Producción Com&Com.
Texto: Equipo de pruebas 17/12/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Diciembre 2012
Rf motor: FORD Tipo: G/JODD
No esconde su carácter
Familiar y deportivo, sí, y además el Focus ST Sportbreak no lo esconde y más en el color rojo de nuestra unidad de pruebas. Salta a la vista enseguida que no es un Focus normal y más cuando lo miramos de frente, con su exclusiva parrilla frontal.
Lo cierto es que estéticamente esta versión ST tiene bastantes elementos diferenciadores respecto al resto de la gama. El frontal está presidido dicha parrilla que tiene unas dimensiones muy generosas, ocupando casi todo el ancho del paragolpes. Los paragolpes delantero y trasero también son específicos de los ST y se cuenta con una doble salida de escape en forma hexagonal que va situada en el centro del paragolpes.
La función aerodinámica no se ha descuidado y por ello el alerón trasero, aparte de su aportación a nivel estético, es resposable de actuar como freno aerodinámico reducido a alta velocidad según los ingenieros de Ford.
Más detalles exclusivos los encontramos en las carcasas de los retrovisores que incoporan intermitentes y en unas pinzas de freno que van pintadas de color rojo. Por si todavía nos queda alguna duda para diferenciar a esta versión de las otras encontramos el logotipo "ST" en la parrilla frontal y en el portón del maletero. Del antiguo Focus ST se heredan las bonitas llantas de 18".
Por dentro continúa la fiesta
El Focus ST no es uno de esos coches que tiene una pinta deportiva por fuera pero que al abrir la puerta son prácticamente iguales a sus hermanos "normales". De hecho nada más abrir la puerta del conductor ya sabemos que este Focus no es como el resto, pues nos reciben nada más y nada menos que unos estupendos asientos Recaro que son de lo mejorcito que podemos llevar en un coche de serie.
Por su aspecto ya dan la impresión de "abrazarnos" cuando nos sentamos en ellos y a fe que lo hacen. No hay zona del cuerpo que no quede bien sujeta y la sensación que tenemos es la misma que cuando nos sentamos en el backet de un coche de competición. Ni que decir que el agarre lateral en curvas es excelente pero quizá lo que más pueda llegar a sorprender es lo bien que recogen a la altura de las piernas.
Los asientos de nuestro acabado ST Plus vienen tapizados en cuero negro y el rojo del color de la carrocería, además de contar con la inscripción "ST" debajo de los reposacabezas. Quizá las personas más corpulentas puedan llegar a tener problemas para acomodarse en el asiento, pues servidor, de complexión normal, ya se notaba bastante "abrazado".
Si antes de entrar bajamos la vista encontraremos unas taloneras también con la inscripción "ST" y unos pedales de aluminio. El volante cuenta con el mismo diseño que en el resto de la gama pero cuenta en su parte inferior con un embellecedor metálico. Bravo por Ford por no haber caido en la moda de achatar la parte inferior del volante.
La instrumentación es específica del Focus ST, con una iconografía, colores y escala del velocímetro exclusivas. También, y como no podía ser menos, en la parte central superior del salpicadero contamos con los ya tradicionales manómetro de turbo, aceite y medidor de la temperatura de este último que ya pusiera de moda su antepasado, el Ford Escort Cosworth.
El motor, su punto fuerte
Es impresionante lo bien que anda este dos litros turbo con 250 CV. Respecto al antiguo Focus ST se ha perdido un cilindro y medio litro de cilindrada pero el cambio ha sido para bien al ganar 25 CV, con unos consumos también mejores. Dispone de sistema Overboost para aumentar el par máximo entre 2.500 y 5.500 rpm durante 20 segundos cuando aceleramos a tope.
Al volante da la impresión de tener bastantes más de esos 250 CV de la ficha técnica porque al acelerar responde enseguida y desde poco más de 1.900 rpm ya tenemos lo mejor del motor. Su tiempo de respuesta al acelerador es muy rápido y en cualquier régimen y marcha se muestra muy voluntarioso para subir de vueltas.
En lo que se ha perdido es en el sonido racing que emanaban el motor y el escape, aunque el primero algo menos. El antiguo cinco cilindros sonaba a gloria bendita cuando le pedíamos guerra, fruto de esta arquitectura del motor. El actual suena como cualquier otro cuatro cilindros al acelerar suavemente pero si aceleramos fuerte se filtra en el habitáculo un sonido de admisión muy deportivo.
Este sonido es "provocado", pues el Focus ST cuenta con un sistema que se denomina "Sound Symposer", que no es más que un tubo que conecta con la zona del colector de admisión y que cuenta con una válvula que se cierra o se abre. Cuando aceleramos fuerte esta válvula se abre y transmite el sonido del colector al interior.
Cuenta con una caja de cambios manual de seis velocidades que casa por desarrollos pero que a nivel de tacto podría tener un feeling más deportivo, sin llegar a ser malo el tacto que tiene.
A por curvas
La primera vez que atacas una curva a ritmo fuerte con el ST te llevas una pequeña decepción porque notas que el coche se inclina más de lo que esperas, y eso que se nota que lleva una suspensión firme pero no dura. Esa decepción se disipa en cuanto miras el velocímetro y te das cuenta de la velocidad a la que se ha pasado esa curva.
Cuando llegas a la segunda ya cuentas con la inclinación de la carrocería y empieza a aparecer una sonrisa en tu cara al comprobar que pese a esa inercia el coche no pierde ni un milímetro la trayectoria que le indiques con el volante. A partir de la tercera curva y siguientes no te podrás quitar la sonrisa de la cara porque enlazarás una curva con otra sitiéndote todo un piloto de rallyes gracias a que el paso por curva es muy elevado y estable, transmitiendo además una gran seguridad a su conductor.
Los frenos están a altura por mordiente, tacto y resistencia aunque la dirección tiene sus luces y su sombra. Entre las luces tenemos una dirección ultra directa que necesita menos de dos vueltas entre topes y una desmultiplicación excelente. En el primer cuarto de giro la respuesta a las ruedas es la misma que en cualquier otro coche pero a partir de ahí se vuelve super directa y el coche gira más de lo que estamos acostumbrados. Lejos de parecer algo que se nos va a hacer raro lo cierto es que lo notamos como algo natural desde el primer momento.
La sombra viene dada por los tirones que notamos en el volante cuando aceleramos fuerte en marchas cortas, hecho que nos obligará a sujetar el volante con firmeza. Según Ford el coche equipa el sistema "Torque Vectoring", que lo que hace es mitigar este efecto típico de los tracción delantera con potencia alta pero a la hora de la verdad no notamos su funcionamiento. Se puede paliar un poco este efecto si seleccionamos la posición deportiva del ESP pero lo suyo es que no se notase en cualquier circunstancia.