El Parlamento Europeo (PE) aprobó a finales de la semana pasada una nueva norma para facilitar el reciclaje de vehículos, ya que cada año entre 9 y 10 millones de coches llegan al final de su vida útil en la Unión Europea.
La legislación comunitaria prevé que los nuevos modelos de coches sean reciclables en al menos un 85 por ciento en masa. La directiva europea sobre Vehículos Fuera de Uso prevé que 36 meses después de su entrada en vigor todos los vehículos nuevos deberán ser evaluados para ser homologados.
Los vehículos ya fabricados en serie tendrían que someterse a una nueva evaluación, situación que ha llevado al Parlamento a reclamar un período de 54 meses y no de 36.
Según el Parlamento, conceder sólo un plazo de tres años para evaluar los modelos implicaría problemas administrativos enormes y un coste excesivo para la industria automovilística.
En la actualidad en Europa existen unos 600 tipos de vehículos que pasado ese plazo deberán someterse a las nuevas normas de homologación.
El problema de la acumulación de residuos procedentes del desguace de vehículos viejos comenzó a hacerse evidente a principios de los 90.
Cada año entre 9 y 10 millones de vehículos llegan al final de su vida útil en la Unión Europea, que generan entre 8 y 9 millones de toneladas de residuos.
Para mejorar el reciclado es esencial la elección de los materiales, el marcado de los componentes y las técnicas de montaje (para que los componentes puedan separarse y tratarse adecuadamente).
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ha estimado el coste neto en unos 30 euros por vehículo.
Las nuevas normas se aplicarán a coches y vehículos ligeros de menos de 3.500 kilogramos y afectará a la industria automovilística y a la de componentes.
La legislación comunitaria prevé que los nuevos modelos de coches sean reciclables en al menos un 85 por ciento en masa. La directiva europea sobre Vehículos Fuera de Uso prevé que 36 meses después de su entrada en vigor todos los vehículos nuevos deberán ser evaluados para ser homologados.
Los vehículos ya fabricados en serie tendrían que someterse a una nueva evaluación, situación que ha llevado al Parlamento a reclamar un período de 54 meses y no de 36.
Según el Parlamento, conceder sólo un plazo de tres años para evaluar los modelos implicaría problemas administrativos enormes y un coste excesivo para la industria automovilística.
En la actualidad en Europa existen unos 600 tipos de vehículos que pasado ese plazo deberán someterse a las nuevas normas de homologación.
El problema de la acumulación de residuos procedentes del desguace de vehículos viejos comenzó a hacerse evidente a principios de los 90.
Cada año entre 9 y 10 millones de vehículos llegan al final de su vida útil en la Unión Europea, que generan entre 8 y 9 millones de toneladas de residuos.
Para mejorar el reciclado es esencial la elección de los materiales, el marcado de los componentes y las técnicas de montaje (para que los componentes puedan separarse y tratarse adecuadamente).
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ha estimado el coste neto en unos 30 euros por vehículo.
Las nuevas normas se aplicarán a coches y vehículos ligeros de menos de 3.500 kilogramos y afectará a la industria automovilística y a la de componentes.