El Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid ha impuesto una multa de 1.200 euros a Pilar H, ex administrativa de la empresa Govimar, sita en el Polígono de San Cristóbal de Valladolid, como autora de los reiterados daños causados entre enero y febrero del pasado año al vehículo de un superior en dicha sociedad y cuyo importe superan los 500 euros.
En su fallo, al que tuvo acceso EP, el juez considera probada la culpabilidad de la citada trabajadora, quien reconoció en su momento la autoría de los desperfectos, alegando entonces que fue fruto de "un calentón" o porque se le "cruzaron los cables", pero que durante el juicio rectificó y aseguró que no fue ella pero que se vio obligada a inculparse ante las "coacciones y presiones" de todo tipo que sufría en la empresa.
De hecho, la acusada achacó tal situación a una persecución intencionada. "Todo era un plan para hacerme la vida imposible y echarme a la calle", insistió Pilar H, quien finalmente, el 25 de febrero del pasado año, fue despedida por actuar contra un superior.
Por contra, el denunciante, Alberto G.M, relató que su vehículo comenzó a aparecer con rayones el 21 de enero y que a ese primer desperfecto siguieron otros más los días 24 y 28 del mismo mes y los días 9 y 23 de febrero. Aunque inicialmente desconocía el autor de los daños, Alberto G.M. aseguró que en una ocasión fue testigo desde una planta de la fábrica de cómo la acusada se acercaba al turismo para rayar la chapa.
Fue entonces cuando, según explicó, se dirigió a la acusada y ésta no sólo reconoció la autoría de los daños, pese a que entre ambos no había habido incidente previo alguno, sino que al día siguiente le hizo entrega de un total de 510 euros para que pudiera llevar el vehículo a un taller de reparación.
La reparación del daño causado fue esgrimida por el Ministerio Fiscal para aplicar a la acusada una atenuante muy cualificada, pese a lo cual solicitó para ella multa de 1.440 euros por delito continuado de daños, cuantía que la acusación particular elevó a 3.600 euros.
La defensa, por su parte, pidió una sentencia absolutoria por falta de pruebas y reiteró que su patrocinada reconoció inicialmente los hechos fruto del acoso que sufría y para que la dejaran en paz.
En su fallo, al que tuvo acceso EP, el juez considera probada la culpabilidad de la citada trabajadora, quien reconoció en su momento la autoría de los desperfectos, alegando entonces que fue fruto de "un calentón" o porque se le "cruzaron los cables", pero que durante el juicio rectificó y aseguró que no fue ella pero que se vio obligada a inculparse ante las "coacciones y presiones" de todo tipo que sufría en la empresa.
De hecho, la acusada achacó tal situación a una persecución intencionada. "Todo era un plan para hacerme la vida imposible y echarme a la calle", insistió Pilar H, quien finalmente, el 25 de febrero del pasado año, fue despedida por actuar contra un superior.
Por contra, el denunciante, Alberto G.M, relató que su vehículo comenzó a aparecer con rayones el 21 de enero y que a ese primer desperfecto siguieron otros más los días 24 y 28 del mismo mes y los días 9 y 23 de febrero. Aunque inicialmente desconocía el autor de los daños, Alberto G.M. aseguró que en una ocasión fue testigo desde una planta de la fábrica de cómo la acusada se acercaba al turismo para rayar la chapa.
Fue entonces cuando, según explicó, se dirigió a la acusada y ésta no sólo reconoció la autoría de los daños, pese a que entre ambos no había habido incidente previo alguno, sino que al día siguiente le hizo entrega de un total de 510 euros para que pudiera llevar el vehículo a un taller de reparación.
La reparación del daño causado fue esgrimida por el Ministerio Fiscal para aplicar a la acusada una atenuante muy cualificada, pese a lo cual solicitó para ella multa de 1.440 euros por delito continuado de daños, cuantía que la acusación particular elevó a 3.600 euros.
La defensa, por su parte, pidió una sentencia absolutoria por falta de pruebas y reiteró que su patrocinada reconoció inicialmente los hechos fruto del acoso que sufría y para que la dejaran en paz.