El seguro de autos ha comenzado a sentir en sus carnes los efectos de la crisis económica. Según diversos estudios sectoriales, cada vez son más los conductores que deciden cambiar su póliza a todo riesgo por un contrato similar con franquicia o, directamente, a terceros. A esto se suma la bajada en las ventas de vehículos. Con este panorama los expertos del sector estiman que la fuerte competencia de tarifas se mantendrá hasta 2010 gracias al control de costes y a la reducción de la siniestralidad, factores ambos que presionan a la baja el comercio de recambios y la carga de trabajo en los talleres.
Y es precisamente la contención de costes, vinculada a las tarifas de los proveedores de la industria aseguradora, el aspecto sobre el que se pronunciaba recientemente la presidenta de la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), Pilar González de Frutos. El mensaje no puede ser más claro: el precio de los seguros de automóvil se ha mantenido invariable desde el primer trimestre de 2003 debido principalmente al descenso de los siniestros, aunque también al incremento de la competencia en el sector. Por el contrario, señala Unespa, los proveedores de las aseguradoras (médicos, hospitales, talleres, fabricantes y distribuidores de recambios) durante esos cinco años han encarecido sus servicios en línea con el IPC y en el caso de los reparadores por encima de ese ratio.
Si tomamos como referencia los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística para noviembre, el undécimo mes del año los servicios de taller se encarecieron un 0,2% mientras que el precio de los seguros se mantuvo estable. Para el conjunto de los últimos doce meses la diferencia es aún mayor: las facturas del taller han crecido un 5,3% mientras que las pólizas de seguros lo han hecho en un 2,4%.
Respecto al segundo factor que alimenta la fuerte competencia existente entre compañías, la reducción de la tasa de siniestralidad, fuentes consultadas por Autoprofesional subrayan que éste es un elemento que además de la evidente reducción de la carga de trabajo en los talleres tiene otros efectos adicionales nada despreciables. El fundamental en la crisis económica actual es que las compañías compiten entre sí premiando a los automovilistas que menos pasan por el taller, a aquellos que contribuyen a reducir la tasa de siniestralidad.
Lógicamente, la caída de la siniestralidad no se debe en exclusiva a que las compañías premien a los buenos conductores, pero la tendencia contribuye a reducir la carga de trabajo del colectivo reparador. Recompensar a este tipo de conductor tampoco es nada nuevo. Desde hace casi un lustro, las aseguradoras reducen las tarifas que cobran o amplían las coberturas de sus pólizas de coches por el descenso en las ratios de siniestralidad. De hecho, esto ha provocado que a pesar de que el parque ha crecido con fuerza en los últimos años los ingresos por primas han evolucionado de forma más modesta -9.681 millones de primas en 2003 y 11.065 millones el pasado ejercicio, por lo que la subida acumulada en el lustro es del 14%. En 2003, la siniestralidad media se situó en el 77,78% y en los últimos ejercicios se mueve en torno al 75%. Estos porcentajes se sitúan lejos de la ratio de casi el 95% que anotó el gremio 1999.
Y es precisamente la contención de costes, vinculada a las tarifas de los proveedores de la industria aseguradora, el aspecto sobre el que se pronunciaba recientemente la presidenta de la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), Pilar González de Frutos. El mensaje no puede ser más claro: el precio de los seguros de automóvil se ha mantenido invariable desde el primer trimestre de 2003 debido principalmente al descenso de los siniestros, aunque también al incremento de la competencia en el sector. Por el contrario, señala Unespa, los proveedores de las aseguradoras (médicos, hospitales, talleres, fabricantes y distribuidores de recambios) durante esos cinco años han encarecido sus servicios en línea con el IPC y en el caso de los reparadores por encima de ese ratio.
Si tomamos como referencia los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística para noviembre, el undécimo mes del año los servicios de taller se encarecieron un 0,2% mientras que el precio de los seguros se mantuvo estable. Para el conjunto de los últimos doce meses la diferencia es aún mayor: las facturas del taller han crecido un 5,3% mientras que las pólizas de seguros lo han hecho en un 2,4%.
Respecto al segundo factor que alimenta la fuerte competencia existente entre compañías, la reducción de la tasa de siniestralidad, fuentes consultadas por Autoprofesional subrayan que éste es un elemento que además de la evidente reducción de la carga de trabajo en los talleres tiene otros efectos adicionales nada despreciables. El fundamental en la crisis económica actual es que las compañías compiten entre sí premiando a los automovilistas que menos pasan por el taller, a aquellos que contribuyen a reducir la tasa de siniestralidad.
Lógicamente, la caída de la siniestralidad no se debe en exclusiva a que las compañías premien a los buenos conductores, pero la tendencia contribuye a reducir la carga de trabajo del colectivo reparador. Recompensar a este tipo de conductor tampoco es nada nuevo. Desde hace casi un lustro, las aseguradoras reducen las tarifas que cobran o amplían las coberturas de sus pólizas de coches por el descenso en las ratios de siniestralidad. De hecho, esto ha provocado que a pesar de que el parque ha crecido con fuerza en los últimos años los ingresos por primas han evolucionado de forma más modesta -9.681 millones de primas en 2003 y 11.065 millones el pasado ejercicio, por lo que la subida acumulada en el lustro es del 14%. En 2003, la siniestralidad media se situó en el 77,78% y en los últimos ejercicios se mueve en torno al 75%. Estos porcentajes se sitúan lejos de la ratio de casi el 95% que anotó el gremio 1999.