Texto: Equipo de pruebas 25/01/2013. Fotografías Com&Com.
Publicado Enero 2013
Rf motor: FORD Tipo: T3JB
Deportivo y compacto
El B-Max enseguida se reconoce como un Ford y si nos detenemos un poco a observarlo podremos darnos cuenta de que la línea, y especialmente el frontal, recuerdan al S-Max. Su parte delantera probablemente sea la de diseño más atractivo y deportivo que tiene la actual gama Ford y en ella no falta la gran "boca" que se está convirtiendo en la seña de identidad de los últimos modelos de la marca del óvalo. En el caso de nuestro B-Max no luce un tamaño tan grande como en el restyling del Fiesta o el incipiente Mondeo y eso proporciona una estética más bonita y equilibrada que no hace dirigir enseguida la vista a esta gran parrilla. Los faros rasgados recuerdan a los del Fiesta y el paragolpes delantero luce un diseño deportivo.
En el lateral podemos observar una línea que recuerda al S-Max de la mitad de la carrocería hacia delante, mientras que desde la mitad hacia atrás se parece más al C-Max. La línea de cintura es ascendente y los voladizos tienen prácticamente el mismo tamaño, dando así una imagen lateral bastante homogénea. Con las llantas de 17" de nuestra unidad de pruebas se refuerza su imagen deportiva.
Detrás encontramos un portón bastante grande pero con la ventaja de doble de proporcionar un plano de carga bastante bajo y equipar un cristal que permite una visión desde dentro algo mayor que la de su hermano C-Max.
Solución definitiva
Quien haya subido a las plazas traseras de un monovolumen con puertas corredizas se habrá dado cuenta de que estas proporcionan un acceso mucho más cómodo que un vehículo con puertas tradicionales, además de la ventaja que ofrecen cuando el espacio que tenemos con un vehículo estacionado a nuestro lado, por ejemplo, es bastante reducido.
Si a esto le añadimos que no tenemos un pilar B entre las plazas delanteras y traseras, la operación de entrar en el coche es lo más cómodo e instintivo que se puede ofrecer. Esta solución técnica no es nueva pues, sin irnos muy lejos en el tiempo, la venía ofreciendo el Mazda RX-8 aunque en este teníamos unas puertas traseras que se abrían en sentido contrario y al acceder atrás teníamos que lidiar con los cinturones de seguridad de los pasajeros delanteros.
Sirva como dato significativo que el hueco que tenemos para entrar al B-Max cuando todas las puertas de un mismo lado están abiertas es de un metro y medio...casi nada. Y no sólo el acceso al B-Max se ve beneficiado de esto, sino que otras operaciones, como poner una silla para bebés, se realiza con suma comodidad.
Dentro tenemos espacio para cinco ocupantes aunque atrás lo suyo es que vayan cuatro personas por anchura, que no por altura o espacio para piernas, pues ambas cotas son buenas para el tamaño del B-Max.
El salpicadero recuerda bastante al del C-Max pero en lo que se refiere al puesto de conducción los parecidos son con el Fiesta, contando además con un cuadro de instrumentos prácticamente calcado al del utilitario.
Motor justo
El motor 1.6 TDCi de 95 CV que tiene nuestro B-Max es a día de hoy la opción más potente que podemos adquirir en diesel. Aunque el motor responde enseguida a nuestras solicitudes sobre el acelerador a la hora de la verdad se queda algo justo de potencia y sólo con el conductor a bordo ya se nota que le falta chispa para subir de vueltas.
El propulsor empieza a ofrecer su mejor cara desde 1.800 rpm, cifra en la que ofrece todo su empuje y mantiene prácticamente la misma fuerza hasta 4.300 rpm, momento en el que conviene subir una marcha más. Cuenta con una caja de cambios de cinco marchas que afortunadamente cuenta con unos desarrollos que están bien escalonados.
Si somos de conducir tranquilos se puede pasar un poco por alto la apatía para subir de vueltas pero en cuanto cargamos el coche el motor saca a relucir enseguida sus carencias.
Delante mejor que detrás
En el B-Max se trata mejor a los pasajeros de la parte delantera que a los de la parte trasera. Delante las cotas son muy correctas para sus pasajeros y a nivel de huecos no hay queja mientras que detrás se echan en falta algunas soluciones prácticas típicas de los monovolúmenes, como bandejas en los respaldos de los asientos delanteros o más huecos para dejar cosas.
Detrás contamos con reposa-codos pero sin posibilidad de dejar ningún hueco en él o de contar con posavasos, pues estos están en la parte baja de los asientos laterales y en la consola que hay entre los asientos delanteros.
Tampoco hay huecos en las puertas traseras para dejar las cosas y para guardar algo tendremos que recurrir a las redes que hay en el respaldo de los asientos delanteros. Curiosamente en estos últimos contamos con unos ganchos para colgar bolsas o algún traje.
El B-Max está homologado para cinco pasajeros pero el tamaño de la carrocería impone sus limitaciones en el interior, provocando que tres pasajeros atrás vayan justos por anchura aunque en el resto de las cotas no haya problema.