Texto: Equipo de pruebas 05/02/2008.
Fotografías Com & Com.
Publicado enero 2008
El Audi S3 es la punta de lanza en un segmento que está viviendo un buen momento tras unos años de sequía racing por parte de los fabricantes. Únicamente está disponible con caja manual y tracción Quattro, lo que es una lástima porque no podemos saborearlo con la eficaz caja DSG, perdón, S-Tronic (que es como la denomina Audi), que incrementaría aún más su deportividad.
A pesar de todo, este S3 también se guarda un as en la manga, y no es otro que el de la distinción que corresponde a una marca Premium como Audi. Es deportivo, sí, pero no desentonamos en el ambiente refinado y de lujo si queremos ir a un casino.
Traje discreto
Pocos detalles diferencian a este S3 del resto de la gama. Las llantas de 18” y la parrilla cromada son sus elementos más diferenciadores. Si lo observamos detenidamente también comprobamos que es un poco más bajo (25 mm) y que el spoiler delantero tiene un diseño más deportivo con el objeto de mejorar la canalización del aire hacia el suelo.
En el lateral destacan las taloneras y los espejos retrovisores acabados en plata. Visto así, también comprobamos que es un poco mas largo (55 mm) debido en gran parte al paragolpes trasero, que es más voluminoso que en el resto de la gama. Coronando el techo encontramos un pequeño spoiler y si bajamos la vista también vemos una salida doble de escape, cuya acústica ha sido trabajada para ofrecer un sonido muy racing…y vaya sonido. Solo hay que pasar por un túnel y acelerar con él para que un sonido celestial deleite nuestros oidos.
Pura dinamita
El empuje del 2.0 TFSI de 265 CV es simplemente impresionante. Da la sensación de llevar un coche con bastantes más caballos. Las aceleraciones y las recuperaciones son impresionantes, a lo que contribuye la tracción Quattro ayudando a que no se escape ni un solo CV.
El par máximo del que disfrutamos es de 350 Nm a tan sólo 2.500 rpm y la aceleración de 0 a 100 se consigue en 5,7 segundos.
Lo que más impresiona a bordo del S3 es la entrega tan llena de potencia de la que disponemos desde 2.000 rpm hasta más allá del corte. Hay un poco de retraso del turbo, pero una vez que entra en acción la espalda se hunde en el asiento, y tras cambiar a una marcha superior sigue la juerga, proporcionando así unas sensaciones de aceleración que pocos coches en el mercado pueden conseguir.
El truco para conseguir todas estas sensaciones está en el turbo. Es más grande que en el resto de las evoluciones del motor 2.0 TFSI y cuenta con una presión de soplado de 1,2 bares (0,9 bares en las versiones de 200 CV)
La caja de cambios de 6 velocidades acompaña muy bien al motor, con unos desarrollos y un tacto muy correctos para exprimir el potencial del motor y del chasis.
La discreción va por dentro
Sentados en el Audi S3 sólo encontramos un detalle que lo diferencia del resto de la gama: el pedalier en aluminio. Aquí es donde Audi no echa el resto y mantiene su carácter Premium, y es también un elemento diferenciador respecto al resto de compactos de altas prestaciones.
Sólo a base de talonario podemos hacer el interior de nuestro S3 más racing. Si equipamos los asientos opcionales…perdón otra vez, porque denominar “asiento” a los impresionantes backets de cuero opcionales como los que equipaba nuestra unidad es despreciarlos. Su diseño y agarre son simplemente excepcionales y aporta un toque racing al interior muy especial. Eso sí, el peaje a pagar por equiparlos es un acceso a los asientos traseros bastante pésimo, pues debido a su diseño el respaldo del asiento no se balancea hacia delante lo suficiente como para permitir un acceso cómodo.
Otro elemento racing interior que también equipa nuestro coche es el volante deportivo de 3 radios con el borde inferior achatado, elemento este que resulta muy incómodo a la hora de realizar maniobras de aparcamiento o al circular por carreteras de cerradas curvas.
De buen gusto es el techo y pilares revestidos en negro, que da un toque muy elegante al interior, a costa de perder luminosidad, pero el efecto conseguido es muy interesante.
La calidad de los materiales empleados en el salpicadero está fuera de toda duda y el tacto de los mandos es muy bueno, como sucede en cualquier Audi. Quizá el diseño del salpicadero esté empezando a acusar un poco el paso de los años, pero no por eso deja de ser atractivo y tener mucha calidad.
