Pídeselo a los Reyes Magos
Texto: Equipo de Pruebas 02/07/2010. Fotografías Com&Com. Publicado julio 2010

Rf motor: FIAT Tipo: G-312A10000
Carrocería musculada
Más bajo, más ancho y más largo que el Fiat 500 del que deriva. Si este último no pasa desapercibido en calle qué decir del Abarth 500, que entra directamente al Top 5 de coches "giracuellos".
Todas las piezas de la carrocería que ensanchan o alargan al Abarth respecto al Fiat tienen una función aerodinámica aparte de estética. Si empezamos por el paragolpes trasero observamos que tiene mayores dimensiones y aloja en su parte baja un difusor para optimizar el agarre (no se trata de una simple pieza estética como sucede en algunos casos). Siguiendo la filosofía de los productos Abarth, donde no se andan con chiquitas a la hora de transformar un Fiat en todo un deportivo, encontramos un alerón en el techo que refuerza mucho su imagen deportiva como también lo hace la doble salida de escape cromada, con un escape a cada lado del difusor. Para completar la faena encontramos también unos canalizadores de aire en el paragolpes trasero a la altura de las ruedas traseras.
En su vista de perfil nos damos cuenta de que el alerón es un poco más largo de lo que parece visto desde atrás y de que los pasos de rueda ensanchados le otorgan una apariencia musculosa.
Pero el rasgo estilístico más notable del Abarth 500 es su frontal. La parrilla y especialmente el frontal han ganado en dimensiones y le otorgan al coche una personalidad deportiva bastante especial aunque el motivo principal de esta actuación haya sido fundamentalmente funcional: había que conseguir un hueco para colocar el turbocompresor.
Toques deportivos en el interior
Al igual que sucede con el Abarth Grande Punto, lo que más destaca cuando abres la puerta del 500 son sus asientos deportivos con forma de backet.
El volante no se queda fuera de la personalización de Abarth y presenta un diseño bastante deportivo pero se encuentra achatado por la parte baja. Esto, unido a que tiene un tamaño y grosor más grandes de lo deseado, hace que sea incómodo de manejar y se pierde parte de esa deportividad general que emana el coche. También encontramos costuras rojas en varios elementos del interior que otorgan más toque deportivo al interior.
Tenemos un manómetro de presión de turbo en formato analógico (en el Abarth Grande Punto se muestra de forma digital) que incorpora un indicador de cambio de marcha recomendado. Cuando circulamos en modo normal nos recomienda el momento de cambiar a una marcha superior para optimizar consumos, mientras que en modo "Sport" nos avisa cuando llegamos a la zona roja del cuentarrevoluciones. Sería deseable que este indicador estuviese en una zona más visible para el conductor, puesto que su ubicación hace que no se vea correctamente (está oculto entre la palanca de los intermitentes y el brazo izquierdo del volante).
Electrónica al poder de la mecánica
Parece mentira que los 135 CV del motor del Abarth 500 den para tanto. Al volante esperábamos unas prestaciones ligeramente inferiores a las del Abarth Grande Punto, pero a la hora de la verdad nos ha sorprendido, y crono en mano y por sensaciones, este Abarth 500 anda más. La respuesta de su motor, una vez superado el retraso del turbo, es una de las principales causantes de que aparezca una sonrisa en nuestra cara. Sorprende lo bien que acelera en marchas cortas, pero lo es aún más cómo lo hace en 4ª o 5ª, tanto que se te hace la boca agua pensando como irá el 500 con la potenciación a 160 CV del Kit Esseesse...vamos, que de hecho parece que llevamos bajo el capó esos 160 CV en vez de los 135 de su ficha técnica.
La caja de cambios es de 5 velocidades y cuenta con unos desarrollos bastante adecuados para su filosofía, aunque una de 6 le vendría aún mejor para exprimir la potencia del motor.
Disponemos también de un botón "Sport" que modifica la respuesta del acelerador, dureza de la dirección y nos ofrece 20 Nm más de par respecto al modo Normal. Cuando pruebas ambos modos acabas circulando casi todo el tiempo en modo Sport por lo bien que responde el coche a nuestras solicitudes al acelerador...al fin y al cabo lo que queremos es pasárnoslo bien al volante de este coche, ¿no? Si no es así, deberemos mirar cualquier 500 de la gama de Fiat.
El ESP, el control de tracción y el TTC (un diferencia autoblocante electrónico) se encargan de que no se desparramen los caballos del eje delantero.
El mejor "juguete" en tamaño reducido
No hay dudas. No hay nada en el mercado tan pequeño y que nos haga disfrutar tanto al volante. El Mini también tiene un comportamiento ejemplar y deportivo, pero para llegar a tantas sensaciones y radicalidad como lo hace este Abarth 500 hay que gastarse mucho más.
Su hábitat natural son las carreteras reviradas con constantes curvas enlazadas. Dada su batalla es muy vivo de reacciones y afrontar una curva tras salir de otra es un juego de niños. Es más, sin apenas haber conducido mucho el coche cualquier conductor con cierta habilidad al volante enseguida estará jugando a descolocar el tren trasero a la entrada de una curva, y lo hará con total confianza.
Es terriblemente divertido de conducir en estos terrenos y al volante hará que busquemos constantemente carreteras con curvas cuando lleguemos al final de una para seguir disfrutando. Tan sólo un depósito de combustible de poca capacidad nos interrumpirá la diversión cuando tengamos que parar a repostar gasolina sin plomo de 98 octanos imperativamente.
A nivel de frenos cumple con nuestras expectativas sin llegar a tener un equipo fuera de serie. Se echa en falta algo más de mordiente si tenemos en cuenta el excelente equipo de frenos que lleva el Abarth Grande Punto.
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