Texto: Equipo de pruebas 29/05/2012. Fotografías Com&Com.
Publicado Mayo 2012
Rf motor: CITROEN Tipo: D-RHH
Camuflado de coupé
Todas las personas que han visto el coche, junto a nuestra opinión, coinciden al ver el DS4: es mucho más bonito que el C4 y su diseño tendría que haber sido el de este último.
Sus líneas son muy redondeadas y musculosas, llamando mucho la atención a cualquier viandante y más si el DS4 que llevamos viste el color de nuestra unidad de pruebas. El frontal lo comparte con el C4 pero cambia el paragolpes, de diseño más deportivo en el DS4. La parrilla frontal tiene dos tomas de aire (una encima de la otra) y ambas están unidas por un ancho listón negro que nos recuerda bastante al "maquillaje" que sufren los Ibiza Bocanegra en su frontal, aunque en el caso del DS4 no abarca a los pilotos.
Visto de perfil es donde observamos más claramente las diferencias de diseño con el C4. Desde donde acaba el parabrisas delantero hacia atrás vemos una línea descendente mucho más suave que en el C4 pero el principal elemento diferenciador está en las puertas traseras.
Estas van camufladas al estilo del Seat León, con el tirador situado fuera de las puertas junto al pilar C. Además, al estar tintadas las lunas traseras los tiradores se camuflan bastante bien por ir pintados de negro. Dichas puertas además son más pequeñas de lo normal, lo que provoca que se acrecente aún más su aspecto de coupé.
Pero este ejercicio de estilo tiene sus peajes que se pagan en incomodidades para los pasajeros de la parte trasera. Para empezar hay que tener cuidado al abrir las puertas traseras por el pico que forma la puerta en la parte del tirador y que nos obligará a apartarnos para abrirla en un movimiento antinatural a la hora de subirse a un coche, por no hablar del cuidado que debemos tener si no queremos golpearnos con el dichoso pico.
El otro peaje que tenemos que pagar tiene que ver con el tamaño de las puertas. Al ser más pequeñas de lo normal lógicamente se ve reducido el hueco para acceder a la parte trasera, bastante más pequeño que en el C4, siendo algo que incomodará a las personas de tallas más altas.
El último peaje de las puertas traseras tiene que ver con el diseño de las mismas. Al tener esa caprichosa forma los ingenieros de Citroen han sido incapaces de montar una ventanilla que circule por el interior de la puerta, por lo que las ventanillas traseras son fijas y no tenemos ninguna posibilidad de abrirlas, ni siquiera en compás. Claustrofóbicos abstenerse de montar en estas plazas.
Continuando con el diseño del DS4 llegamos a la parte trasera, sin duda el mayor y mejor cambio de diseño respecto al C4. El spoiler que culmina el portón trasero es de dimensiones similares al del C4 y encaja muy bien en el espíritu deportivo del coche. Los faros son más pequeños que en el C4 y, como en aquel, se dividen entre el portón y las aletas traseras.
El paragolpes trasero es de diseño más deportivo y cuenta con un cromado en la parte inferior que simula una doble salida de escape, salidas que, por cierto, no están a la vista. En el DS4 la matrícula se reposiciona respecto al C4 y se sitúa de forma más acertada en el portón en vez de en el paragolpes como el C4, más expuesta así a sufrir toques en los aparcamientos.
Sensación de calidad
Aunque aparentemente el habitáculo del C4 y del DS4 parecen el mismo lo cierto es que los materiales empleados, de mayor calidad en este último, marcan la diferencia y tienen más calidad a nivel visual y de tacto.
El diseño del salpicadero es el mismo que en el C4 pero los asientos delanteros son de corte marcadamente deportivo, deportividad que también encontramos en el pedalier de aluminio y en un volante achatado que nunca nos termina de convencer, más aún cuando además en el rebaje encontramos un embellecedor de plástico que al tacto resulta pobre.
Con el metro en la mano observamos que delante las medidas son prácticamente calcadas a las del C4, siendo la mayor diferencia en altura (2 cm. más para el DS4). Detrás se nota que es donde hay merma de espacio en lo que se refiere a hueco para piernas, pues este se ve reducido en nada menos que 6 cm., circunstancia que se puede observar a simple vista. También en altura se pierden unos pocos centímetros, tres exactamente, respecto al C4.
Uno de los HDi con más carácter
Nos hemos llevado una buena sorpresa al probar el motor HDi de 163 CV en el DS4. Todos sabemos que los motores HDi son motores en los que prima la suavidad por encima del carácter y en este DS4 hemos encontrado esa garra que tanto gusta los amantes de las sensaciones deportivas.
Esta versión de 163 CV es muy silenciosa pero hemos notado algo menos de suavidad que en otros motores HDi. Se estira bastante bien hasta el corte y responde muy bien desde regímenes bajos, especialmente a partir de 1.500 rpm. Lo que más nos ha gustado es que en la zona buena del motor (hasta 3.000 rpm) responde con un tirón más propio de los mejores motores TDI del grupo VAG que de un HDi, siempre más lineales y tranquilos. Además, para acrecentar su predisposición a subir de vueltas, también responde bastante pronto en cuanto pisamos el acelerador.
Ni chicha ni limoná
Habida cuenta del cambio a nivel dinámico que hay del C3 al DS3 nos esperábamos algo similar en este DS4 respecto al C4 y la verdad es que lo hay, pero no tanto como podríamos sopesar a priori. La verdad es que mejorar la suspensión del C4 no era cosa difícil y en el DS4 encontramos una suspensión más dura que en el C4 pero a nivel dinámico no es para tirar cohetes.
Se podría decir que la suspensión del DS4 es la que deberían llevar los C4 y para este DS4, con una orientación más deportiva, haber echado un poco más de leña al fuego y montar una suspensión del gusto de los amantes de lo racing. De este modo el DS4 muestra un comportamiento bastante neutro y equilibrado entre confort y deportividad, pasando por las curvas de forma decente y precisa aunque no como un Seat León, por poner un ejemplo, pero en ningún momento nos pondrá los pelos de punta por su estabilidad o por la velocidad de paso por curva.
Uno de los grandes "peros" que tenemos a la hora de ir bastante deprisa es que en los cambios de apoyo a la hora de encarar las curvas es que la suspensión va en nuestra contra porque no es capaz de contener efectivamente los movimientos de la carrocería.