Texto: Equipo de pruebas 06/04/2011. Fotografías Com & Com. Publicado abril 2011

Rf motor: AUDI. Tipo:(G) CJT
En esta ocasión pasa por nuestras manos la versión 3.0 TFSI de 272 CV para ver si un Q7 de gasolina tiene unos consumos abordables y si merece la pena frente a los TDI.
Diseño gastado
Es cierto que hace cosa de un año la gama Q7 recibió una pequeña actualización estética que afectó principalmente a los grupos ópticos pero su línea ya resulta sosa y un poco anticuada. Sólo hay que ver a sus "primos" VW Touareg y Porsche Cayenne para darse cuenta que el Q7 está ya "fuera de juego", aunque no hay que negar que sigue teniendo el mismo empaque de coche de lujo que cuando salió a la venta.
¿Alguien dijo agobio?
Al Audi Q7 se le podrán achacar otras cosas pero por espacio no creemos que pueda haber quejas. Vayamos en la fila que vayamos tendremos espacio suficiente para no sentirnos agobiados ni por altura ni por anchura. En la tercera fila se pierden, como suele ser habitual, algunos centímetros en estas cotas pero son dos plazas válidas incluso para adultos de hasta 1,65 metros de estatura.
Los detalles de confort están repartidos por todo el habitáculo y las plazas traseras no iban a ser menos. Estas cuentan con cortinillas enrollables en las puertas y salidas de aireación en la cara interior de los pilares B y entre los asientos delanteros, teniendo disponible en opción incluso un climatizador bi-zona para estas plazas y hasta dos tomas de corriente.
Es un buen detalle que los asientos de cuero tengan buen agarre en todas las plazas a pesar de lo que suele resbalar nuestro cuerpo en los asientos de este tipo. Lo que no es un buen detalle es el acceso a las plazas de la tercera fila, pues el espacio que se queda entre libre el respaldo de los asientos de la fila central y el pilar C provoca que tengamos que hacer contorsionismo a la hora de acceder a dichas plazas.
Un solo motor gasolina con dos variantes
Como debería ser lógico en todos los coches de este calibre, la gama de motores del Q7 está conquistada por las mecánicas diesel (cuatro en total) y sólo hay una mecánica gasolina V6 de 3 litros de cilindrada que se ofrece en dos variantes de potencia: 272 CV (la de nuestra prueba) y 333 CV.
Este replanteamiento de la gama gasolina viene motivada por la imperante reducción de consumos, por lo que se ha aplicado el downsizing pero a mayor escala. Esta mecánica gasolina se apoya de un compresor volumétrico y de un sistema de recuperación de energía en las frenadas para ayudar a rebajar los consumos.
Es un motor con un comportamiento bastante lineal y típico de un V6 que da lo mejor de sí a partir de 4.700 rpm hasta el corte de inyección pero que en todo momento ofrece un empuje y unas recuperaciones muy lineales.
La sensación de empuje es constante gracias a que el par máximo se obtiene un poco por encima de 2.000 rpm y se mantiene constante hasta 4.750 rpm, momento en el que obtenemos la cifra de potencia máxima y que también se mantiene constante hasta 6.500 rpm.
Ocho marchas en vez de seis
Otro elemento clave para reducir los consumos ha sido la introducción de dos velocidades más en la anterior caja de cambios automática Tiptronic de 6 velocidades, siendo estas dos últimas velocidades fundamentalmente para llanear o mantener cruceros ya que en cuanto se requiere acelerar el coche baja como mínimo a 6ª.
A pesar de que no es un cambio de doble embrague cuenta con una velocidad de paso de marchas bastante aceptable, aunque sí notaremos tirones al cambiar de marcha fruto de la utilización de un sólo disco para engranar las marchas. En modo manual contamos con la posibilidad de cambiar de marcha desde unas cómodas levas en el volante, además de en la tradicional palanca de cambios.
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