Texto: Equipo de pruebas 17/05/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Mayo 2012
Rf motor: KIA Tipo: D4HA
Más pequeño de lo que aparenta
Los diseñadores de Kia rompieron con el diseño del anterior Sportage. Se pasó de un diseño con bastante influencia oriental a uno más europeo y moderno con tintes futuristas. La presencia de un frontal bastante amplio y una línea de cintura bastante alta contribuyen a dar al coche un aspecto de ser más grande lo que realmente luego es con el metro en mano.
El frontal hace reconocer al Sportage como uno de los modelos actuales de Kia, distinguido por unos grupos ópticos de tamaño considerable y por una parrilla cromada también de buenas dimensiones. Si lo miramos de lado podemos ver que el ángulo del parabrisas delantero es bastante tendido para mejorar la aerodinámica y que a pesar de haber bastante chapa a la vista no transmite mucha pesadez visual. Debido a que la línea de cintura es alta y a que el coche no es demasiado alto, los diseñadores de Kia han tenido que realizar unos cristales laterales de no demasiada altura que resultan bastante largos a lo horizontal.
Los faros traseros se meten bastante en los laterales del Sportage y casi llegan a "tocar" la tapa del depósito de combustible. En esta parte observamos una característica de diseño que se repite en el frontal, que no es más que una hendidura en la parte central.
Las ópticas en la parte trasera se dividen las funciones entre las principales a media altura y el paragolpes, en cuyo interior tenemos las luces indicadoras de dirección y las luces antiniebla.
Como un turismo
El interior no delata que es un SUV y puede pasar como el de un turismo compacto sin problemas. A pesar de la reducción de altura lo cierto es que el espacio disponible para las cabezas de sus ocupantes es bastante correcto y no tendremos problemas de espacio salvo en la anchura de las plazas traseras, donde tres ocupantes adultos pueden ir un poco agobiados en viajes largos.
Los asientos delanteros recogen bien el cuerpo y cuentan con un diseño de tapicería oscuro que da un toque de modernidad y son el único toque desenfadado en un interior sobrio. El salpicadero tiene un diseño sencillo típico de Kia, con unos materiales que no son de primera calidad pero sí lo suficientemente buenos para que no se vean cutres y no presenten desajustes entre sus piezas. Todos los mandos están a mano del conductor, contando con un volante multifunción en el que podemos controlar bastantes funciones.
En cuanto a huecos en el interior tenemos una guantera refrigerada de tamaño aceptable, un hueco con tapa entre los asientos con una capacidad de 6 litros y unas buenas bolsas en las puertas. Entre la palanca de cambios y la consola central hay dos posavasos mientras que el reposacodos central plegable del asiento trasero tiene otros dos.
El único pero destacable es el tamaño de sus espejos retrovisores exteriores que, si bien proporcionan una visibilidad excelente, a la hora de realizar giros cerrados en ciudad quitan mucha visibilidad y habrá que andar con cierto ojo.
Un motor muy válido
No es el más potente de la gama diesel en el Sportage pero sus 136 CV se han mostrado suficientes para el uso habitual del Sportage. El cambio también es un aliado del motor gracias sus ajustados desarrollos que no penalizan los consumos, lo cual es de agradecer.
Esta bondad de funcionamiento no se hace presagiar al arrancar el motor en frío, pues resulta muy ruidoso y suena como un motor de hace ya unos años. Menos mal que en cuanto coge temperatura la cosa cambia y en ese momento sí nos encontramos ante un motor de esta década.
De su funcionamiento lo que más destaca es lo voluntarioso que siempre está en cuanto pisamos el acelerador, respondiendo rápidamente a nuestras demandas sobre el acelerador y todo ello de forma suave. Los muy buenos bajos que posee, unido a los desarrollos tirando a cortos y de relación más bien cerrada, hacen parecer que bajó el capó hay al menos una decena de caballos más.
Tracción a las ruedas delanteras o a las cuatro
Este Kia Sportage se puede adquirir tanto en versión de dos ruedas motrices como de cuatro. Nuestra unidad de pruebas es la versión de cuatro ruedas motrices que en circunstancias normales funciona como tracción delantera pero el sistema de reparto inteligente de la tracción hace que cuando una rueda de estas ruedas pierde agarre un porcentaje del par se transfiere automáticamente a las ruedas traseras para mantener el avance.
Contamos con la posibilidad de bloquear un reparto de par al 50% entre los dos ejes mediante una tecla en el salpicadero pero esta función se mantiene activa sólo por debajo de 40 km/h. También mediante otra tecla podemos activar el control de descenso de pendientes que viene de serie y con el que en teoría podemos descender pendientes a una velocidad máxima de 8 km/h, y decimos en teoría porque en nuestras pruebas nos hemos encontrado que este sistema no ha actuado hasta alcanzar 15 km/h en pendientes que no eran precisamente muy pronunciadas.