Equipamiento justo para su precio
Encontramos en este S3 un equipamiento acorde a su precio. Faros bixenon, equipo de audio Bose, sistema MMI con navegador o el climatizador bi-zona forman parte del equipo de serie. A nivel de seguridad encontramos “sólo” 6 airbags, y decimos “sólo” porque por este precio deberían ser de serie los airbags traseros de techo.
La rueda de repuesto es de tipo “galleta”, cuestiones de espacio suponemos. También equipa sensor de presión de neumáticos y un cronómetro que nos permite medir tiempos por vuelta.
Como sucede en cualquier Audi, la lista de opciones es interminable, pudiendo elevar los 40.450 € que cuesta este S3 hasta donde nos permita la economía con equipamiento como una brújula en el espejo retrovisor central, que también equipaba nuestra unidad de pruebas.
Tamaño de Compacto, maletero de Utilitario
Debido al espacio del diferencial trasero de la tracción Quattro en este S3 el maletero sólo cubica 281 litro. Al menos la forma del maletero es bastante cuadrada e incluso llegamos a encontrar dos ganchos para bolsas, aunque no tenemos huecos compartimentación para dejar objetos.
Concebido para satisfacer nuestros sentidos
Curvas, curvas y más curvas. Eso es lo que parece que grite el S3 nada más arrancarlo. Como hemos comentado antes, el S3 tiene un toque de “distinción deportiva” que no nos hará desentonar a la puerta de un casino, pero sin duda es en las curvas donde el S3 destapa el tarro de las esencias.
El sistema de tracción Quattro condiciona el comportamiento del S3. La fuerza se va repartiendo inteligentemente entre los dos ejes en función de la conducción pudiendo llegar a repartir el 100% de la potencia a un solo eje, aunque en conducción normal casi toda la fuerza se transmite al eje delantero. Es esta última circunstancia la que hace al S3 un coche “morrón” a la entrada de las curvas y nos sorprende porque esperamos un comportamiento más neutro, típico de los coches con tracción a las cuatro ruedas.
Pero es cuestión de acostumbrarse, porque cuando buscamos las cosquillas al S3 el eje trasero viene en nuestra ayuda si se lo solicitamos, descolocándose y metiendo el coche en las curvas con una facilidad pasmosa que hará las delicias de los conductores más hábiles y podrá asustar un poco a los menos expertos.
El resultado es un paso por curva muy alto y una diversión al volante tremenda, y eso que los 1.455 kg provocan un ligero balanceo de la carrocería a la entrada de los virajes.
La lástima es que los frenos se quedan un poco cortos para detener al S3 cuando circulamos con el cuchillo entre los dientes. Quizá un compuesto diferente de las pastillas de freno mejore esto, porque desde luego no será por pinzas y discos de freno, que son de sobresaliente.
Divertirse tiene un precio
Las prestaciones están ahí. 250 km/h de velocidad máxima autolimitada, de 0 a 100 en 5,7 segundos, recuperaciones de infarto…El S3 invita a que juegues con el acelerador constantemente, eso sí, hay que tener la tarjeta de crédito a mano, puesto que para conseguir consumos por debajo de los 8 litros a los 100 hay que mimar mucho el acelerador y no sobrepasar los límites legales.
La media durante la prueba ha sido de 11,7 litros los 100 km. En ciudad el consumo sube hasta 13 litros y si no tenemos piedad con el pedal derecho nos vamos hasta 19 litros cada 100 km.
La competencia es puramente europea
Con los parámetros del S3 no hay muchos coches en nuestro mercado, de momento sólo el Golf con su motor 3.2 y el BMW 130i rondan la potencia y tamaño requeridas, son coches de parecía filosofía, el más barato el Golf - curiosamente el más equipado - y el más caro el BMW aunque andan muy parejos.
RESUMEN
El S3 aúna de forma brillante deportividad y distinción tanto por fuera como por dentro, algo que no sorprende puesto que es una característica común a toda la gama “S” de Audi. Aceleraciones de infarto, sonido que pone los pelos de punta al más rácing de los mortales y comportamiento divertido en carretera. Algo más de equipamiento no hubiese venido mal, aunque la lista de serie no es mala, ni mucho menos. Lástima del elevado consumo, aunque es el precio que hay que pagar por disfrutar de un motor muy explosivo y que nos transmite unas sensaciones de lo más placenteras.
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