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    Citroen C5 2.2 HDi CAS Exclusive (Descatalogado): Equipado hasta los dientes

    18 de diciembre de 2006
    Hasta hace poco el C5 era el modelo más grande de Citroën –hasta la llegada esperada del C6 – y los “citroenianos” tenían que espera o conformarse con él. Así que a pesar de su situación en una gama relativamente alta del mercado, se beneficia de una buena gama que disfruta de numerosas mecánicas. Con 7 motorizaciones diferentes, nuestro HDi tiene un motor exclusivo para su caja de cambios automática.

    Texto: Eugenio Pinilla 18/12/2006. Fotografías Rubén D. Chaves. Publicado enero 2007

     

    Motor exclusivo y acabado también, para más rimbombancia llamado “Exclusive” y ya que vaya por delante, equipado hasta los dientes. Así que decidir por un cambio automático y un motor diesel significa aceptar este alto equipamiento y con ello el precio que pone un coste de la potencia  superior al de muchos deportivos.

    El confort como mejor argumento

    El caso es que el C5 es un coche personal donde los haya. Ya sabemos la costumbre de Citroën por las innovaciones técnicas – que no siempre cuajan – pero que sin embargo personaliza mucho sus coches. En este caso nada de módulos satélites para mandos, nada de instrumentación digital, nada de frenos extraños que no se hunden... etc. En este caso se mantiene totalmente vigente la suspensión hidroneumática, de nivel regulable y poco más que lo veremos en su alto equipamiento, pero el usuario del C5 se sentirá en un coche normal, con unas pretensiones bien claras que son las del confort, incluso e conducción.

    Motor exclusivo pero no el mejor de la gama

    La mecánica se basa en un motor con un poco más de cilindrada que siempre viene bien para los cambios automatizados. En nuestro caso un cambio denominado “CAS” que permite un uso secuencial, con 5 marchas, o un uso totalmente automático. El motor de 2.2 litros incluso rinde algún caballo menos, exactamente 136 a 4000 rpm, que el HDi de 2 litros que es más moderno. Hasta el par máximo es ligeramente menor con 314 Nm al mismo régimen de 2000 rpm. Un motor más holgado en potencia específica que ni siquiera con ese cambio nos dará mejores consumos.

    En lo que si incide es en un confort de conducción que se suma a la mejor característica del coche que es exactamente eso, una berlina – con 5 puertas – que persigue la comodidad de los ocupantes también.

    En este confort tiene bastante que ver la suspensión, un espacio interior muy bueno y unos asientos bastante cómodos.

    Interior amplio y con detalles

    Aunque el acabado no es para emocionarse, es correcto, no es lujoso, y en su diseño de líneas curvas se pierde algún aspecto de funcionalidad, como por ejemplo el que la pantalla del navegador está parcialmente tapada  por la visera del cuadro. Y esto es tan así , que para ver la temperatura que aparece en una de sus esquinas hemos de mover la cabeza sensiblemente sin valer un reojo.

    El habitáculo está lleno de huecos y detalles de confort correctos sin lujos. Tanto plazas delanteras como traseras, con buen espacio en estas, incluso para 3. Un reposacodos hace más placentero los viajes para dos solamente, en él están dos reposa-vasos.

    Puertas: 4 por fuera, 5 por dentro

    La carrocería desde fuera hace pensar que se trata de una berlina de 4 puertas y tres volúmenes. Pero es un 5 puertas lo cual le abre unas buenas posibilidades de carga. El maletero ya de por si es bastante grandecito, tiene una red para sujetar carga menuda, además de cinchas y podemos abatirlo logrando un suelo bastante plano y un espacio total de casi 1300 litros. Lo malo es que si no tenemos donde dejar la enorme bandeja de ocultación hay que meterla entre la carga.

    Buen tragamillas

    Dinámicamente el C5 es un coche en el que puedes hacer muchos kilómetros sin que lo notes. Está bien insonorizado, algo que permite filtrar bastante de su ruidoso motor sobre todo en frío, tiene espacio y buenos asientos y una amortiguación suave en los caches y que no se tumba en los apoyos. Eso permite un comportamiento estupendo sin maltratar los riñones del personal. Lo mejor evidentemente de siempre de Citroën y que así se mantiene en su berlina ahora ya media desde que el C6 está en los concesionarios.

