Texto: Equipo de pruebas 11/05/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Mayo 2012
Rf motor: FORD Tipo: G/JTWD
Con la suavidad por bandera
El motor 1.6 Ecoboost de 160 CV de nuestra prueba dispone del nivel de potencia intermedia (recordemos que se ofrece también en otros modelos de la gama Ford en versiones de 150 y 180 CV). Parece mentira lo que el "downsizing" está consiguiendo en motores gasolina, prestaciones al nivel de motores de más cilindrada y unos consumos cada vez más bajos que se acercan a los diesel. Esta versión de 160 CV nos parece la más equilibrada de las tres y destaca fundamentalmente por un nivel de suavidad exquisito que se asemeja bastante al que proporciona un motor de seis cilindros.
Ante una "mole" como el S-Max no debe asustarnos que el motor cubique "sólo" 1.600 cc. El turbo se encarga de poner las cosas en su lugar y el S-Max responderá a nuestras solicitudes al acelerador con buena disposición y buenos modales (nada de patadas al acelerar) y se muestra también muy elástico.
Tenemos la posibilidad de elegir tres modos de conducción a través de tres botones situados enfrente de la palanca de cambios: "Confort" para una conducción más placentera aún, "Normal" para buscar un equilibrio entre confort y deportividad, y "Sport" para sacar lo mejor del S-Max en las curvas.
Quien valore ante todo el confort de marcha debe tomar en consideración esta mecánica frente a los diesel, pues además su consumo medio no se dispara y es posible mantener un gasto de combustible razonable en un uso normal del coche.
Estética netamente deportiva
Parece mentira que tengamos que hablar de estética deportiva en un monovolumen, vehículos concebidos originalmente para el transporte de personas con niveles de comodidad similares a los de un turismo. La principal seña de identidad desde el nacimiento del S-Max es esa, su estética deportiva e inconfundible. Quien quiera algo más "normal" debe dirigir sus miras al Galaxy.
Con la misma anchura y cinco cm. menos de largo, comparte la misma plataforma que el Galaxy, manteniendo la distancia entre ejes. El Galaxy es un siete plazas natural y en el S-Max las dos de la tercera fila aparecen como opción, pues todo el espacio interior está algo mas justo al ser también diez cm. más bajo.
En nuestras primeras pruebas con el S-Max ya nos gustaron su filosofía y temperamento porque se acercaba mucho a lo que es la conducción de un turismo normal, con un bajo centro de gravedad, apenas más elevado, por lo que podía pasar perfectamente por un familiar de lo más tradicional.
Esos pocos centímetros más alto elevan la línea de asientos y dejan aún una buena cota interior de altura. Esto permite al usuario decidir si explotar el hueco del maletero resultante de ir con la configuración de cinco plazas o renunciar a algo de carga con siete plazas, donde ya la zona de maletero queda más justa. Esta última circunstancia obliga a recurrir a un kit de reparación de neumáticos, careciendo de rueda de repuesto.
La actualización que recibió el S-Max hace algo más de un año se centró en lo típico, retoques estéticos que incluyeron luces diurnas tipo led, una actualización de equipamiento con nuevas opciones, revisión de motores afinando consumos y potencia, y una nueva definición de gama.
Dos asientos opcionales
La tercera fila de asientos se puede decir que es más de compromiso y son plazas destinadas fundamentalmente a niños porque la cota de piernas es pequeña. Por ello estos asientos se ofrecen como opción.
Se abren y se cierran con bastante facilidad desde la parte trasera del coche y con ellos cerrados tenemos un maletero muy bueno que llega a ser de 854 litros de serie.Pero la zona del maletero no está todo lo conseguida que se podía pedir, sobre todo en una segunda generación.
Seguimos con una fila central de asientos en la que no se pueden abatir más que los respaldos, aunque sí permite una regulación de distancia para ajustar las cotas de piernas de las cinco plazas traseras y facilitar el paso a la tercera fila.