La Guardia Civil de Vigo detuvo a un matrimonio y a su hijo, encargados de dirigir cuatro corredurías de seguros de automóvil en Vigo y Tomiño, acusados de tramitar fraudulentamente 500 pólizas de seguros, por un montante de 150.000 euros.
Los corredores, con un despacho en la calle Nicaragua, de Vigo, ya fueron denunciados hace años por la Asociación Gallega de Corredores. Supuestamente, embaucaban a los clientes que contrataban una póliza para que abonasen el importe de un año en un único pago. Las víctimas eran vecinos o personas de confianza que se daban de alta con el señuelo de una ventajosa oferta económica. Para borrar pistas, la correduría les entregaba un recibo escrito a mano y tramitaba el contrato a través de doce agencias interpuestas, en las que nunca figuraba su nombre. Cuatro de ellas son de Vigo, una de Santiago, tres de Barcelona, dos de Madrid, una de Benavente (Zamora) y otra de Valencia.
Una vez captado el cliente, y sin su conocimiento, la correduría viguesa fraccionaba el pago trimestral o semestral a la compañía aseguradora pero sólo le abonaba un recibo o ninguno. Al poco, las empresas cancelaban la póliza por vencimiento o impago y lo notificaban al cliente o a la correduría. Luego, los tres corredores convencían al cliente de que se trataba de un «error» de la aseguradora y daban de alta al afectado en otra compañía con la misma táctica cada año.
Varios clientes sufrieron accidentes y fueron a juicio. Las compañías alegaron el impago pero tuvieron que abonar las indemnizaciones. En total, hay 16 aseguradoras estafadas. En octubre del 2003, un cliente denunció a la Guardia Civil de Vigo que su compañía le comunicaba el impago del segundo plazo de las pólizas de dos vehículos pese a haberla abonado en un pago. Los detenidos son B.V.G.C, como supuesto cabecilla, su esposa M.C.D.R, como presunta coautora y mediadora en compañías afectadas, y el hijo de ambos, B.X.G.D, por contratar diversas pólizas.
Los corredores, con un despacho en la calle Nicaragua, de Vigo, ya fueron denunciados hace años por la Asociación Gallega de Corredores. Supuestamente, embaucaban a los clientes que contrataban una póliza para que abonasen el importe de un año en un único pago. Las víctimas eran vecinos o personas de confianza que se daban de alta con el señuelo de una ventajosa oferta económica. Para borrar pistas, la correduría les entregaba un recibo escrito a mano y tramitaba el contrato a través de doce agencias interpuestas, en las que nunca figuraba su nombre. Cuatro de ellas son de Vigo, una de Santiago, tres de Barcelona, dos de Madrid, una de Benavente (Zamora) y otra de Valencia.
Una vez captado el cliente, y sin su conocimiento, la correduría viguesa fraccionaba el pago trimestral o semestral a la compañía aseguradora pero sólo le abonaba un recibo o ninguno. Al poco, las empresas cancelaban la póliza por vencimiento o impago y lo notificaban al cliente o a la correduría. Luego, los tres corredores convencían al cliente de que se trataba de un «error» de la aseguradora y daban de alta al afectado en otra compañía con la misma táctica cada año.
Varios clientes sufrieron accidentes y fueron a juicio. Las compañías alegaron el impago pero tuvieron que abonar las indemnizaciones. En total, hay 16 aseguradoras estafadas. En octubre del 2003, un cliente denunció a la Guardia Civil de Vigo que su compañía le comunicaba el impago del segundo plazo de las pólizas de dos vehículos pese a haberla abonado en un pago. Los detenidos son B.V.G.C, como supuesto cabecilla, su esposa M.C.D.R, como presunta coautora y mediadora en compañías afectadas, y el hijo de ambos, B.X.G.D, por contratar diversas pólizas.