Texto: Equipo de Pruebas. Fotografías Com&Com. Publicado abril 2011 
Rf motor: MAZDA Tipo: G/LF
Se mantienen las siete plazas y las puertas laterales corredizas, principales argumentos del antiguo Mazda 5. En esta prueba analizamos la mecánica más potente de la gama pero que no es la más recomendable por lo que veremos más adelante.
La nueva silueta del Mazda 5 transmite mucha fluidez gracias a la gran cantidad de trazos curvos que observamos a lo largo de la carrocería y de sus distintos elementos. Sin ir más lejos destacan bastante los tres pliegues laterales que recorren las puertas delanteras y traseras del coche y que hacen parecer que el Mazda 5 se haya doblado cual folio de papel. La verdad es que el detalle es bastante original y hemos de reconocer que queda bastante bien
No hay que ser un lince para darse cuenta de que la parte delantera es prácticamente calcada a la del Mazda 3 mientras que la trasera ha ubicado los pilotos en una posición más baja que transmite pesadez al conjunto.
En cualquier caso el Mazda 5 se aleja un poco del estilo tradicional de los monovolúmenes medios y propone una estética tirando a deportiva, algo muy de agradecer para quien busque algo distinto.
Interior a nuestro gusto y práctico
El interior del Mazda es muy modulable y podremos configurarlo a nuestro gusto. Cuenta con siete asientos en total pero podemos llevarlo en cualquier configuración desde dos a siete plazas. Sigue contando con el ingenioso abatimiento del asiento central de la segunda fila bajo la banqueta del asiento izquierdo, lo que posibilita que aparezcan un brazo con dos posavasos que se encuentra oculto bajo la banqueta del asiento derecho. Lo malo de este asiento central es que tiene unas dimensiones bastante similares a las de los asientos de la tercera fila y se recomienda su uso a personas que no abulten mucho o a niños.
Los asientos de la fila central cuentan con dos bandejas situadas en los 
respaldos de los asientos delanteros y pueden ser reglados longitudinalmente y en inclinación del respaldo, cosa esta última poco habitual entre sus rivales. También cuentan con reposacodos abatibles en los asientos de los extremos.
La parte delantera cuenta con unos asientos que son buenos porque tienen un agarre más que decente y porque la altura disponible al techo es bastante buena. Lo que ya no nos gusta tanto es que el reglaje longitudinal es bastante corto y tenemos menos posibi 
lidades de colocarnos a nuestro gusto a los mandos del Mazda 5.
El acceso a las plazas traseras se realiza a través de puertas correderas, como en la anterior generación, que proporcionan un acceso bastante amplio a las dos últimas filas de asientos. A la última fila se accede accionando un tirador que desplaza la fila central hacia delante aunque tendremos que estar atentos de no darnos con la cabeza en el techo. En nuestro acabado Luxury el accionamiento de estas puertas es eléctrico, cosa que se hace manualmente en los otros dos acabados más básicos.
150 CV que parecen menos
El motor 2.0 de inyección directa proporciona 150 CV y se muestra muy lineal en toda su gama de revoluciones. Podríamos esperar cierta alegría por esos caballos que declara, pero en la práctica es muy y quien busque ciertas sensaciones deportivas quedará defraudado porque tiene un carácter completamente rodador.
Sin embargo en los primeros metros que recorremos con el coche nos da justo la sensación contraria porque responde muy rápido al acelerador, pero la verdad es que parece que llevamos casi un interruptor que funcione en modo "on/off" porque acelera casi todo lo que tiene que acelerar con pisar a menos de medio recorrido todo el acelerador.
Por debajo de 4.500 rpm tenemos muy poca chicha y habrá que llevarlo por encima de ese régimen para adelantar con garantías en marchas largas. De hecho, por debajo de esas vueltas nos tocará incluso bajar dos o tres marchas para adelantar o superar algunos repechos.
Contamos con el sistema de calado automático del motor i-Stop para reducir consumos en atascos o en ciudad. El sistema realiza la reanudación de puesta en marcha del motor a una velocidad muy aceptable.
