El comité CTN 135 de AENOR, del que forma parte la Asociación Española de la Carretera, aprueba la norma UNE que certificará la validez de estos sistemas de protecció
A partir de ahora, los sistemas de protección para motoristas que se instalen en las barreras metálicas de seguridad de las carreteras españolas deberán cumplir unos requisitos mínimos que aseguren su efectividad ante un eventual accidente.
Después de tres años de trabajo, estos requerimientos se han recogido en la norma UNE 135900 sobre Evaluación del comportamiento de los sistemas de protección de motociclistas en las barreras de seguridad y pretiles. Dicha norma fue aprobada el pasado martes 19 de abril por el Comité CTN 135 de AENOR, presidido por el Ministerio de Fomento y del que forma parte la Asociación Española de la Carretera (AEC).
La finalidad de esta certificación es reducir las consecuencias del impacto de los cuerpos contra los postes de dichas barreras o bien evitar el paso a través de ellas.
Hasta no hace mucho tiempo, las barreras de seguridad se diseñaban exclusivamente para la contención de los vehículos de cuatro ruedas, sin tener en cuenta a otros usuarios de las vías como ciclistas o motociclistas.
A partir de ahora, gracias a esta nueva reglamentación, se ha superado este planteamiento inicial y se ha dado un paso más hacia el diseño de carreteras seguras para todos, carreteras en las que los usuarios más vulnerables también son tenidos en cuenta.
Uno de cada 7 vehículos que circula es una moto
En la actualidad circulan en España más de 3.650.000 motocicletas y ciclomotores, lo que supone un 13,5% del total del parque automovilístico. En 2003, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), resultaron heridos o muertos en las carreteras españolas casi 7.900 conductores y pasajeros de este tipo de vehículos. Si a esto le añadimos las víctimas en zona urbana, la cifra se eleva a más de 33.400 personas.
El hecho de que algunos de estos accidentes se hayan agravado como consecuencia directa del impacto del motociclista contra las barreras metálicas ha provocado en los últimos años preocupación en el sector y, en consecuencia, la aparición de numerosos sistemas de protección para dichas barreras. No existía, sin embargo, un procedimiento de referencia para su homologación. Por ello, el Ministerio de Fomento y la Dirección General de Tráfico propusieron, en el contexto del Comité CTN-135 de AENOR sobre Equipamiento de carreteras, la creación de un grupo de trabajo que elaborase una norma de comportamiento para estos dispositivos.
La presidencia y la coordinación de los trabajos de este comité, que comenzó a funcionar en febrero de 2002, recayó en la Asociación Española de la Carretera (AEC), cuyos técnicos han trabajado desde el primer momento en la elaboración de la norma junto al resto de implicados: laboratorios de ensayo, fabricantes de barreras y de sistemas de protección de las mismas, personal de AENOR, médicos y usuarios, así como los responsables del Ministerio de Fomento, DGT y administraciones autonómicas.
A partir de ahora, los sistemas de protección para motoristas que se instalen en las barreras metálicas de seguridad de las carreteras españolas deberán cumplir unos requisitos mínimos que aseguren su efectividad ante un eventual accidente.
Después de tres años de trabajo, estos requerimientos se han recogido en la norma UNE 135900 sobre Evaluación del comportamiento de los sistemas de protección de motociclistas en las barreras de seguridad y pretiles. Dicha norma fue aprobada el pasado martes 19 de abril por el Comité CTN 135 de AENOR, presidido por el Ministerio de Fomento y del que forma parte la Asociación Española de la Carretera (AEC).
La finalidad de esta certificación es reducir las consecuencias del impacto de los cuerpos contra los postes de dichas barreras o bien evitar el paso a través de ellas.
Hasta no hace mucho tiempo, las barreras de seguridad se diseñaban exclusivamente para la contención de los vehículos de cuatro ruedas, sin tener en cuenta a otros usuarios de las vías como ciclistas o motociclistas.
A partir de ahora, gracias a esta nueva reglamentación, se ha superado este planteamiento inicial y se ha dado un paso más hacia el diseño de carreteras seguras para todos, carreteras en las que los usuarios más vulnerables también son tenidos en cuenta.
Uno de cada 7 vehículos que circula es una moto
En la actualidad circulan en España más de 3.650.000 motocicletas y ciclomotores, lo que supone un 13,5% del total del parque automovilístico. En 2003, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), resultaron heridos o muertos en las carreteras españolas casi 7.900 conductores y pasajeros de este tipo de vehículos. Si a esto le añadimos las víctimas en zona urbana, la cifra se eleva a más de 33.400 personas.
El hecho de que algunos de estos accidentes se hayan agravado como consecuencia directa del impacto del motociclista contra las barreras metálicas ha provocado en los últimos años preocupación en el sector y, en consecuencia, la aparición de numerosos sistemas de protección para dichas barreras. No existía, sin embargo, un procedimiento de referencia para su homologación. Por ello, el Ministerio de Fomento y la Dirección General de Tráfico propusieron, en el contexto del Comité CTN-135 de AENOR sobre Equipamiento de carreteras, la creación de un grupo de trabajo que elaborase una norma de comportamiento para estos dispositivos.
La presidencia y la coordinación de los trabajos de este comité, que comenzó a funcionar en febrero de 2002, recayó en la Asociación Española de la Carretera (AEC), cuyos técnicos han trabajado desde el primer momento en la elaboración de la norma junto al resto de implicados: laboratorios de ensayo, fabricantes de barreras y de sistemas de protección de las mismas, personal de AENOR, médicos y usuarios, así como los responsables del Ministerio de Fomento, DGT y administraciones autonómicas.