Texto: Eugenio
Pinilla 20/01/2007. Fotografías Rubén D.
Chaves.
Publicado marzo 2007
Carrocería inconfundible
4,74 m de largo, 1,90 de ancho y 1,89 de alto
son medidas de un todoterreno normal, si bien entre los más grandes, entra por
cualquier garaje público y no tiene mayor complicación para maniobrar que
cualquier berlina de su envergadura. Lo bueno es que en esas reformas de tamaños
se conservan los principales aspectos de un coche que está pensado sobre todo
para fuera de la carretera. Como veremos, todo lo que da en este terreno, lo
pierde en el otro, el del asfalto, donde masas, alturas e inercias juegan en
sentido contrario.
Sobre el mismo diseño de agresivas aletas
sobresalientes, parrilla plateada, y cristales muy pequeños, el Hummer se
levanta del suelo mucho en su chasis, dejando una generosa distancia libre a
este suelo, pero luego mantiene la cota de 1,89 de altura con un habitáculo tan
alto por dentro el como cualquier turismo, ello implica una línea de cintura
muy alta y unos cristales pequeños, principal característica de su imagen.
Elogiable como TT
La tracción es controlada electrónicamente,
dispone de control de estabilidad, y en condiciones normales y suaves fuera de
carretera podremos llegar a casi todos los sitios sin tocar ni uno de los
controles que se aplican manualmente sobre la tracción. El primero de ellos es
el grupo corto, que ya implica un bloqueo central más contundente y una
aplicación del control de estabilidad para ello. Con este grupo corto ya
podemos hacer piruetas increíbles, pasar trialeras de quitar el hipo, o subir
pendientes donde el primer límite que encontramos son los neumáticos. Aún
podemos bloquear el eje trasero al 100% por si hay problemas de contacto con el
suelo de alguna de las ruedas, y entonces ya subiremos por las paredes.
Elogiado ya de antemano su capacidad
todoterreno, analizamos el resto del coche con otra mentalidad. Y lo pongo por
este orden por que si uno sale a la carretera, empieza a acelerar, a hacer
adelantamientos, a tomar curvas, se da cuenta de que el coche, sobre todo con
este cambio automático – nos gustaría haber probado el manual – es algo
decepcionante.
Motor justo
El motor de 3 litros y medio rinde 220 CV, y
el coche pesa más de 2600 Kg. con lo que a poco que vaya cargado, cada caballo
de potencia tiene que tirar de 12 ó 13 Kg., lo cual es una relación que se da
en utilitarios de 70 CV. Además ha de poder con grandes fuerzas tanto de
rozamiento como aerodinámicas. El resultado; unas prestaciones pobres para lo
esperado, discretas en términos generales y unos consumos altos, no
desorbitados, pero si altos. Así que llegamos a nuestro punto en el que salimos
del asfalto con una cara un poco expectante de ver la esencia de Hummer más doméstico.
Cuando salimos al camino de tierra, y luego a
nuestro campo de ensayos, a subir repechos, pendientes, trialeras etc... ya se
nos cambia la cara y comprendemos
la verdadera esencia del Hummer.
Las medidas exteriores no se trasladan al
interior
E interior del Hummer H3 no es tan ancho ni
alto como se puede uno pensar, la cota exterior se la llevan los aletines y
dentro sin ser un coche estrecho no es lo ancho que se puede uno imaginar cuando
lo ve desde fuera, pero sin embargo las cotas para piernas en todos los asientos
e incluso el maletero son generosas.
En esta zona para el equipaje podemos colocar
sin abatir ningún asiento más de 800 litros de carga, después podemos abatir
los asientos traseros para casi duplicar el espacio. Unos asientos que por su
robusta construcción implican algo de fuerza, pero que se lo termina cogiendo
el truquillo aunque hay que recortar el reglaje de los asientos delanteros.
Después el suelo queda plano pero con algo de ángulo, con una red (imposible
de colocar en sus ganchos) a modo de separación de la zona baja de carga, ya
que no tiene bandeja como tal de ocultación. El suelo está cubierto por una
especie de alfombrilla que se puede retirar fácilmente para colocar objetos que
puedan manchar o estropearla y así lo colocamos sobre el suelo ya previsto en
un material mas “sufrido” para estas cosas. Hay un hueco para pequeños
objetos pero ocupado por un set de linterna y botiquín.
Acabado bueno, detalles de confort limitados
Un punto fuerte es el material y acabado
interior, y en contrapunto un nivel de detalles de confort escaso, pocos hueco o
luces, en una línea que es un poco austera la verdad para el precio del coche
que hablamos.
El equipamiento esta correcto con alguna
puntualización como es el que no lleva climatizador, si no un sencillo aire
acondicionado a la antigua usanza, y unos airbags laterales que se pagan aparte.
Luego si encontramos un programador de velocidad, o sistema de testeo de presión
de neumáticos, o alarma o unos asientos calefactables y de regulación eléctrica
– pero que no incluye la inclinación del respaldo.
Mejor seguro el manual
Nuestra unidad incorporaba el cambio automático,
cosa que nos hubiera gustado que fuese manual. A saber el que elija este cambio
que es de tan solo 4 marchas y ello nos acarrea unas transiciones algo bruscas
cuando se va a regímenes altos. Cosa por otra parte normal para mantener un
ritmo medianamente alegre. Sin embargo tanto en ciudad como en la práctica del
todoterreno es un cambio ya más adecuado.
El puesto de conductor, al que se entra hacia
arriba, es evidentemente alto. Te sientes el rey del tráfico en la "citty"
y es una posición bastante buena para conducir por trialeras y saber bien los
extremos del coche, con su capó alto y cuadrado. Tenemos en el retrovisor
interior una brújula de 8 sentidos, y un termómetro de temperatura exterior.
Tan manejable como cualquier turismo
Entre los puntos buenos, es sorprendente que
tal mamotreto tenga un radio de giro tan corto, excelente para maniobrar y algo
atípico de los TT. Y entre los malos lo ya comentado de un comportamiento en
carretera poco efectivo, a lo que unimos estas prestaciones y consumos por otra
parte obligados en un coche así. Dispone de un punta de 160 km/h, aunque si
permite un crucero con algo de reserva a 130/140, y una aceleración discreta,
que te permite ponerte a 100 en alrededor de 12 sg. Las recuperaciones si son
algo mejores, pero con el cambio automático es una cifra menos crítica
siempre.
El precio es relativamente alto en cuanto a
potencia y quizás a equipamiento, y el resto se echa en esta exclusividad y
efectividad para el campo.
Resumiendo
La domesticación del Hummer en este H3 nos
deja un coche muy efectivo fuera de carretera, espacioso, con una agresiva
imagen con buen acabado y espacio para carga pero con el contrapunto de un motor
algo justo. A pesar de ser un 3.5 litros, la potencia relativa es escasa y los
consumos están en el limite de dispararse. Y en esta contención es importante
hacer un coche que no lastre demasiado el bolsillo. El comportamiento en
carretera tampoco es para lanzar cohetes, pero todo lo perdonaremos cuando
lleguemos a una espectacular trialera.
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