    La amortiguación regulable permite franquear zonas agrestes, y a pesar de ser un dos ruedas motrices puede ser la envidia de mas de un todo terreno por la distancia al suelo que queda con su suspensión arriba del todo. Eso si, no podemos pasar de 20 km/h pero es válida para algún apuro. También podemos bajarla, pero no para andar pues se vuelve a subir.

    El cambio automático, pero con 6 marchas que podemos usar secuencialmente, es como casi todos. Gobernado por la electrónica, corrige excesos, se auto reduce y no te permite reducciones fuertes, con lo que la conducción deportiva está mermada. Pero no es su filosofía, o sea que el potencial usuario valorará más el confort u la seguridad de este cambio que el perder algunas décimas de segundo en cada curva.

    El rendimiento mecánico está perjudicado por cambio y motor

    Por otra parte, con este tipo de cambio vamos a tener unos consumos algo superiores. También lo es por el motor 2.2. El caso es que sin ser consumos altos, si mantienen una media un poco menos buena. Aunque la “horquilla” de consumos no se abre mucho, ni en ciudad ni en carretera. El consumo medio de nuestro coche fue de unos 8 litros cada 100 km, un litro menos en carretera con suaves cruceros, un litro más en ciudad con buen tráfico. Para los que no se conformen con cruceros demasiado tranquilos se puede aumentar el ritmo hasta el límite de “puntos” en España logrando 7,5 l/100km de media en autovías y cruceros de 150 km/h.

    Prestacionalmente nos ocurre tres cuartos de lo mismo. Perdemos algo de brillantez con este cambio, y algo también de punta sobre el HDi de dos litros manual. Pero tampoco es una cifra que nos pueda echar a tras para su compra.

    Lagunas ergonómicas

    Cómodo de conducir por su cambio, pero con algunas cuestiones ergonómicas a mejorar. Primero, para los que pongan navegador GPS, la pantalla queda en el centro del salpicadero y hundida en su compartimento siempre en refugio de la claridad, no se permite ver bien todos sus datos, por ejemplo. Después como buen francés, el velocímetro esta escalado en impares y hasta 250, cuando nuestro coche apenas rebasa los 200, y el cuentavueltas no tiene zona roja, algo menos grave al ser automático, pero no deja de ser inapropiado por que para eso está.

    Gran equipamiento

    Ya hemos hablado algo del cuantioso equipamiento, otra de las bazas fuertes de este coche. Equipado con todo lo que podemos pedir en su categoría, climatizador doble incluido, un equipo de sonido con cargador de 6 CD’s y control de estabilidad, añade a la lista todo tipo de airbags, control de mantenimiento del carril, faros direccionales, programador con limitador de velocidad, automatismo de limpias y faros, con faros de xenón y reglaje automático con lava faros, espejos con abatimiento eléctrico y calefactables y alarma volumétrica. Una completa lista.

    Comentario aparte merece el sistema de aviso involuntario de carril, en la primera toma de contacto cuando el asiento nos vibró no sabíamos que podía ser hasta que nos dimos cuenta. El asiento produce una vibración a la altura de sana sea la parte y en el lado de la raya que pisamos. Funciona perfectamente, sabiendo si atravesamos un carril de derecha a izquierda  o al revés siempre que lo hagamos sin poner el intermitente. Éste sistema así entendido es eficaz, pero tiene como siempre algún inconveniente. En una conducción normal no debemos de dejar de poner nunca el intermitente, está claro, pero como somos humanos, no debemos dejar nunca de hacerlo o el sistema estará permanentemente recordándonoslo. Así que podemos caer en la tentación de anularlo. Así que como un jardín sin flores si tenemos una incidencia, el sistema no estará presente y es para lo que está, para las incidencias.

    Resumiendo

    El C5 diesel y automático es una berlina de 5 puertas con un enfoque muy confortable, que se extiende en la conducción. Las posibilidades de carga aumentan también su practicidad. Disfrutamos de una suspensión elogiable, y de un equipamiento de lujo. Perdemos algo de rendimiento en el motor respecto al manual, pero ganamos mucho en confort y seguridad. El precio de la potencia es muy caro, pero el coche es grande, cómodo y equipado, en eso se va el presupuesto más que en caballos.

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