Texto: Equipo de Pruebas 14/04/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Abril 2012
Rf motor: FIAT Tipo: 169A40000
Las formas al poder
Estéticamente se puede identificar al actual Panda con el de la anterior generación sin usar mucho la imaginación aunque está claro que los cambios son evidentes. La línea lateral del coche permanece casi invariada pero el frontal y la parte trasera son nuevos por completo.
La parte delantera ahora es mucho más agraciada estéticamente gracias sus nuevos faros y a una parrilla inferior de generosas dimensiones, así como la incorporación por primera vez en un Panda de luces diurnas. Detrás cambia pero menos, siendo su principal novedad el uso de unos grupos ópticos que ahora han reducido su tamaño a la mitad y no se meten en la chapa del portón trasero.
Pero si nos fijamos detenidamente en el Panda (tanto por dentro como por fuera, pero especialmente dentro) veremos un detalle de diseño que se repite varias veces: se usa un rectángulo con las esquinas redondeadas en distintas dimensiones.
Se emplean nuevos diseños en las llantas de aleación ligera que le sientan muy bien al coche y le otorgan al Panda un toque deportivo.
Ambiente desenfadado
Nada más abrir las puertas delanteras del Panda nos encontramos con un habitáculo que luce un aspecto desenfadado, en lo que mucho tiene que ver las dos tonalidades distintas que encontramos en asientos, salpicadero y paneles de puertas. Se mitiga bastante la sensación "plasticosa" del antiguo Panda y se nota una pequeña mejora de calidad a pesar de que todos los materiales empleados en el interior son duros.
Aquí dentro es donde más se nota el cambio de diseño y de ubicación de algunos elementos y mandos, ahora en una posición más racional. Donde notamos un paso atrás, si se puede decir así, es el diseño del volante, que ahora pasa a tener una forma ovalada y visualmente queda raro. Eso sí, si nos dan a elegir entre un volante achatado por su parte inferior o el del Panda nos quedamos con el del pequeño italiano.
El espacio interior sigue siendo destacable para su tamaño, especialmente en lo que se refiere en altura. Delante no tenemos ninguna pega y el copiloto ahora no parece tan pegado al asiento del piloto como en el anterior Panda mientras que atrás, a pesar de estar homologado para cinco plazas, es mejor que sólo vayan dos adultos. El espacio para las piernas en esta zona es bastante crítico y un adulto de talla media tendrá que recoger las piernas un poco más de lo normal y puede sentir un poco de agobio debido también a las dimensiones de los asientos delanteros.
El cuadro de instrumentos presenta ahora un diseño más vistoso y se ha reorganizado la información, contando además ahora, por fin, con una tipografía más moderna para la pantalla del ordenador. Lo que no cambia, por desgracia, son las palancas que salen de la caña de la dirección (que siguen siendo bastante toscas) y una climatización que es bastante ruidosa en su funcionamiento.
A nivel de huecos la verdad es que este Panda es muy funcional, pues aparte del gran espacio que hay encima de la guantera tenemos hasta un total de 14 huecos de distinto tamaño para vaciar nuestros bolsillos o llevar pequeños objetos.
Como detalle curioso, y prueba de ese ambiente desenfadado, podemos observar las letras palabra "Panda" en relieve en la parte superior de los paneles de las puertas y del salpicadero. También es "desenfadado" el diseño del freno de mano, no muy ergonómico y con un diseño que recuerda a un track-ball para un ordenador.
Un motor para la ciudad
De los tres propulsores disponibles actualmente nuestro 1.2 Fire de 69 CV es la opción menos potente y por su respuesta está indicado para usarlo fundamentalmente por ciudad. Es un motor que poco tiene que hacer prestacionalmente con el Twinair de 85 CV.
Su respuesta es totalmente lineal y carente por completo de carácter. No conviene llevarlo mucho más allá de las 5.500 rpm porque no aporta más respuesta. Tenemos que tener mucha paciencia a la hora de acelerar y nos tocará realizar los adelantamientos fuera de carretera en 3ª, fruto de unos desarrollos que benefician los consumos.
Sin embargo, moviéndonos por ciudad todo lo anteriormente mencionado se vuelve a nuestro favor; se rueda con mucha suavidad y no es necesario subir el motor de 3.000 rpm para circular tranquilamente y tener suficiente respuesta en las tres primeras marchas.
Para contribuir al confort hay que destacar que es un motor que resulta muy silencioso en marcha aunque por el escape sale un sonido metálico con cierto regustillo racing.