogo como se puede esperar en un principio.
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