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    BMW X5 M: Raza aparte

    29 de enero de 2010
    Son muchas las razones que hay para no comprarse un coche así, pero si el bolsillo de uno se lo permite, y no se quiere renunciar a nada, a base de poner combustible sobre el X5 M se puede experimentar cualquier tipo de conducción sobre cualquier superficie. Llegando a tener las prestaciones de coches de la mitad de peso con un comportamiento muy deportivo.

    Texto: Eugenio Pinilla 29/01/2010. Fotografías Com & Com. Publicado enero 2010

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    Rf motor: BMW Tipo: G/563B44A

    BMW X5 M prueba Estamos ante un coche de 2.305 Kg, es decir un todoterreno en toda regla que ya en su planteamiento inicial renuncia a mejores ángulos TT a cambio de una mejor estética.

    Pero mover 2305 Kg no es fácil con sencillos motores de buenos consumos. A pesar de ello en la gama del X5 hay una versión de gasoil con 286 CV una estimable cifra de par y un precio base qué es la mitad de nuestro M. Y que sería la versión más recomendable para el tipo de coche, incluso para quien quiere excelentes prestaciones.

    Qué sentido tiene vestir un TT así de deportivo y ponerle un motor de 555 CV con un precio que supera el de los mejores deportivos "pata negra". Sencillamente es una cuestión de imagen de marca. Porsche, Mercedes, Audi, BMW tienen su carrera particular en la que nadie quiere quedarse atrás, y se permiten versiones que son más de revista y salones que de uso diario.

    ¡Pero amigo!, como hay gente "pa tó" hay quien se lo compre. Para ellos va este trabajo, desembolsar más de 120.000 euros es algo a meditar siempre y si logramos aclarar algo las ideas de alguien, objetivo cumplido.

    Qué es realmente lo que encuentras en un coche así.

    Desde luego lo que mas impresiona es una relación peso/potencia de 4,2 CV/l. que es la relación que tiene un deportivo de 1.500 Kg y 360 CV. Pero las grandes diferencias son su chasis alto, su tracción total y un calzado enorme para sujetar todo ello.

    Al meterte en las primeras curvas, ya nos pasa algo parecido a cuando conducíamos el X5 4.8is que ya llevaba el kit "M" de suspensión, y es que necesitas unas cuantas curvas para tirar verdaderamente el coche a los vértices con confianza. Una vez que todo aquello ves que se sujeta, y sobre todo tracciona inmediatamente, vas cogiendo confianza hasta lograr ritmos de quitar el hipo.

    BMW X5 M prueba Los 555 CV no están para todos los conductores, si se trata de adelantar, o de tomar un carril de aceleración en autopista, pues bueno, pero sacarle todo el partido en curvas a este coche es algo que por mucho que tengamos tracción total y todo el abecedario de controles electrónicos, es para manos expertas.

    Todo un M

    BMW X5 M prueba No por su talla el puesto de conducción olvida su carácter como máximo exponente "M" de su gama. Así, rodeado de un altísimo equipamiento, el conductor tiene un volante mullido, y de ancho aro, quizá demasiado, con la típica instrumentación de estas versiones en las que el cuentavueltas tiene las marcas amarilla y roja activas, y en función de la temperatura del motor te marca un régimen exacto para no zurrarle antes de tiempo.

    La sorpresa más agradable son las nuevas levas tras el volante, al estilo más práctico, la izquierda BMW X5 M prueba para reducir y la derecha para subir. Esperemos ver este tipo de levas ya en todos los BMW.

    Tapicería en piel, por supuesto, asientos eléctricos y banqueta extensible, un pedalier de aluminio, con un reposo del pié izquierdo excelente. Hasta aquí las diferencias con el resto por dentro.

    Por fuera las defensas, con las extra-tomas de aire para los intercoolers, y radiadores le delatan, así como su generoso calzado y sus aletines más pronunciados. Por atrás, también hay defensas con canalizaciones de aire diferentes y 4 salidas de escape más el discreto spoiler superior.

    Mecánica y electrónica menos a la vista

    Por dentro un motor de 555 CV a 6.000 vueltas, que va turboalimentado y por eso el régimen no es como en otros M, donde se puede llevar muy por encima de ese régimen. Esa bondad de los turbos, con dos bancadas de 4 cilindros en su arquitectura V8, y una cilindrada de 4.4 litros es lo que le lleva a tener un par máximo de 680 Nm a 1.500 vueltas y lo más impresionante que se mantiene hasta más de 5.600 rpm.

    Algo que echas en falta es una suspensión regulable. Pero todo se sucede de forma automática, los sistemas: xDrive, DSC, Dynamic Performance Control, Servotronic y Adaptive Drive, trabajan a la sombra para optimizar el comportamiento en cualquier superficie y conducción.

    Sus tarajes son directamente duros, pensados para un temperamento muy deportivo. Y aunque podemos programar la gestión de respuesta del motor, la dureza de la dirección y la respuesta del control de estabilidad, según nuestro gusto y conducción, la amortiguación es siempre la misma en dureza.

    Tenemos el botón "M" en el que metemos nuestras preferencias y al pulsarlo todo ese menú de opciones preconfigurado se carga para en un segundo tener el coche a nuestro gusto, o en una segunda opción de uso.

    Otro capitulo potenciado son los frenos, con impresionantes discos delante de casi 400 mm de diámetro para garantizar para esta mole como un ligero deportivo.

    Potencia siempre disponible, mucha y fácil.

    Con este X5M no se pueden dar acelerones alegremente sin saber de su poder de respuesta y aceleración. Si te piensas que estás en un pesado todoterreno y que hay que coger carrerilla para adelantar, nada de eso, procura primero enfilar la dirección hacia la izquierda y después acelerar, y no esperar a tomar ni un metro para coger velocidad por que te llevas puesto al de delante.

    Es decir no esperas que acelere lo que acelera y siempre hay que andar dosificando si no quieres ver más luces de la cuenta en el cuadro.

    Toda esa potencia se nos viene en contra a la hora de salir del asfalto. Y es que este "M" aumenta su porcentaje de filosofía como coche de carretera. Es más bajo, tiene demasiada rueda y los controles de tracción, están menos orientados a andar por el campo.

    No por ello no es válido para la práctica of-road, sigue siendo un todoterreno pero algo más limitado, solamente.

    Sedán de lujo

    BMW X5 M prueba No por ser ultra-deportivo olvida el equipamiento. Lo lleva en el precio, es el X5 más equipado, con navegador, piel, techo, xenon, asistentes, controles, audio, y automatismos para el conductor a niveles máximos, reduciendo bastante las opciones de equipamiento, que se quedan más bien en cuestiones de personalización.

    Mantiene el espacio de todo X5, sólo para 5 plazas, con una zona de carga bastante buena, pero en general los ocupantes están mejor servidos. Como en la mejor berlina.

    El gran pero es el consumo

    Ya lo comenté nada más empezar, este deportivo de 2.300 kilos es un depredador de octanos. Hay que dar de beber al hermanito, y cuando abre la boca no tiene fondo.

    Lo malo es que la autonomía no es mucha. El promedio real, que no el oficial claro, está entre 15 y 20 litros. Se mejora en carretera y se dispara en las curvas.

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