Los accidentes ocurridos el año pasado en los que estuvieron implicados vehículos sin seguro, robados o que se dieron a la fuga tras el percance, le costaron al Estado casi 16 millones de euros, cantidad inferior a la registrada en 2003, por el descenso de siniestros en los que participaron esos vehículos.
Según informa EFE, esa factura la pagó el Consorcio de Compensación de Seguros, el organismo público que actúa de forma subsidiaria en esos casos, financiándose a través de un pequeño recargo incluido en todas las pólizas que contratan los conductores españoles con las compañías privadas.
Según datos del Consorcio, el año pasado se produjeron un total de 7.725 accidentes cuyos costes tuvo que asumir el Estado, y en la mayor parte de ellos estuvo implicado un coche, una furgoneta, un camión, una moto o un ciclomotor que carecía del seguro obligatorio. Los 6.997 siniestros que tuvieron esas características generaron unos costes de 13,16 millones de euros, mientras que los 368 accidentes provocados por vehículos robados le ocasionaron al Estado un desembolso cercano al millón de euros.
Mayor cuantía tuvo que pagar por los 360 accidentes en los que intervino un vehículo "desconocido" o que huyó del lugar de los hechos, ya que esos siniestros le supusieron un coste de 1,7 millones de euros.
Pese a que las indemnizaciones pagadas por el Consorcio en su papel de fondo de garantía aún son elevadas, ese montante ha experimentado una notable reducción en los últimos años y está lejos de los 132 millones que se abonaron en 1999, el máximo de la última década.
En 2001 se registró un nuevo pico, ya que aumentó el número de ciclomotores sin asegurar al negarse sus propietarios a suscribir una póliza,ante la subida de precios de esos seguros.
Desde esa fecha, las compensaciones que asume el Estado por esos accidentes en los que interviene un vehículo sin seguro, desconocido o robado se han reducido considerablemente, gracias, sobre todo, a que ha mejorado la situación que vivían las motos y los ciclomotores en 2001, lo que ha hecho retornar a muchos conductores a la legalidad.
De hecho, los casi 16 millones que tuvo que pagar el Consorcio el año pasado contrastan con los 70 millones de 2003, los 95 millones de 2002 o los 113 millones del año anterior.
El número de accidentes también ha disminuido y si en 2001 se produjeron 22.243 siniestros en los que se vieron implicados vehículos sin seguro, desconocidos o robados, en 2003 ya sólo fueron 21.893 y el pasado año, 7.725.
Según informa EFE, esa factura la pagó el Consorcio de Compensación de Seguros, el organismo público que actúa de forma subsidiaria en esos casos, financiándose a través de un pequeño recargo incluido en todas las pólizas que contratan los conductores españoles con las compañías privadas.
Según datos del Consorcio, el año pasado se produjeron un total de 7.725 accidentes cuyos costes tuvo que asumir el Estado, y en la mayor parte de ellos estuvo implicado un coche, una furgoneta, un camión, una moto o un ciclomotor que carecía del seguro obligatorio. Los 6.997 siniestros que tuvieron esas características generaron unos costes de 13,16 millones de euros, mientras que los 368 accidentes provocados por vehículos robados le ocasionaron al Estado un desembolso cercano al millón de euros.
Mayor cuantía tuvo que pagar por los 360 accidentes en los que intervino un vehículo "desconocido" o que huyó del lugar de los hechos, ya que esos siniestros le supusieron un coste de 1,7 millones de euros.
Pese a que las indemnizaciones pagadas por el Consorcio en su papel de fondo de garantía aún son elevadas, ese montante ha experimentado una notable reducción en los últimos años y está lejos de los 132 millones que se abonaron en 1999, el máximo de la última década.
En 2001 se registró un nuevo pico, ya que aumentó el número de ciclomotores sin asegurar al negarse sus propietarios a suscribir una póliza,ante la subida de precios de esos seguros.
Desde esa fecha, las compensaciones que asume el Estado por esos accidentes en los que interviene un vehículo sin seguro, desconocido o robado se han reducido considerablemente, gracias, sobre todo, a que ha mejorado la situación que vivían las motos y los ciclomotores en 2001, lo que ha hecho retornar a muchos conductores a la legalidad.
De hecho, los casi 16 millones que tuvo que pagar el Consorcio el año pasado contrastan con los 70 millones de 2003, los 95 millones de 2002 o los 113 millones del año anterior.
El número de accidentes también ha disminuido y si en 2001 se produjeron 22.243 siniestros en los que se vieron implicados vehículos sin seguro, desconocidos o robados, en 2003 ya sólo fueron 21.893 y el pasado año, 7.725.