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Entre las cualidades de este motor se encuentran su ligereza y lo contenido de sus dimensiones externas El peso total del conjunto del propulsor sea de sólo 255 kg.
Las superficies de deslizamiento de los cilindros han sido
sometidas a un procedimiento de bruñido a base de rayos ultravioleta,
consiguiéndose con ello reducir de manera considerable tanto el consumo de
aceite del propulsor como la formación de partículas en la combustión.
El cigüeñal, construido en acero forjado con aleación de cromo-molibdeno,
está acodado de la manera más idónea para que se neutralicen las fuerzas y
momentos libres de primer y segundo orden, aportación decisiva para contener
sus vibraciones.
Por su parte, las culatas de aluminio cuentan con un sistema de distribución
formado por dos árboles de levas por cada una de ellas (por cada bancada de
cilindros) accionadas por cadena libre de mantenimiento, el mismo principio
que utilizan las bombas de aceite, de agua y de la servodirección. El
accionamiento de las válvulas se realiza mediante balancines oscilantes de
rodillo con compensación hidráulica del juego de válvulas. El bajo índice de
fricción de este sistema permite contener tanto el consumo como las
emisiones.
Los dos turbocompresores con geometría de turbina variable no sólo consiguen
que los rendimientos absolutos del V8 4.2 TDI sean la referencia entre los
de su clase, sino que proporcionan un rendimiento excepcional en una amplia
gama de regímenes de giro. Contando con la precisa medición del caudal del
aire de admisión, la gestión electrónica consigue que los dos
turbocompresores funcionen al mismo nivel de giro y que su rendimiento sea,
por tanto, adecuadamente acompasado. Esa gestión la realiza un sistema Bosch
EDC16 CP, con regulación del caudal y del inicio de accionamiento, control
de la presión de sobrealimentación y de la recirculación de los gases de
escape. Dicha presión máxima de sobrealimentación llega a 2,5 bar,
alcanzando cada una de las turbinas un régimen de giro de 226.000 vueltas
por minuto. El aire de admisión se refrigera mediante la acción de dos
radiadores situados en la parte delantera del motor, uno a cada lado, en
plena trayectoria del aire inducido que entra a través de la parte frontal
del coche.
El sistema de inyección directa de combustible gira en torno a un conducto
común de última generación, con una bomba de alta presión alojada en el
interior de la V que define el bloque y con un "raíl" o conducto de presión
por cada bancada de cilindros. La presión máxima de inyección alcanza los
1.600 bar, 250 más que en los sistemas precedentes de tipo Common Rail.
Este sistema de conducto común cuenta con la novedad de sus inyectores
piezoeléctricos en línea. Los cristales piezoeléctricos se encargan de
controlar los inyectores cuando son estimulados por una corriente eléctrica.
Su contracción provoca, con el concurso de un elemento hidráulico, la
apertura mecánica de la aguja de las toberas de inyección. El sistema
piezoeléctrico reacciona con el doble de rapidez que otros inyectores
convencionales de conducto común.
El V8 4.2 TDI cuenta con un sistema de escape subdividido en dos tramos,
cada uno de ellos dotado de un filtro de partículas. En cada uno de los
tramos, la acción conjunta de un catalizador emplazado cerca del motor y el
filtro de partículas con revestimiento catalítico asumen la depuración final
de los gases de escape. La rápida capacidad de transformación de los
hidrocarburos y el monóxido de carbono de los catalizadores permite que el
motor supere con éxito la normativa de emisiones de escape EU4.
Asociada al motor V8 4.2 TDI en el Audi Q7 va una caja de cambios Tiptronic
de seis etapas con un programa de cambio dinámico DSP. Este programa
consigue dosificar la entrega de potencia y par de manera óptima, lo que
equilibra a la perfección una respuesta instantánea, las prestaciones más
brillantes y el refinamiento de marcha más exquisito. En línea con las
particularidades del motor, esta caja de cambios resulta compacta y ligera,
con un peso de sólo 80 Kg.
Las prestaciones del Audi Q7 V8 4.2 TDI son dignas de un deportivo de raza,
con una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 6,4 segundos y una velocidad
máxima de 236 km/h. Ello, con un consumo medio de 11,3 litros a los 100 km.
El Q7 V8 4.2 TDI cuenta con un nivel de equipamiento a la similar al de la
versión de gasolina, el 4.2 FSI, pero añadiendo, con respecto a éste, en el
equipo de serie suspensión neumática adaptativa.
Este sofisticado tren de rodaje adaptativo, combina la suspensión neumática
y la amortiguación electrónica sin escalonamientos con la estabilización
dinámica del balanceo. El conductor dispone de 5 modos ("automatic", "comfort",
"dynamic", "offroad" y "lift") para ajustar la suspensión a través del
sistema MMI. Además para facilitar una carga más cómoda del vehículo, la
suspensión del eje trasero puede reducir su altura.
Fuente:
Dpto. Prensa Audi