Texto: Equipo de pruebas 05/09/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Septiembre 2012
Rf motor: VM MOTORI Tipo: VM25D
Toque Lancia
Tras la entrada del Grupo Fiat en Chrysler todos los modelos de esta se comercializan bajo la marca Lancia excepto en algunos mercados, en una acción que pretende relanzar la escasa gama que tenía la empresa italiana. Unos ligeros retoques estéticos y algunos mecánicos han servido para poner al día los productos de origen Chrysler que, en el caso del Lancia Voyager, se trata de la actualización del antiguo Chrysler Voyager.
A nivel estético los cambios al pasar a Lancia han sido mínimos, estando centrados la mayor parte en el frontal. En este la parrilla pasa de tener cuatro láminas a tener cinco, incorporando también un paragolpes de nuevo diseño en el que los faros antiniebla son más pequeños y están situados más cerca de los extremos del paragolpes, y justo por encima de ellos encontramos una lámina cromada que antes no existía.
En la vista lateral nada cambia, encontrando tan solo llantas de un nuevo diseño más actual. Por detrás también hay cambios pero más ligeros que en la parte delantera; los faros son de tipo LED y las tulipas tienen un diseño diferente. Además encontramos dos listones cromados que antes no había, uno en la parte superior del paragolpes y otro que recorre el portón de lado a lado por encima de la matrícula. Precisamente este último cambia en su diseño aunque se nota poco a simple vista.
Las plazas más cómodas del mercado
Si lo que buscas es el mayor confort para los ocupantes de un automóvil no vas a encontrar nada mejor en nuestro mercado que el Voyager. Cuenta con tres filas de asientos pero la central, con dos butacas, es la ideal para realizar viajes hasta el infinito y más allá por todo el espacio disponible y las comodidades que tiene para sus ocupantes.
Los asientos de la segunda y tercera filas se pueden ocultar bajo el piso, generando así un espacio de carga que no tiene nada que envidiar a una furgoneta industrial de las grandes. Las tres plazas de atrás son más estrechas que las centrales, aunque siguen siendo válidas para su uso por adultos siempre que no sean corpulentos todos.
Delante también hay dos excelentes asientos y el confort de marcha en las cuatro plazas principales es estupendo, ayudado por la buena insonorización y por un entorno de piel que tenemos con la tapicería. Otro punto fuerte es la iluminación interior, con apliques bajos, altos, e indirectos de los que todas las plazas disfrutan.
Si hay algo que se le pueda achacar al Lancia Voyager es que no se pueda alternar una configuración de tres asientos centrales o jugar con las dos filas de asientos, como ocurre en otros monovolúmenes. La gran diferencia es que aquí los asientos se ocultan bajo el piso y en otros se retiran.
Respecto al Chrysler Voyager se nota que hay una mejora de calidad visual del interior pero no de materiales. No busquemos plásticos blandos porque no hay ni uno. Por dentro el cambio más notable es el del diseño del salpicadero, completamente renovado. Se mantiene la ubicación de la palanca de cambios y la de la pantalla del navegador pero el resto es distinto, teniendo ahora con un aspecto más moderno y un posicionamiento de los mandos más razonable.
Mucho bienestar a bordo
Los pasajeros del Voyager están muy mimados en todos los aspectos y prácticamente solo echarán en falta una azafata que los atienda. Todas las filas de asientos cuentan con climatización independiente y salidas de aireación en el techo, además de tener también luces de lectura en todas las plazas y dos posavasos en cada una de las dos últimas filas de asientos. Un buen detalle es que los asientos son de cuero (de serie) y los delanteros y centrales cuentan con calefacción para esos días fríos en los que el cuero está más gélido que el hielo.
Hay también muchísimos huecos repartidos por el interior y entre ellos destaca el cajón central que hay para las plazas centrales, con un hueco inmenso en el que se pueden dejar infinidad de objetos. También se pueden aprovechar como huecos para dejar cosas los que están habilitados para guardar los asientos centrales bajo el piso.
Potencia, la justa
A nivel mecánico la principal diferencia respecto al Chrysler Voyager es que ahora en Lancia se emplea una caja de seis velocidades en vez de una de cinco, aunque sigue siendo automática con convertidor de par que hace que nos tomemos las cosas con calma. Aunque ofrece la posibilidad de cambiar manualmente su lentitud hace preferible que circulemos en modo automático; en cualquier caso no estamos hablando de un coche con pretensiones deportivas y lo suyo es llevar el Voyager de forma relajada.
En cuanto motores solo está disponible el 2.8 CRD con 163 CV, una potencia que se queda algo justa cuando vamos con más de cinco pasajeros pero que nos permite mantener cruceros relajados en autopista a velocidades legales y tener algo de reserva de potencia. El motor es el mismo que llevaba el Chrysler Voyager, un motor con buen par que responde pronto desde abajo pero que en la zona alta del cuentavueltas se nota que pide oxígeno para seguir ganando régimen de giro.