Texto: Equipo de Pruebas 24/02/2010 Fotografías Com&Com. Publicado febrero 2010

Rf motor: MAZDA Tipo: G/LF
La particularidad de este sistema de calado es que es el único del mundo que utiliza energía de combustión para volver a arrancar. En la teoría deberíamos conseguir más ahorro y volver a arrancar rápidamente, pero en la práctica conseguimos el mismo ahorro que con otros sistema similares y su velocidad de arranque se sitúa en la media de otros coches que hemos probado con sistemas similares.
Si nos atenemos a los valores de emisiones de CO2 y consumo medio, el modelo más económico y respetuoso con el medio ambiente dentro de la gama Mazda3 es la versión 1.6 CRTD.
Sistema de calado automático
Se trata de un sistema que utiliza energía de combustión para volver a arrancar el motor rápidamente con sólo una pequeña ayuda del motor de arranque y sin consumir combustible en exceso. Para conseguir esto, la posición de los cilindros y el cigüeñal, la apertura de válvula y la inyección directa de gasolina se sincronizan. La aportación del motor eléctrico únicamente se requiere durante la primera fase del arranque.
Combinado con el motor de inyección directa de gasolina, la optimización aerodinámica del exterior y otras medidas, el nuevo sistema i-stop logra reducir el consumo de combustible del nuevo Mazda3 2.0 l. DISI en un 14% en ciclo combinado, en comparación con el Mazda3 de primera generación con motor convencional 2.0 gasolina.
El sistema i-stop se activa automáticamente al poner en marcha el motor y puede ser desactivado mediante un botón situado en el salpicadero.
Para garantizar que el suministro eléctrico sea fiable en todo momento, especialmente durante la parada del motor y su reinicio, el Mazda3 2.0 l. i-stop monta dos baterías. La batería principal se encarga del suministro eléctrico general, mientras que la segunda se utiliza exclusivamente para poner en marcha el motor.
Como ya hemos observado en algún otro modelo, el Mazda3 i-DISI se cala justo unos pocos km/h antes de detenerse. Si estamos en punto muerto, cuesta abajo y soltamos el freno sin tener introducida ninguna marcha el coche sigue calado hasta que coge unos 10 km/h. El problema es que mientras está calado no tenemos asistencia en la dirección y si tenemos que realizar un giro y no pisamos el embrague para arrancar el motor podríamos tener algún sustillo.
A este último respecto hay que comentar que si la pendiente supera el 14% el motor no se detendrá por evidentes cuestiones de seguridad.
Inyección directa de gasolina y 150 CV
El motor 2.0 de inyección directa proporciona 150 CV y se muestra muy lineal en toda su gama de revoluciones. Podríamos esperar cierta alegría por esos caballos que declara, pero en la práctica es tan dócil como el motor 1.6 de gasolina y quien busque ciertas sensaciones deportivas quedará defraudado porque tiene un carácter completamente rodador. Para eso está la versión MPS, aunque más cara.
Sin embargo en los primeros metros que recorremos con el coche nos da justo la sensación contraria porque responde muy rápido al acelerador, pero la verdad es que parece que llevamos casi un interruptor que funcione en modo on/off porque acelera casi todo lo que tiene que acelerar con pisar a menos de medio recorrido todo el acelerador.
Por debajo de 4.500 rpm tenemos muy poca chicha y habrá que llevarlo por encima de ese régimen para adelantar con garantías en marchas largas. De hecho, por debajo de esas vueltas nos tocará incluso bajar dos marchas para adelantar o superar algunos repechos.
Contrariamente a lo que nos podríamos esperar visto el carácter del motor y del coche, contamos con un cambio de 6 velocidades que tiene unos desarrollos correctos tirando a cortos y poco salto entre marchas, más propio esto de la versión MPS que de esta.
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